Empresas Napo Vélez, apuestan a Puerto Rico

Economia Solidaria

(San Juan, 10:00 a.m.) El pueblo de Puerto Rico no está en crisis económica, asegura el empresario sangermeño José Napoleón Vélez Chaparro “Napito”. Es el gobierno.

“Puerto Rico no está en crisis económica. No podemos confundir el pueblo puertorriqueño con el gobierno”, afirma el exitoso empresario Napito Vélez, codueño junto a su padre, José N. Vélez Rosado “Napo”, de la cadena de Supermercados Napo Vélez.

La administración gubernamental y los medios noticiosos tradicionales intentan repartir la crisis fiscal por la que atraviesa el gobierno de Puerto Rico entre todos los residentes del archipiélago borincano. Sin embargo, cabe clarificar que fueron los diferentes gobiernos de turno, y no el pueblo, quien tomó las decisiones adversas que han hundido al país en su peor crisis desde los años 70. Las decisiones fueron tomadas basadas en intereses político-partidistas, sin tomar en consideración la opinión popular y mucho menos, el bienestar colectivo.

Peor aún, las decisiones equivocadas tomadas por los diferentes gobiernos de turno tenían una actitud irresponsable de que el “próximo que venga, se encargue y resuelva”.

“El gobierno hizo unos préstamos sin tener los recaudos con que pagarlos. Las administraciones gubernamentales se arriesgaron y la proyecciones le fallaron”, explica Napito. “Además, los gobiernos del país tienen la pésima actitud de pensar en cuatro años y que el próximo que venga se encargue y resuelva las malas decisiones tomadas”.

En Puerto Rico no existe una conciencia colectiva de pertenencia que evite el despilfarro de los bienes nacionales. El capital público se visualiza como un barril sin fondo en el que el pueblo tiene la obligación de depositar dinero para mantener una oligarquía que erróneamente se siente ajena a las responsabilidades que conlleva tomar decisiones equivocadas.

Por desgracia para los puertorriqueños, la política de gastos públicos se basa en la filosofía de yo gasto y el pueblo paga. Esta actitud irresponsable no puede ser avalada por la empresa privada ni por los electores.

La empresa privada es responsable por sus inversiones y gastos porque tiene conciencia de que el dinero es su capital y las decisiones que tome le afectaran directamente, no solo a su empresa, sino a su bolsillo y a su familia. Por ende, insiste el empresario, las corporaciones privadas no pueden arriesgarse en la forma descuidada en que lo ha hecho el gobierno de Puerto Rico.

“Los empresarios privados no podemos invertir, ni tomar préstamos descuidadamente. Estamos hablando de nuestro capital y las decisiones que hagamos afectarán nuestra empresa y nuestro bienestar”.

Es injusto, expresa Napito, que el gobierno exprima al pueblo y a los empresarios privados para pagar los errores fiscales en los cuales solo el gobierno es responsable.

“Los nuevos impuestos nos han obligado (a los empresarios) a tomar decisiones que afectan a los empleados y perjudican a las familias puertorriqueñas”, indica Vélez Chaparro. “Cuando se implementó la patente nacional, tuvimos que desembolsar $300,000.00. Un golpe económico fuerte. Decidimos no reducir la nómina despidiendo empleados, pero tuvimos que disminuir el número de horas de trabajo para costear el nuevo impuesto que nos golpeó en el mismo medio del año”.

La situación económica que impera en muchos hogares del país ha impactado con menor fuerza a la empresa Napo Vélez porque está en el renglón de los alimentos, señala Vélez.

“La gente tiene que comer, esta es una de las razones por las cuales se ha sentido menos el impacto de la crisis laboral en la empresa, pero también porque contamos con la experiencia de mi padre y la visión empresarial de Lucy”.

Lucila del Pilar Nazario Padovani, es la asesora financiera de los Supermercados Napo Vélez. Nazario trabajó en la banca privada como agente de inversiones y préstamos y es esposa de Vélez Chaparro y codueña de la empresa.

“La política económica aplicada en la empresa es que si no se cuenta con el capital, no se implementa”, expresa Vélez mirando a su esposa, quién afirma moviendo la cabeza. “Cada tienda se ha abierto con capital propio, luego se han hecho préstamos para liberarlo y seguir invirtiendo”.

La familia de los Supermercados Napo Vélez representa el tesón de los puertorriqueños que creen y apuestan por Puerto Rico.

“Papi (José Napoleón Vélez Rosado, Napo) fundó la empresa familiar en 1970”, explica Napito con ojos brillosos que denotan la admiración que siente por su progenitor. “Comenzó como ganadero y luego incursionó en el campo del comercio. Fue dueño de los mataderos de Mayagüez, Cabo Rojo y San Germán. En 1972 estableció su primer supermercado, La Ponderosa. Luego adquirió otros negocios tales como La Panadería los Cocos y Panadería Napo Vélez”.

Mientras Vélez Rosado trabajaba el negocio de la venta de carnes por la región, su esposa, Milagros Chaparro Colón, se hizo cargo de la administración del supermercado.

“Yo me inicié con ellos a los ocho años. Mis hermanos jugaban, ser divertían, fueron cobitos.., pero yo estaba allí, primero en la finca, que no me gustó y luego con el supermercado. Hoy no me arrepiento”, rememora Napito.

En el 2003, Vélez Rosado decide cerrar los mataderos y dedicarse completamente a los supermercados. Establece una corporación, pero no pudo utilizar el nombre de La Ponderosa porque ya existía una corporación con ese nombre.

“Le sugería a papi que les pusiera Napo Vélez, si total, nuestros clientes siempre decían voy a comprar donde Napo”.

Vélez Rosado incluyó como codueños de la corporación a su mano derecha, Napito, quien siempre había estado junto a sus padres en los negocios y a la esposa de este, Lucila.

Hoy día, los Supermercado Napo Vélez es una de las empresas de mayor crecimiento económico en el área suroeste del país. La empresa familiar es dueña de cinco supermercados: San Germán, Yauco, Guayanilla, Mayagüez y Hormigueros. Planifica abrir en el próximo año tiendas en Aguada, Lajas, Guánica, Sabana Grande y Peñuelas.

“Nuestros Supermercados se destacan por dar un buen servicio y precios bajos a nuestros clientes. Mi padre es una persona admirada por su calidad humana y su trato. Papi habla con los clientes, se aprende sus nombres, ayuda con las compras… El trato cordial y respetuoso de los clientes es la política de la empresa. Insistimos que nuestros empleados reflejen ese trato con los clientes. Papi visita todos los supermercados para asegurarse que los clientes estén satisfechos”.

Una nueva generación de la familia de Napo Vélez se está formando bajo la tutela de los abuelos y los padres para continuar con la empresa familiar, aportando al desarrollo socioeconómico de Puerto Rico.

“Mis tres hijos trabajan en la empresa. Los dos mayores, José Nicolás y José Napoleón, estudian administración de empresas. José Nicolás se hará cargo de los supermercados cuando Lucy y yo nos retiremos. Él se ha ganado el puesto. Ha trabajado desde empacador, en la limpieza, cajero hasta gerencial… ¡Ya les hace las vacaciones a los gerentes de las tiendas! El más pequeño, José Alejandro, está a cargo de las fincas y la producción ganadera¨.

Napo Vélez, cuenta Napito, viene de raíces muy humildes.

“Papi conoció una pobreza paupérrima. Trabajó duro para salir adelante y nos ha enseñado a ser gente de valores, amantes del trabajo y respetuoso del pueblo puertorriqueño”.

Lo que más extraña Napito es el valor que le daba el puertorriqueño a la palabra empeñada.

“Papi inició la empresa en la época del fiao”, indica Napito. “El valor que le daba la gente a ese compromiso de pago, lo hemos perdido. La gente bajaba de los campos al pueblo los fines de semana a comprar y a pagar. Cuando no podía pagar daba la cara y explicaba su situación. Papi es un hombre muy bueno, no sabe decir, NO. Yo le digo que es un Santa Claus, pero la gente lo respeta y lo quiere, siempre le cumplen”.

La familia Vélez Chaparro- Nazario cree en Puerto Rico y en la capacidad del puertorriqueño para desarrollar una economía solidaria para beneficio de todos.

“Nosotros somos ejemplo de que los puertorriqueños podemos y lucharemos hasta el final para construir un Puerto Rico mejor con una economía solidaria que beneficie a todos y todas sus residentes”.

Crédito foto: Suministrada