Para un Puerto Rico social y solidario

Economia Solidaria

Un Puerto Rico social y solidario es la respuesta real a la crisis económica. Es tangible que el Puerto Rico que vivimos hoy en día no va por la dirección correcta. El desmantelamiento de la seguridad social ha ocasionado que muchos estemos meramente sobreviviendo el día a día.

Estamos sobreviviendo por que el estado es débil y los grandes intereses económicos propician la filosofía fracasada de “ayúdate que Dios te ayudará” como respuesta a la situación económica vivimos. La intención de esta filosofía es que el estado se lave las manos como Pilatos y dejar que sobre viva el más fuerte como lo demandan el capitalismo despiadado o el fascismo. El estado débil obtiene el que sus intereses personales estén seguros.

Los estados débiles le ponen en bandeja de plata la cabeza del pueblo a costa de facilitarle ganancias exorbitantes a estos grandes intereses que sobreviven destruyendo la seguridad social. Los grandes intereses buscan y apoyan a los estados corruptos y fascistas que les facilitan la mano de obra barata, sin beneficios sociales y pobre.

Vemos comos estos grandes intereses descaradamente resaltan excepciones en un sociedad. Las excepciones humanas que se resaltan han sido beneficiadas de la seguridad social que tenemos. Un ejemplo es atleta de alto rendimiento subsidiado con los recaudos del estado para que el pueda desempeñarse mejor.

Esta la otra mirada que parece muy socializante para el trabajadores (as) que cambian su seguridad social, por ser socio o accionista de una empresa pequeña. Mirada que sustenta que todos tenemos ser que ser empresarios. El trabajador muy poco o nada es lo que puede ofrecer en capital económico, pero aporta otros capitales: capital del conocimiento (Investigación y desarrollo) capital social (redes sociales, profesionales, sectoriales) o capital simbólico (reconocimiento, prestigio, credibilidad) que son fundamentales para una empresa emergente. El trabajador continúa a merced del capital económico que se queda con una gran parte de la empresa. Solo este tipo de empresas serán justas si el conocimiento y el capital económico son considerados iguales. El trabajador tiene que tener un acuerdo desde el principio del valor de su participación. Sino el trabajador termina siendo un esclavo, su capital pude ser sustraído y como consecuencia revalorizado su participación en la empresa. El trabajador termina perdiendo su tiempo, dinero y seguridad social.

Hay que detener que regresemos al siglo 19 que es el deseo de los grandes intereses y nos brinquemos el siglo XX donde alcanzamos algunos grados de seguridad social con sangre sudor y lagrima en materia de derechos laborales. Encontraremos políticos, financieros, asesores, tanques (organizaciones) de ideas y organizaciones internacionales que son monigotes de esos grandes intereses que jurarán y perjurarán que estamos seguros con las políticas que destruye la seguridad social. Los nuevos tipos de empresas donde el trabajador es socio o accionistas tendrán que tener unos fuertes principios sociales y solidarios entre sus socios para no caer en la filosofía del capitalismo despiadado donde el dinero es el que manda.