Las Madres

Caribe Hoy

Hoy celebramos el Día de las Madres. Ser Madre es uno de los roles más difíciles y a la vez más gratificantes que conozco. La ilusión de un embarazo y un nacimiento, cuando el hijo o hija es querido y deseado es algo indescriptible. Sin embargo, no es así si no es deseado o es producto de una agresión.

Rememoro el momento en que supe que iba a ser Madre. Deseaba serlo con toda mi alma, y aun así cuando lo confirmé, me asusté. Fue un susto por saberme y pensarme responsable de criar, educar y moldear un ser nuevo. Ser Madre no es tanto el parto. Pienso que esa es la parte más fácil. Ser Madre es la crianza y la educación de ese ser. Es el día a día. Por eso hay que honrar a todas las mujeres que han dicho presente, cuando la madre biológica, por una razón u otra no pudo estar.

A pesar de que en el alumbramiento se corta el cordón umbilical, la simbiosis energética que hay entre una Madre y sus hijos es mágica. Si los hijos están bien, la Madre está bien. Si no lo están la Madre tampoco. La Madre es una vidente nata. Ella sabe y ve todo lo que pasa, aunque no esté presente. No hay advertencia o premonición de una Madre que no se cumpla. Ser Madre es quitarse el pan de la boca para alimentar al hijo. Ser Madre son noches sin sueño, es leer un cuento, cantar y bailar. Ser Madre es saber cuándo soltar y dejar ir. Es permitir que los hijos crezcan y se desarrollen seguros y conformes de quienes son.

Con los hijos no llega un libro de instrucciones. Por ello la Madre es creativa, intuitiva, perseverante y estricta. El amor de Madre es incondicional. Eso lo he visto sobre todo en Madres que tienen hijos enfermos, presos o desamparados. Una mujer realmente no entiende la complejidad de lo que supone ser Madre hasta que lo es. Para una Madre sus hijos e hijas lo son todo. El día de la Madre se celebra hoy, pero realmente debemos celebrar a nuestras Madres todos los días. Y repito, Madre no es solo la que pare, sino es toda aquella mujer que asume ese rol. Felicidades a todas hoy y siempre.