Economía solidaria: alternativa a la crisis económica y fiscal de Puerto Rico

Economia Solidaria

(San Juan, 10am) La economía de Puerto Rico se encuentra a la deriva porque el gobierno no ha implementado un plan de desarrollo económico que estimule el fortalecimiento de la empresa nacional para obtener una recuperación interna del capital, señala el licenciado Eduardo Antonio Quijano Rivera, director del Centro de Servicio a la Comunidad de la Universidad Metropolitana en Cupey.

“No vemos  un plan de desarrollo económico.  Sin ‘demanda’, no hay crecimiento ni desarrollo económico. Si se inhibe la ‘demanda’ vamos mal.  Entre los factores claves para la recuperación son: producir y consumir localmente, exportar productos y servicios, hay que cambiar radicalmente el sistema energético hacia uno eficiente y basado en energías renovables, promover y cuidar las Pymes y Micro-Pymes”, puntualiza Quijano.

La solución a la crisis fiscal y a la deuda pública requiere la creación de nichos económicos internacionales que den paso al intercambio comercial creando nuevos mercados para los productos locales y por supuesto, una disminución de la deuda.

“Consultamos a un economista español amigo de nuestras causas comunitarias, el Dr. José M. Saiz Álvarez y nos elaboró un Decálogo de enunciados para lograr nuestra recuperación económica. Lo primero  que  él recomienda  es que tiene que haber una “quita” de parte sustancial de la deuda. También que tenemos que salir al mundo a buscar nuestro espacio para atraer inversión y crear alianzas empresariales. Pero no debemos ir ofreciendo ventajas competitivas de orden inferior, o sea, salarios bajos. Por ahí, cualquier país de inmediato nos iguala o supera. Debemos competir por medio de ventajas competitivas de orden superior.  Debemos ir al mundo ofreciendo nuestra capacidad para innovar y hacer productos y generar servicios de excelencia y de calibre mundial. Por ese camino podemos crear puestos de trabajo bien remunerados y detener la ola migratoria. Por lo tanto la educación es la base del desarrollo”.

El letrado, que es egresado de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, posee una Maestría en Turismo Sostenible en la Universidad de Cooperación Internacional de Costa Rica y está estudiando su doctorado en la Universidad Antonio de Nebrija, Madrid,  España, confía en que Puerto Rico saldrá de la crisis económica y fiscal por la que atraviesa.

“Yo soy realista. Puerto Rico se recuperará. Veo y celebro como  las  fuerzas vivas de la llamada ‘sociedad civil’ están en pie de lucha ‘.

La solución final a la problemática que enfrenta el país requiere la implementación de un proyecto nacional de economía solidaria, que ya ha iniciado a motu propio el Tercer Sector, asegura el abogado arecibeño.

“La economía solidaria es la organización y perfeccionamiento del talento y la voluntad de la gente para producir en forma eficiente y responsable los bienes y servicios que la gente necesita y desea mediante empresas autogestionadas y asociativas.  Es una economía con rostro humano”, esclarece el abogado y gestor económico. “El Tercer Sector que tradicionalmente se había limitado a ofrecer servicios de ayuda y trabajo social ya han comenzado a promover y respaldar iniciativas muy positivas de desarrollo económico comunitario y solidario.  Este es el camino hacia nuestra recuperación económica y social”.

La economía solidaria tiene muchos rostros, afirma Quijano, uno de ellos es el famoso “chinchorreo”

“El ‘chinchorreo  es una expresión de esa energía de la solidaridad. Un pueblo buscando contacto con sus raíces. Patrocinando lo de aquí y disfrutándolo. Anto cooperativo es la expresión máxima de lo que es economía solidaria.  Gracias a esos principios y valores de la solidaridad ha podido enfrentar esta debacle económica con mayor efectividad. No es que este ileso. Pero ha demostrado el poder que tiene la solidaridad en momentos de crisis”.

El gobierno no tiene una política pública que apoye la energía solidaria, sin embargo existen funcionarios comprometidos que la apoyan, enfatiza Quijano Rivera. Existe, sin embargo, un apoyo en el sector privado.

“En el gobierno tenemos funcionarios que por su sensibilidad y enorme calidad humana,  si nos apoyan. Pero, desde luego no tenemos una política pública que apoye este sector clara y contundentemente…. La empresa privada, debo decir, nos están expresando con mucho entusiasmo su deseo de apoyarnos con toda la fuerza que les sea posible”.

La economía solidaria depende de seres humanos con una sólida formación ética y profesional.  “Enseñar el amor fraterno y el orgullo sano como país. Sobretodo, se tienen que cultivar los valores éticos de la convivencia, del respeto de los demás, de la ayuda mutua, del debido cuidado de los recursos naturales, etc. Sin ese desarrollo humano básico no puede surgir la empresa ni la economía solidaria”.

Pilares de la economía solidaria lo son la agricultura que hace “uso responsable de los recursos naturales y comprometidos con ofrecer a los consumidores  los productos más saludables posibles; el turismo rural y comunitario, el  despegue de la ‘Economía del Visitante’,  y la producción de artesanías y las industrias culturales y creativas.

Punta de lanza de la economía solidaria es la Mesa de Transformación Social, un junte coordinado por el Centro de Servicio a la Comunidad de la UMET del cual forman parte el “Concilio de Edificios Verdes”,  y un grupo de organizaciones comunitarias cuya misión era y es promover el desarrollo económico local, como el EcoMuseo de Lajas y la Fundación Quinto Centenario de Arecibo.

“El punto clave desde nuestro punto de vista es que los que las organizaciones y proyectos que integren las ‘Mesas’ cumplan con dos requisitos básicos: uno, que tengan claramente definidos sus proyectos de ‘creación de riquezas’ de alto impacto y que estén claros que les toca a ellos realizarlo. O sea, nada de actitudes asistencialistas ni de dependencia. Cada cual asume su responsabilidad y persevera”.

La economía solidaria y la cultura “son  dos caras de la misma moneda. La cultura nacional es nuestra identidad. La economía solidaria es su fin  superior que es el de  promover la felicidad y dignidad humana sin excepción de persona. En una palabra, cuidar y desarrollar la identidad cultual de los pueblos. Pues,  el escudo protector de la cultura nacional de las comunidades y los pueblos  más efectivo y poderoso es que le puede proveer el sector de la economía solidaria”, afirma Quijano Rivera.

El hijo de Eduardo Antonio Quijano Cabrera y Carmen Amelia Rivera Quijano entiende que la solución del  estatus político de “es ya inevitable”.

“Es evidente, que el marco político determinará en gran medida cuáles serán las alternativas estructurales para iniciar un plan de recuperación económica para Puerto Rico a mediano y largo plazo. Y hacen falta cambios estructurales en el asunto del estatus. Aunque, tenemos que seguir trabajando en pro de la economía solidaria indistintamente de ese proceso de cambio político, que parece que se va a dar”.

Quijano ha tenido una vida laboral activa, a temprana edad fue Decano de Estudiantes de la Universidad Interamericana en San Germán. Trabajó como abogado del Programa de Migrantes Agrícolas de Servicios Legales y del Programa de Maltrato de Menores del Departamento de la Familia. Desde hace varios años, es director del Centro de Servicio a la Comunidad de la UMET, donde llegó junto a su mentor y amigo el fallecido educador y pasado Rector de la Poly y la UMET, Federico M. Matheu. “Matheu y el agrónomos ‘Gory’  Ballester Colón son dos de las personas que más admiro.

El sueño de Quijano es establecer un Parque Latinoamericano de Economía Solidaria.

El educador y líder comunitario está casado en segundas nupcias con Alma D. Seda Nieves y es padre de 6 hijos: Vilmarí, Maricarmen y Marialba, en su primer matrimonio y Carmín Cione, Gabriela del Mar y Eduardo Manuel, en el segundo.

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