En días pasados fui testigo de una escena conmovedora donde dos padres se fundieron en un abrazo tierno, sólido y amoroso. Un abrazo de bienvenida a la nueva paternidad del más joven y de despedida a la del más viejo. Para el joven, la tan esperada paternidad vino abrazada de su viudez. Para el viejo, fue un pasar de batón, amargo por demás, de la vida de una hija al Padre celestial.
Esa escena donde el padre más viejo llamó “hijo” al más joven hijo, fue una de puro amor. Todos los que fuimos testigos silentes de ese homenaje nos enjugamos las lágrimas. El círculo de la vida, nacer y morir, se hizo presente y nos hizo cómplices de un momento íntimamente agridulce.
Pensé en mi propio padre. En lo que para mí significa la figura de ese hombre a quien se honra con el título nobiliario más importante que hay: Padre. Un padre no es aquel que engendra. Un padre es aquel que está presente en el camino de la vida de sus hijos e hijas. Es ese caballero gallardo que acompaña a uno a dar los primeros pasos y de ahí se convierte en guardián por el resto de la vida. Es ese hombre que te abraza amorosamente desde el primer día. Es aquel que te da palabras de aliento cuando estas en el suelo. Un padre es aquel que saca tiempo para sentarse con sus hijos e hijas para hablar, jugar, aconsejar o reprender amorosamente. Un padre es eso y tantas otras cosas.
En los dichos populares se dice que las hijas son de los padres y los hijos de las madres. Será por eso que dicen que el padre es el primer amor de una niña y que a veces cuando una mujer se casa busca un hombre parecido a su padre. No sé, podría ser. Yo me siento privilegiada porque tuve un gran padre. Sin embargo, reconozco que hay muchos hombres que engendran, pero no son padres. No lo son porque para ser padre, hay que asumirse como tal. Hay que aceptar la responsabilidad que llega con ese título. Ser padre es mucho más que proveer un plato de alimento o pasar una pensión alimentaria.
Ser padre es dar ejemplo de vida. Es saber moldear niños y niñas en hombres y mujeres productivos, sensibles, amorosos y responsables. Ser padre es saber transmitir valores humanos y compasión hacia el prójimo. Hoy día del Padre, celebro a todos los padres, padrinos y en especial a todos los hombres que voluntariamente han asumido el rol de ser una figura paterna. Como dicen los mexicanos, ¡que pasen un día muy Padre!