¿Prima de quien? De riesgo. Prima de Riesgo.

Economia Solidaria

La financiación de los países europeos, medida a través del riesgo-país o prima de riesgo, se ha disparado en las últimas semanas hasta niveles nunca antes vistos desde la creación del Euro, segunda moneda mundial de reserva. La zona euro, la mayor zona de intercambio comercial del mundo, se tambalea en momentos en que la economía mundial parece adentrarse a una nueva recesión. Varios países europeos (Grecia, Irlanda, Portugal, España) han tenido que solicitar su “rescate” a la Unión, por tener cerrada su vía de financiación el mercado de deuda (bonos). Mientras, el Caribe luce inmune a semejante debacle económica.

El Caribe, no es una isla aislada dentro de la economía mundial cada vez más globalizada. Es una zona de crisis de financiación permanente, donde los préstamos siempre han sido obtenidos a través de métodos alternos (Banco Mundial, Banco Interamericano de desarrollo, bancos comerciales) y bajo condiciones leoninas. De ahí, que la prima de riesgo-país griega o española suene a masculleo, que como espejismo no nos ataca. Si un país no tiene suficiente ahorro interno (capital) para financiarse no puede garantizar acceso al crédito a sus empresas y ciudadanos. Si fuera en caso contrario y el país se financia a tasas bajas, los proyectos de inversión obtienen rentabilidad muy rápidamente, los ciudadanos junto a las empresas consumen más y el efecto multiplicador de ese gasto eleva el nivel de vida de todos, a través de mayores ingresos para las empresas y salarios más altos para las personas.

 

Puerto Rico a su vez, es también una excepción a la regla. Al pertenecer a la zona monetaria del dólar, el país tiene acceso al mercado de capitales y deuda de Estados Unidos de América, el más grande y líquido del mundo. Sin embargo, la deuda de Borinquén siempre ha rodeado el abismo, nunca ha disfrutado de una adecuada tasa de interés y hoy, da pasos hacia al frente de ese abismo. La desastrosa gestión de la deuda y no deuda 'de facto' es lo que provoca que los países ganen enteros cuando se mide el riesgo a largo plazo por los inversores internacionales. No pensemos únicamente en los inversores como kamikazes que buscan especular todos los días con la reputación de los países, porque no es cierto. Los inversores, son fondos de pensiones públicas o privadas para jubilados en Suiza, Noruega, Japón, Corea del Sur y otras tantas regiones económicas estables, que precisan de información, confianza y credibilidad a largo plazo. Y es, en ese renglón que el Caribe colapsa, pues para inversiones a largo plazo, esta región no tiene credibilidad económica estable.

El asunto es que la credibilidad, como bien sabemos, cuesta muchos años construirla y sólo un instante destruirla. La credibilidad en materia económica, es un sistema político estable, son instituciones confiables, un sistema jurídico despolitizado, libre de manipulación e injerencias externas, son empresas competitivas que no dependen de mega contratos del gobierno de turno para su subsistencia. En fin, la credibilidad es otro modelo de sociedad diferente al que tenemos en Puerto Rico y en el Caribe. República Dominicana, en los últimos años ha dado grandes pasos en la dirección correcta y ya se comienzan a ver los resultados. Todavía falta mucho por hacer. Esperemos y queremos que la transición actual, consolide la nueva credibilidad del país. Sociedades así, nos demuestran que la mediocridad no es inevitable.