La recesión económica en Puerto Rico: ¿cómo nos afecta?

Economia Solidaria

Una recesión económica es una disminución cíclica en las actividades comerciales, productivas y de inversión en una economía nacional, regional o a nivel mundial. La recesión económica es parte de la teoría de los ciclos económicos, según el economista británico del siglo XX, John Maynard Keynes.

En el año 2007, comenzó una gran crisis financiera en Estados Unidos, la cual se extendió a nivel global. Esta crisis puso en jaque todo el sistema capitalista. Las grandes instituciones financieras y los grandes bancos sufrieron enormes pérdidas y otros buscaron fusionarse, con el fin de captar más fondos que les permitieran recapitalizarse.

Esta crisis vino como secuela del rompimiento de la burbuja hipotecaria a partir de la primera década del siglo XXI. El rompimiento de la burbuja hipotecaria se da cuando la Reserva Federal de Estados Unidos sube los intereses. Las hipotecas se habían vendido a precios muy altos que su valor. Cuando ocurre esta situación los precios de los inmuebles, especialmente la vivienda, bajan estrepitosamente. Los bancos recurren a reposeer los inmuebles y con la pérdida que sufren por la devaluación muchos pierden liquidez y otros se van a la quiebra.

Esta situación funciona como un juego de dominó que al caerse, tumba a los otros. La caída de los precios extiende sus efectos sobre la bolsa de valores. Mientras que paulatinamente va ocurriendo una fuerte depresión económica, superada levemente por la Gran Depresión de la década de los años treinta. Esta crisis financiera se extiende a todo el mundo capitalista.

La recesión en Puerto Rico había ya comenzado con la derogación de la sección 936, del Código de Rentas Internas de Estados Unidos. Esta sección se había convertido en un fuerte incentivo para atraer más industrias a la Isla. La misma permitía la repatriación a Estados Unidos de las ganancias que habían obtenido aquí en Puerto Rico sin pagar impuestos. Con el cese de este incentivo la atracción de industrias a la Isla desapareció.

Otros factores, como el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, perjudicó la economía de Puerto Rico. Con este Tratado, Estados Unidos movió muchas industrias a su frontera con México y estableció allí sus famosas maquiladoras. Este tipo de industria se benefició de los bajos salarios que se pagan en México, especialmente cuando en Puerto Rico rige la ley del salario mínimo estadounidense.

Todo esto, unido a la enorme deuda pública contraída por los diferentes gobiernos que ha tenido Puerto Rico durante los últimos veinte años contribuyó a la debacle económica que actualmente sufre el País. Los diferentes gobiernos tomaron prestado enormes cantidades de dinero. Este dinero se empleó en actividades no productivas como el repago de la deuda, pago de la enorme deuda gubernamental y el cuadre del presupuesto, que por disposición constitucional tiene que estar balanceado a fin del año fiscal.

Las corporaciones públicas del Gobierno de Puerto Rico se supone que funcionen como un ente privado que generen sus propios fondos. Las mismas emitieron bonos excesivamente sin formas de repago. El Gobierno central ha tenido que responder con esa deuda vendiendo activos y participando en las corporaciones público-privadas. Los activos que se han vendido fueron las entidades más eficientes y que producían ganancias. A esos efectos, el Gobierno procedió a vender corporaciones tales como la empresa telefónica, el aeropuerto internacional y privatizó los servicios de salud, vendiendo los hospitales.

Frente a esta grave crisis, el neoliberalismo económico acrecentó su influencia en Puerto Rico. El Gobernador actual recurrió a imponer más de diez tipos de impuestos sobre la clase trabajadora y la cada vez menos existente, clase media. Mientras tanto ha ocurrido una transferencia de riqueza desde las clases menos afortunadas hacia la clase pequeño burguesa. Esto significa que el peso de esa enorme deuda gubernamental haya sido puesto sobre los trabajadores. Ningún impuesto se ha establecido sobre las grandes empresas, las megatiendas y las grandes corporaciones.

Por otra parte, el Gobierno contrata costosos asesores para que le digan cómo reestructurar la deuda.

De seguir en esta dirección, Puerto Rico va hacia un abismo sin salida, donde Estados Unidos va a tener que intervenir, a pesar de su política actual. El imperio no reconoce que esta situación haya sido creada en función de su desinterés en resolver el estatus político colonial en que mantiene a Puerto Rico. También es corresponsable por las cuantiosas ganancias que ha obtenido en Puerto Rico. Es hora de tomar la decisión correcta.

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