¿Qué sentiría si alguien insulta o desprecia a la persona que usted más ama en el mundo? ¿Qué pasaría si su edad, su raza, su condición social, su religión, su sexo o su orientación sexual lo marginan de su barrio? Esa situación la viven diariamente miles de guatemaltecos. Según estudios hechos en el país, el 95% de los chapines afirma que somos una sociedad que discrimina. Hay quienes entre risas se asumen como racistas, machistas, homófobos o clasistas, sin darse cuenta del daño que sus actitudes y palabras acarrean.
Con el tiempo se empezaría a saber que el hecho de ser gay no era un factor de riesgo, pero sí algunas prácticas sexuales, tanto de heterosexuales como de homosexuales. Además se determinó que existen tres formas de transmisión del sida que son: a través de sangre contaminada, relaciones sexuales sin protección y cuando una mamá seropositiva transmite el virus su hijo durante el embarazo, parto o amamantamiento.
Por la tolerancia y respeto en los medios
La participación de los medios de comunicación en la construcción de una sociedad libre de estigma y discriminación fue el título del seminario organizado por la Organización Panamericana de Mercadeo Social (Pasmo) en Guatemala. El conferencista mexicano José Antonio Medina Trejo sensibilizó a periodistas sobre la responsabilidad de informar correctamente sobre el VIH/Sida y las poblaciones vulnerables al mismo.
Atención durante 28 años en Guatemala
Según datos dados a conocer por Pasmo que cita al Centro Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, en Guatemala se han notificado 27,474 casos de VIH/Sida desde el aparecimiento de la epidemia en el país en 1984. En 2011 se notificaron 2,700 casos. Se dice que dos tercios de los mismos fueron reportados en personas de entre 20 y 39 años.
Ofensas cotidianas
Es probable que tenga usted claro que debe ser respetuoso con todas las personas, sin embargo, hay momentos de tensión, enojo e incluso de euforia en los que utiliza expresiones inadecuadas y que pueden ser ofensivas.
El chip cultura
Reconocer que aunque en nuestra casa haya sido habitual la discriminación, no es algo positivo, ayudará a no transmitir estos desvalores a las próximas generaciones. El periodista mexicano Antonio Medina lo denomina “chip cultural”.