China irrumpe comercialmente en América Latina y el Caribe

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.) El comercio de China con América Latina ha aumentado vertiginosamente durante las últimas décadas. Este crecimiento comercial ha tenido también sus repercusiones políticas en la región. Uno de los objetivos de las relaciones entre China y América Latina es la adhesión de los países que conforman la región, a su política de “Una sola China.” Esta política está basada en el no reconocimiento diplomático de Taiwán y sí con la República Popular de China. El no reconocimiento diplomático de algunas naciones latinoamericanas no ha sido impedimento para que ambas naciones sostengan relaciones comerciales: ese es el caso de Panamá y de otros países centroamericanos.

Las relaciones económicas chinas con América Latina (especialmente las inversiones) han estado relacionadas a sus intereses estratégicos a mediano y largo plazo. Principalmente, China ha hecho sus inversiones en los campos de la energía, finanzas y en la minería. Estos sectores económicos son necesarios para la industria y la manufactura en China.

La economía China es planificada y dirigida por un Plan Quinquenal de Desarrollo. En éste se fijan los objetivos económicos y políticos para los próximos cinco (5) años. En los últimos planes desarrollados, América Latina tiene su lugar para la adquisición de materias primas, energía y productos alimenticios. Esta situación ha tenido como resultado una ampliación de la política exterior china en la región latinoamericana. A partir de su ingreso en la Organización Mundial de Comercio, China ha desplazado de lugar la posición de América Latina en el comercio internacional. Este fenómeno se debe a la “apertura controlada” de su economía y al aumento registrado en sus exportaciones e importaciones a nivel mundial.

En términos de poder, se espera que China desplace a Estados Unidos durante el Siglo XXI, en la hegemonía mundial. Este país viene utilizando el poder blando (Soft Power), con sus presiones culturales e ideológicas para ir estableciendo su influencia mundial. También ejerce este poder a través de distintas instituciones que ha creado, como el nuevo Banco de Desarrollo (Junto a Brasil, Rusia, India y África del Sur (BRICS), el Banco para Inversión en la Infraestructura en Asia y el Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico. Las inversiones monetarias en estas instituciones y la cooperación con diferentes países suman una cantidad mayor que lo que le costó el Plan Marshall a Estados Unidos. También China ha concertado muchos tratados con países de todo el mundo. Todo esto va dirigido a la construcción de un nuevo orden que sustituya aquel establecido después de la post guerra. De esta manera, China ha estado utilizando el más fuerte instrumento del poder blando: el dinero. Otro instrumento de control que China utiliza para establecer su poder blando en el mundo es la propaganda. Toda información destinada el exterior tiene que ser aprobada por la Oficina del Consejo Estatal para la Información (SCIO), [Siglas en inglés.] China ha creado una extensa red de comunicaciones en distintos medios de difusión. Esta red incluye agencias internacionales de prensa, periódicos, revistas, radio y televisión y otros medios utilizados por sus embajadas. El mensaje que se difunde en estos medios presenta la “visión china” sobre los hechos en contraposición a la visión de Occidente. Los medios también son utilizados para promover la cultura y las ideologías chinas a todas partes del mundo. La difusión de la cultura china en América Latina, ha sido producto de las relaciones diplomáticas entre China y los diferentes países latinoamericanos. Los países de esta región han hecho múltiples tratados de cooperación con el gigante asiático.

Aunque no está señalado en ningún documento oficial, sabemos que la “ayuda” o cooperación que China ofrece a distintos países latinoamericanos, tiene un fuerte componente geopolítico. El crecimiento económico de China en países latinoamericano juega un papel muy especial respecto a las relaciones de Estados Unidos con esta región. Ya existen países latinoamericanos en los cuales China ha desplazado a Estados Unidos en términos comerciales: Brasil y Chile.

Podemos concluir que su política de “poder blando” ha estado muy presente en la región latinoamericana a través de sus relaciones diplomáticas. El modelo político-económico chino no es presentado como uno a seguir si no como uno complementario. China exhibe sus valores de promotora de la paz, la justicia, el pluralismo, el internacionalismo, la cooperación, sin pretensiones hegemónicas y de respeto a los asuntos internos de los diferentes países. Han sido estos valores lo que han resultado atractivos para muchos de nuestros países.

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