Lo cierto es que nadie invitó a España a tomar control sobre la isla de Borikén y, más aún, nadie invitó a EE. UU. a invadirnos militarmente y luego tomar control de nuestro país. Los eventos de 1493 para España y 1898 para EE. UU. fueron actos forzados contrario a la voluntad de los que aquí vivían. Ese es el detalle, que de forma inicial, los indígenas taínos no aceptaron la presencia de los foráneos. Tuvieron, no obstante, que someterse por la violencia. De igual forma, en el 1898, los criollos boricuas no contemplaban que su vida habría de ser comandada por Washington, por lo cual también llegaron por la fuerza. El colonialismo en Puerto Rico en sus dos momentos ha sido uno de entrada violenta, pese a que luego crearon sus mecanismos locales de acomodo.
Recientemente, varias organizaciones han planteado la urgencia de que se nos repare, es decir, que se detenga el daño y que se nos den herramientas para salir de su legado, por concepto del colonialismo vivido. Los compañeros del movimiento Estado Nacional Soberano de Borikén (ENSB) han planteado desde hace unos años un dato que a pocos sectores les ha parecido interesante y en ocasiones se ha ridiculizado. El reclamo del ENSB es devolver a Puerto Rico al momento precolombino, en el cual el territorio le pertenecía al combinado de poblaciones taínas. Se trata de un reclamo de soberanía, reconocido por el derecho internacional a partir de la experiencia australiana de que no existía pre el colonialismo europeo el concepto de “tierra de nadie”. La tierra, los territorios conquistados, tenían propietarios soberanos, a los cuales hay que reconocer.
Una forma de reconocerlos, según lo ha visto la evolución del derecho internacional en el siglo XX hasta el presente, es validar el derecho a recibir una compensación por el daño causado. Esto se conoce como reparación.
Luego del ENSB y de forma reciente, el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) se ha expresado contra el gobierno de EE. UU. y ha solicitado formalmente que se conceda un derecho de reparación al pueblo de Puerto Rico. Esta postura del MINH ha sido asumida también por el Movimiento Ñin Negrón, el cual también está solicitando el derecho de reparaciones al Gobierno de EE. UU.
¿Es descabellado lo que piden estas tres organizaciones? No nos parece. Es parte de los debates del derecho internacional público vigente. Ahora bien, es parte también de un reclamo que los pueblos coloniales, indígenas y otros han venido reclamando en la pasada década en América Latina. En este sentido, reclamar desde el inicio del colonialismo en el 1493 no es un asunto desventurado.
¿Cuánto nos han costado estos 522 años de colonialismo? ¿Cuánta riqueza perdimos? ¿Cuántos boricuas fueron asesinados? ¿Cuánta sangre dimos con nuestros hombres y mujeres al servicio de las metrópolis coloniales? ¿Cuánto daño mental nos ha provocado la condición de sujetos coloniales? Es tiempo de repararnos. Pensemos.
Crédito foto: Jose A. Perez, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)