Los Monteros en Puerto Rico

Historia

Desde del siglo XIX, la Guardia Forestal formaba parte de la Guardia Civil del Gobierno General de la isla de Puerto Rico. El territorio se dividía en el número de comarcas que se consideraran necesarias para el desempeño del Servicio de Guardería. De igual forma cada comarca se dividía en la cantidad de cuarteles que se consideraran necesarios.

Cada cuartel estaría vigilado por un guardia, más de uno si se consideraba necesario. Los guardias eran encargados inmediata y constantemente de la custodia de los montes públicos. Era su obligación prestar vigilancia en los montes que se les confiaban todos los días (y noches) del año.

Según el Libro de la Guardia Forestal 1852, los individuos que servían en esta Guardia pertenecían a dos clase, Guardas y Sobreguardas. En la primera eran guardias de 1ra y 2da clase y los sobreguardas, eran cabos y estos eran montados; esto según el Articulo 3ro del Proyecto de Reglamento. Iban armados con Remington y machetes, vestían chaqueta azul con vivos. También estaban los Ingenieros Inspectores de Montes que informaban sobre la distribución del personal y las incidencias. Era una especie de supervisor.

Otra figura de autoridad en los bosques eran los Monteros (vigilantes de Montes). Eran personas especialmente encargados de la custodia y conservación de los montes públicos. Tenían que ser mayores 25 años y no mayor de 40, tener una complexión sana y robusta "sin tener ningún defecto físico", tener acreditación de buena conducta, saber leer y escribir correctamente las cuatro reglas de aritmética y el sistema métrico decimal. Las personas que ocuparon este puesto eran acreditadas por el ingeniero inspector de montes. Eran guardias jurados, no podían ser tratantes de maderas y leñas, ganaderos o de ninguna industria en que se empleara productos de montes.

El uso del uniforme, de acuerdo a la inspección de montes, era obligatorio. Llevaban una placa de metal al lado izquierdo de la chaqueta, estaban armados con machetes, tercerolas y podían usar revolver. El Estado proveía la placa, el machete y la tercerola, pero el mantenimiento de estos artefactos era por cuenta de cada persona y también el costo por deterioro o extravió. La plaza de Montero era Montada y por tanto estos estaban obligados a tener caballos y montura de buenas condiciones que adquirían por su cuenta.

Según el Articulo #8 de las instrucciones de los Monteros, estos "...recibirían la tercera parte del importe de las multas que se informaran a los dañadores por virtud de las denuncias que hagan y la quinta parte de lo que produzca la venta de maderas y leñas que denunciaran.” Es decir que los monteros recibían un incentivo directo por cada multa que adjudicaban. Vivían en los fuertes fijados por el Ingeniero Inspector y estaban a las ordenes inmediatas del Ingeniero o el Ayudante de Monte y tendrían a cargo los montes que les encargaran. Los Monteros tenían que conocer por completos los montes a su cuidado y las actividades y sus condiciones.

En momentos en que se contempla la posibilidad de violentar leyes y reglamentaciones ambientales, es menester tener presente que desde momentos pre anglosajones ya en Puerto Rico había entes que velaban y regulaban nuestros recursos naturales y nuestros bosques.

Documento sobre los Monteros en el Archivo General de Puerto Rico. Fondo: Obras públicas; Serie: Propiedad Pública; Sub-serie: Maricao, 1891-1949. Hilera 124, caja 150. Documento del Gobierno Insular de Puerto Rico (1898).