“No quise ser poeta, me obligaron mis dos manos”

Crítica literaria
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Entrevista con la poeta Mairym Cruz Bernal.


 

“Si supiera que esta noche es Mi Fin del Mundo, me iría al mar, dejaría que el sol penetrara en mi piel, llevaría una manta para cuando llegara la noche, y ahí me quedaría sola, esperando mi última respiración. Vine a la tierra. No quiero molestar a nadie. Quizás alguien me amó, pero de eso hace mucho, y no supe darme cuenta. Solo el amor redime, hay quienes no tenemos redención. Con la tibieza de la arena, se esfumará mi piel esa última noche de mi exilio.” Mairym Cruz Bernal.

La poeta Cruz Bernal presidió el Pen Club de Puerto Rico los últimos cuatro años y acaba de pasar el batón al narrador Emilio del Carril en una asamblea y elecciones celebradas en la Librería Mágica el jueves 24 de mayo de 2012.

La también ensayista puertorriqueña (1963) dirigió desde el 1993 al 1999 el Grupo Puertas: Movimiento artístico-literario de fin de siglo. Presidió el V Encuentro Internacional de Escritoras en Puerto Rico, evento realizado en abril de 2003 donde más de 300 escritoras firmaron un manifiesto por la paz, el 3 de mayo de 2003, cuando la marina de guerra de los Estados Unidos salió de la isla de Vieques. Es Asesora de los Encuentros Internacionales de Escritoras, movimiento itinerante por los países hispanoparlantes. Es miembro honorario del Círculo de Escritores de Venezuela, y alianzas de amistad con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Sociedad de Escritores de Chile (SECH). También es madre de Victorino y Mariana. Ha publicado más de diez poemarios.

Ana María Fuster: Presidiste el PEN Club de Puerto Rico de 2008 a 2012 ¿Cómo describes tu experiencia de trabajar con los autores puertorriqueños y dirigir esta institución?

Mairym Cruz Bernal: El trabajo literario hecho en el PEN Club por los últimos años ha sido una experiencia de crecimiento, como todas las grandes experiencias. En todos los viajes que hice, en ocasiones me pedían la bandera de la Isla. No soy de fracturar el planeta con fronteras, ni banderas, sin embargo, ahí estuve con vertical postura, y fui mi país. Afuera, en el mundo, siempre es un privilegio ser puertorriqueña. Adentro es una lucha, pues los escritores puertorriqueños somos los primeros que nos boicoteamos, y somos poco generosos unos con otros. En lo personal, son más las puertas abiertas que los muros que se me han aparecido, o será que si no los tengo adentro, los lestrigones ni los cíclopes ni el fiero Poseidón existen. Quién sabe los recovecos orgánicos de la sobrevivencia. Pero he escuchado el lenguaje crudo, la falta de generosidad y ternura. Y duele que el escritor no pueda ver más allá de su ombligo. Hice alianzas con personas que son para siempre, fieles al trabajo y a la palabra, como el trabajo que realizaste como Secretaria General del PEN…

AMF: Viajas constantemente a encuentros de escritores. Cuéntanos de tus experiencias como poeta en estos viajes. ¿Cuál es la impresión internacional sobre nuestra poesía y literatura?

MCB: Fuera de Palés Matos, es poco lo que se conoce de nuestros escritores. Es una situación triste, estamos solos, pero el escritor está acostumbrado a estar solo. Una parte de la labor del escritor que viaja a congresos, es dar a conocer el quehacer nacional. Y así hemos hecho, con ponencias sobre nuestra literatura. Tal situación de desconocimiento no es particular de la Isla, creo que los países poco quieren saber de otros, en cuanto a la obra literaria. Solo los estudiosos y maniáticos que solemos visitar las librerías de estos países y buscar lo que está pasando en los anaqueles, nos ocupamos de nuestros pares en otras naciones. Y así hacemos en los viajes por internet. Pero en general, nadie conoce a nadie.

AMF: Vives la poesía con una intensidad contagiosa. ¿Cuándo comenzaste a escribir poesía? ¿Cómo sientes la poesía?

MCB: Me hubiera gustado ser una persona ordinaria y nunca levantarme con esta piedra en la garganta como me he levantado hoy. Si pudiera hacerme una lobotomía, correría ante el cirujano para hacérmela. No quiero sentir, no quise ser poeta, me obligaron mis dos manos. Fui poeta siempre, nunca fui niña, no tuve niñez.

AMF: Son tantos los procesos, temores y meditaciones del escritor. ¿Cómo te visualizas de aquí a veinte años como poeta y gestora cultural?

MCB: Encontrar una cueva, quiero encontrar una cueva tibia donde descansar, dormir largo, ser ese personaje de El Perfume que huye del humano. Me siento frágil en este tiempo de mi vida. Quiero escribir o rescribir mis papeles confusos. Seguir publicando para que las palabras se vayan y me dejen en paz. Cada palabra puesta al lado de otra intenta hacer sentido, es una búsqueda. Sé que no escribiré el libro que quiero, porque no quiero ningún libro, solo vivo el proceso. Para mí sería suficiente que una mano estuviera en mi mano vacía e inventar desde ahí un nuevo poema. No puedo verme en 20 años, no puedo verme mañana. Mi vida ha sido una de constante crisis. No me va a cambiar mañana. Pero ser escritora no es una opción, mi voz seguirá más allá de mí y de mis manos.

AMF: Sé que disfrutas mucho como tallerista. ¿Cómo describes tus talleres? ¿Cuáles han sido tus mejores experiencias con tus grupos de talleristas?

MCB: Mis talleres: eso es entrar en otro mundo, una cosmología que surge en el laberinto de mi casa, con personas excepcionales, valientes, atrevidos, curiosos, inventivos, inteligentes, niños que juegan, y somos felices, es el único instante donde soy realmente feliz, donde me digo, “Mairym, you are making it… going deep and surviving it”. Se toca fondo, reímos, lloramos, y somos felices. Luego ellos se van, y regreso a la soledad de mi cuarto, sepultada en mis libros y amantes que me dejan siempre insatisfecha. Pero los talleres, eso es otra cosa, sacamos lo mejor de lo que somos, sin máscaras, gente verdadera, dios mío, han sido mi salvación, esa confesión.

A punto de terminar la charla y la última copa de vino en su balcón con vista a la laguna en un hermoso atardecer ámbar. La poeta observa el horizonte donde se unen el agua y el cielo, me comenta, “Ana María si no nos volviésemos a ver, quisiera que me recordaran como una mujer que nunca tuvo dobleces, fiel a su confesión, inventó el mito de vivirse, caminó las calles de su ciudad, amó la poesía y jugó haciendo malabares con las palabras. Que viajé, solo para regresar a mi orilla. Que supe comprarme flores a mí misma, y que aún no me despido” (MCB).

 

Libros publicados por Mairym Cruz Bernal:

Ejército de rosas, (compiladora) antología de 57 poetas puertorriqueñas vivas, San Juan, Ed. Boreales, 2011

Ese lugar bajo mi lámpara, San Juan, 2010

Canción de una mujer cualquiera, Caracas, Ed. Diosa Blanca, 2008; ed. virtual Letra & Pixel, 2009.

Ensayo sobre las cosas simples, Bogotá, Común Presencia, 2006

Alas de Islas, Bogotá, Ed. Oveja Negra, 2003

Querida amiga, querido amigo, coautora con Danny Rivera, San Juan, Ed. Isla Negra, 1999.

Encajes negros, Lima, Ed. Casa del Poeta Peruano, 1999.

Ojo de loba, plaquette, Lima, Ed. Casa del Poeta Peruano, 1998.

Soy dos mujeres en silencio que te miran, Madrid, Ed. Torremozas, 1998.

Cuando él es adiós, San Juan, Ed. U.P.R., 1997.

-On Her Face the Light of La Luna, Provincetown Arts Press, 1997.

Ballad of The Blood/Balada de la sangre, Editora y Traductora al inglés de la poesía de la cubana María Elena Cruz Varela, Nueva York, Ecco Press-HarperCollins, 1995.

Poemas para no morir, San Juan, Ed. Mairena, 1995.