Al Tajumulco por Ana Belén 2017

Caribe Hoy

alt[Nota Editorial: carta enviada por la escritora y activista boricua, Miriam Montes, en solidaridad por la excarcelación de la prisionera política Ana Belén Montes. La carta va dirigida a un grupo de boricuas que escaló la montaña del Tajumulco en México, en solidaridad con la prisionera política].

Apreciados compañeros de lucha y compatriota:

Mi corazón está con ustedes.

Los he imaginado escalando el Tajumulco. Los pienso esforzados, determinados a ser más fuertes que la dificultad. Los visualizo ajustando su modo de respirar ante la carencia de oxígeno que supone la altura. Exhaustos, adoloridos, pero decididos.

La cima es la meta.

Invento un puñado de hombres y mujeres, de esos que creen que es posible hacer una diferencia en el mundo, mientras escalan, en silencio, el volcán más alto de Guatemala.

Les asiste la disciplina. Ha sido preciso preparar el cuerpo y la mente. No hay otra manera de hacerlo.

Una camiseta define su propósito: “Al Tajumulco por Ana Belén 2017”. Y las palabras que llevaron a Ana a una jornada igualmente escabrosa: “Obedecí mi conciencia más que obedecer la ley”.

Entonces pienso en Ana. Al igual que ustedes, se preparó para asumir el riesgo más grande de su vida. Se trataba de guardar un secreto. El secreto de la solidaridad.

Hubiera sido más fácil escoger un camino llano, sin que mediaran condiciones que requirieran esfuerzos extraordinarios. Es el camino de los que obedecen lo normativo, de los que han aceptado, sin examinar o razonar, el curso de acción de una muchedumbre. En ese camino, los poderosos dominan; los pequeños se doblegan.

Pero ustedes, al igual que Ana Belén, escogieron salirse del camino llano y subir una cumbre de laderas empinadas.

Ana se preparó con el conocimiento. Conoció los rumbos que toma un país que ensalza la riqueza material más que la dignidad humana. Y al hacerlo, dejó atrás el camino llano.

Ana se preparó con las voces sabias de los justos y de los valientes. Martí, Betances, Hostos, Gandhi, Martin Luther King, don Pedro Albizu Campos y, más reciente, el ex presidente uruguayo José Mujica y el humanista latinoamericano, el Papa Francisco. Conoció el alma generosa de los que ven al otro como a sí mismos. Bebió de sus palabras buenas, y las creyó. Entonces hizo igual que hacen los que creen: se hacen eco de las voces silenciadas, y luchan por ellos.

Ana se preparó también al cultivar una buena conciencia. Me parece oírla: “No hubiera podido vivir con mi conciencia tranquila si los hubiera ignorado”.

Así, con su pensamiento empapado de justicia y de dignidad, de respeto y de valor, Ana Belén empinó la jornada que asumen aquellos que conocen, que albergan voces sabias, y que luchan.

Ustedes escogieron el valor de escalar hasta arribar a la cima del Tajumulco.

Ana Belén escogió proteger a un país maltratado.

Ustedes superaron el miedo al fracaso, al cansancio y al dolor físico.

Ana Belén apostó a la amistad y al respeto entre los pueblos. Al hacerlo, regaló al pueblo cubano el precio de su propio bienestar, su libertad y su vida.

Imagino la euforia de llegar a la cima del volcán Tajumulco. Imagino la sensación de éxtasis al contemplar, desde 4,222 metros sobre el nivel del mar, un espectáculo asombroso. Me parece sentir el rugir de un viento extraño. Como si estuviera entre ustedes, experimento la conmoción que se queda huérfana de palabras. Quizá una lágrima se asome. Sospecho que la grandiosidad del paisaje los ha hecho olvidar, al menos mientras celebran el logro, el sacrificio de la jornada.

Ana Belén aún sufre un encierro cruel y anacrónico, silenciada entre rejas hostiles.

Estas palabras se las llevará el viento frío que sopla sobre la cima del volcán Tajumulco. Pero no así la voz de la conciencia de Ana Belén Montes, cuando defendió, con la propia vida, el derecho a la dignidad del pueblo cubano.

Hagamos valer la voz de Ana. Luchemos porque cada país sea tratado como si todos fueran un mismo país. Gracias por unirse a la gesta solidaria de Ana Belén.

¡Libertad para Ana Belén Montes!

Con ustedes, en solidaridad,

Miriam

Foto por: Miriam Montes