Cultura política de la presencia

Cultura

Frente a los manifestantes que ocuparon Wall Street por meses, el teórico social Slavoj Zizek, declaró: ”Don’t feel in love with yourselves, with the nice time we are having here. Carnivals come cheap – the true test of their worth remains the day after, how our normal daily life will be changed.” (énfasis nuestro) La transformación radical de la vida diaria pasa por…la co-presencia diaria. Mirar con detenimiento y descubrir en la cotidianidad cantidad de prácticas e interacciones que continúan fuera del agarre de la lógica mercantil nos invita a ver la ciudad con ojos nuevos hacia perspectivas menos capitalo-centristas. Sumémosle a esto una opción preferencial por enfoques desde la “tradición” de los oprimidos, y tenemos los comienzos de una hermenéutica de la ciudad donde podemos redescubrir e incentivar ‘la banalidad del bien’, común.

 

Las solidaridades que permiten la vida cada día, son la base de análisis y prácticas que en vez de buscar ‘salir de la crisis’ se sumergen en ella para crear mundos nuevos fuera de lógicas dominantes. Esto nos lleva a recordar y reivindicar las distintas políticas de la presencia que tan importantes han sido en la profundización de la democracia. Estar y hacerse presente en la ciudad, en la ‘calle’, haciendo de ésta un lugar político y común, donde ‘lo público’ se rearticula para significar lo compartido. Ejemplos sobran. Solo basta mencionar dos, que marcan decisivamente el comienzo del neoliberalismo, sus violencias y su actual crisis, respectivamente.

El movimiento de Las Madres de La Plaza de Mayo, es tal vez uno de los ejemplos más contundentes de política de presencia, donde literalmente estar presente, hacer acto de presencia, se convierte en expresión radical. De igual forma, hoy los distintos ‘ocupas’ de plazas, parques y avenidas alrededor del mundo, denuncian la dictadura del capital y exigen la profundización de la democracia hacia la creación de sociedades más justas y solidarias. La política de la presencia a través de las ocupaciones por miles de personas, estando ahí, día y noche, por semanas, y a veces meses consecutivos ha sido una estrategia significativa y eficaz, que, además de tener un impacto inmediato y mediático es instrumental en la creación de nuevas subjetividades políticas que van transformando la ciudad hacia ese universo creado por todos donde se puede vivir la democracia y la solidaridad cotidianamente.