Ser rico…

Economia Solidaria

El ser humano que ha creado las teorías económicas dominantes no existe, y sin embargo, ‘existe’, pues es real en sus consecuencias. Entonces, la idea de que el ser humano es un individuo (la mayoría de la veces descrito como hombre blanco) egoísta que sólo, o principalmente, se guía por sus intereses personales, basados éstos en la mayor ganancia por el menor costo posible, y que esta ‘naturaleza’ es la fuente de la libertad y bienestar de todos, es una falacia, pero con consecuencias reales en la vida material. El efecto teórico del neoliberalismo ha sido construir realidades sociales con consecuencias nefastas a través de leyes que desocializan la vida cotidiana, creando una realidad basada en la competencia y la insolidaridad.

Así, los valores individualistas se impulsan y promueven en detrimento de las ideas y prácticas colectivistas. El ‘mercado’ es visto como un universo, a veces como El Universo, de relaciones entre individuos egoístas que compiten entre sí en igual condición de libertad. Dentro de esa lógica, todos son ‘individuos’, aún las corporaciones, por más gigante y transnacionales que sean.

A los que triunfan en dicho universo competitivo son celebrados como héroes contemporáneos y como ciudadanos virtuosos. Algunos, incluso, los catalogan como ‘gloriosos’, llenos de gloria. Fue así como el presidente Chino, sucesor de Mao Tse Tung, Den Xiaoping, proclamó: ser rico es glorioso. Esta máxima capitalista, llevada a la posición de oración de culto, de dicho embadurnado de sabiduría, de versículo evangélico, se repite por todos los medios de comunicación masiva alrededor del mundo.

En Puerto Rico, este ha sido un mensaje constante y meta común para demasiados ‘ciudadanos’. Valores y prácticas políticas abiertamente basadas en la solidaridad, la justicia social y la compasión, fueron tan sistemáticamente criticadas por tantos frentes – incluyendo el académico, donde eran desarticulados como metarrelatos universalistas, esencialistas y modernistas – que no hubo quien resistiera la contra-revolución neoliberal. De esta forma muchos repiten la máxima de Den Xiaoping y hacen lo que sea para ser ‘glorioso’ en un mundo cada vez más corrupto e insolidario.