El espanglish como realidad lingüística puertorriqueña

Cultura

La Real Academia de la Lengua Española anunció que añadirían palabras a su diccionario que hasta hace poco eran impensables, como bloguero o USB. Uno de los nuevos vocablos se utiliza en Puerto Rico con mucha naturalidad desde hace tiempo y, aunque mucho se tardaron, creo que se quedaron cortos con la definición. Me refiero al famoso espanglish. Según RAE, se define como modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés. Nuestra situación política nos permite tener la ciudadanía de los Estados Unidos, lo que no quiere decir que pertenezcamos a los grupos hispanos de allí. Por lo que, entiendo que en el futuro se deberán añadir nuevas acepciones a esta palabra.

El puertorriqueño Salvador Tió fue el primero en acuñar el vocablo, aplicándolo como sátira a la enorme influencia que ejerce el inglés sobre el español. Publicó en 1948 la columna Teoría del espanglish en el periódico El Diario de Puerto Rico. Sus palabras siguen teniendo gran vigencia al día de hoy en nuestro país. Describe este concepto como la españolización del inglés, la cual cada vez está más arraigada al lenguaje coloquial.

Francisco Moreno, dialectólogo y sociolingüista español, dijo en el 2008 que el espanglish surge en un grupo étnico que se resiste a la completa asimilación de otro grupo dominante. Esta teoría pudiera aplicarse bastante a la realidad ocurrente en la Isla, donde la influencia de Estados Unidos se intensifica más con los medios de comunicación y la tecnología. Para nosotros, el espanglish es un estilo del habla muy normalizado, al punto de ni siquiera conocer cómo se dicen algunas palabras en español, porque sólo conocemos el nombre en inglés o la españolización de una palabra de origen inglesa.

La normalización ha llegado al punto de convertirnos en el país con más escritores que publican en espanglish. Obvio, están incluidos todos aquellos escritores de origen puertorriqueño que están en los Estados Unidos. Ana Lydia Vega y Giannina Braschi son dos destacadas en esta literatura. Ambas tienen textos con ejemplos continuos del espanglish y alternancias de código. Se ha llegado al punto de traducir grandes clásicos a esta nueva modalidad. “In un placete de La Mancha of which nombre no quiero remembrearme…” es el comienzo de la versión del Quijote traducida por Ilan Stavans.

La influencia del internet ha hecho que se formen nuevos vocablos y que estos se españolicen con mucha facilidad. De la palabra mail hemos derivado el verbo mailear, escuchándose así expresiones tales como: ´Te meileo el documento en la tarde’. Por otro lado, utilizamos a menudo la palabra accesar al referirnos a entrar en una página de internet, o plataforma electrónica, y son muchos los que desconocen que el vocablo correcto es acceder.

No estamos hablando de un fenómeno únicamente oral, el ejemplo claro está en la literatura antes mencionada. Este estilo de lenguaje lo tenemos directamente en los medios de comunicación. Se ha hecho muy popular en la radio y en la televisión. Las tiendas anuncian sus productos en espanglish y lo tenemos presente en la música. Los niños lo escuchan desde que nacen y la gran creatividad de los adolescentes ha hecho que en lugar de ducharse vayan a wacharse y que al insultar digan fokeate. No importa la clase social a la que se pertenezca, en mayor o menor grado se usa diariamente el espanglish en la Isla. El puertorro viaja a Estados Unidos sin miedo a enfrentarse al idioma porque entre su espanglish y el inglés que pueda escupir se entiende a la perfección con cualquiera, sino se lo inventa o improvisa.

Y como necesitamos evidencias para creernos algo, las mostraré. Mapeamos el suelo. Vamos al mall de shopping. Si queremos una segunda oportunidad decimos one more time y para despedirnos see you. Guardamos la comida en bowls y la ropa en el closet, si está sucia en el hamper. Aunque se haya aceptado hace poco la palabra friki, nosotros, y con otras acepciones, llevamos años frikiandonos. Nos quedamos con cara de what con algo y terminamos preguntando are you kidding me. Cliqueamos el mouse de la laptop. Pedimos un sándwich plain. La pluma del fregadero liquea y se puede dañar el suiche. Pegamos con taip, algo esta de show y logeamos en Facebook. Siempre contestamos el teléfono diciendo hello.

No sabemos a dónde llegará el espanglish en nuestra isla, ni si se convertirá en un estilo lingüístico comprendido por la mayoría de hispanohablantes. Tan sólo tenemos la certeza de que es nuestra realidad lingüística, que continuamente va teniendo mayor aceptación y la creatividad de muchos va creando a diario nuevas palabras o acepciones que por moda se establecen, y se quedan.