Tradicionalmente, en Puerto Rico cuando llega mayo los recién graduados de universidad llenan la atmósfera de júbilo. Pero últimamente, un creciente número de estudiantes se gradúa desganado debido a la cruda realidad de empleo que trae una economía menguante y un mercado laboral cambiante.
Las oportunidades son más abundantes para quiénes se concentraron en materias de mucha demanda. Tales son los diplomados en ingeniería, educación y enfermería. Tengo un familiar recién-graduado de ingeniero que está a punto de tomar el avión para California, donde lo aguarda un atractivo empleo. Pero algunos recién egresados que hablaron con El Post Antillano expresaron cautela y algo de temor y frustración al hablar sobre su futuro.
“No sé qué hacer. He solicitado a varias firmas y compañías”, pero nadie me ha llamado”, dijo Gabriel, que se concentró en Historia. “Quiero que alguien me llame para explicarle que los que nos concentramos en Humanidades sí tenemos algo que ofrecer, sin ser contadores públicos o expertos en programación. Tengo algo bien chévere, y es que sé pensar. ¡Tengo muchas herramientas! Estoy “ready” a que me entrenen en algún trabajo para enseñarles lo que puedo hacer”.
Hay quienes, como Juanqui, han cambiado el curso de sus estudios para mantenerse en la universidad en busca de un entrenamiento más rentable en el mercado.
“Me di cuenta que con sociología no iba pa’ ningún lado. Me aceptaron en Escuela de Derecho, y aunque es algo que nunca me ha llamado la atención, voy a comenzar en agosto”, dijo Juanqui. “Con todo y esto, sé que ya no hay tantas plazas para abogados como antes. Le voy a meter mucho pecho para sacar notas bien altas”.
Por otro lado, Enid, graduada de la Escuela de Administración de Empresas con una concentración en contabilidad, está trabajando ahora donde hizo una pasantía, y ya está planificando como se va a preparar para el examen de Contador Público Autorizado. Habla de una manera crítica tanto de los estudiantes por no prepararse adecuadamente, como de las universidades por no cambiar sus currículos al son del mercado laboral cambiante.
“Los estudiantes tienen que buscar mejor consejería. También hay unas peleas siempre entre los profesores sobre como reformar los currículos, pero no creo que haya habido grandes cambios”, dijo Enid. “No tienen que eliminar nada simplemente ampliar la oferta y orientar a los estudiantes. Si tú quieres estudiar El Quijote y, qué se yo, la quinta pata del cangrejo, lo puedes hacer, pero ten en mente tomar otros curso que te habiliten mejor para lo que hay allá afuera”.
Estadísticas y proyecciones del Departamento del Trabajo muestran que están (y estarán por los próximos años) en gran demanda oficios para los que sólo se requiere una carrera académica corta, tales como técnicos de farmacia, tecnólogos y otros oficios relacionados con el campo de salud. Estos son sólo algunos ejemplos de una gama que cubre entrenamiento en alguna faceta de ciencias de computadoras o de comunicaciones.
El departamento en su División de Investigación de Destrezas Ocupacionales del Negociado de Estadísticas lleva a cabo una encuesta anual para identificar las destrezas necesarias para que una persona logre “niveles competitivos de productividad.”
“Tiene la intención de proveer las herramientas necesarias para diseñar programas de adiestramientos más pertinentes y efectivos”, dice la literatura del departamento sobre la encuesta.
Esta encuesta es para patronos, pero también es para educadores para que lo usen como guía para confeccionar sus programas. Sin embargo, la encuesta está dividida en categorías tan amplias como “Comunicación Oral y Escrita”, para las que podrían competir ambos el contador con el historiador. Gracias a Dios.