Hoy, sin duda, se ha aclarado una cuestión que hace días me tuvo desconcertada. Fui a comprar medicamentos de ingestión diaria y de un mes a otro tuve que pagar una cantidad considerablemente mayor a la que pagaba anteriormente. Pensé, por un momento, que había sido una simple equivocación.
En partes de prensa en el día de hoy, el Departamento de Asuntos del Consumidor ha revelado el aumento en costos de 41 medicamentos. Y precisamente ayer, una persona cercana me comentó que ahora tendrá que pagar un copago mayor por sus medicinas y que los beneficios de su seguro médico disminuirán, sino es que serán eliminados.
Incluso, ayer un colaborador de El Post Antillano, hizo referencia en su artículo sobre el envejecimiento de la población en Puerto Rico, tema demográfico que se viene discutiendo de manera pertinente, ya que en unos años el País será uno de personas ancianas, sin considerable aumento en la natalidad.
Todos estos hechos cuestionan la fragilidad del sistema de salud en la Isla. Asunto que se intensifica por la crisis económica actual, y esta a su vez es generadora de la debacle en salud.
Indudablemente, este es un asunto que el Estado debe atender con prioridad. Tendrá que haber una solución que no sea esperar el “rescate salvador” de Estados Unidos. La salud, al igual que la situación alimentaria en la Isla, ponen al descubierto nuestra vulnerabilidad a expensas de la metrópoli. ¿Qué puede hacer Puerto Rico por Puerto Rico?
Crédito foto: Kevin Cortopassi, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/)