Sopla Bairoa. Protégenos Divina Pastora

Caribe Imaginado

altAún en Puerto Rico no nos hemos repuesto de los daños que causaron los vientos de Irma, ni del susto que nos dio José, cuando se nos acerca María, la tormenta tropical número 13 que parece se convertirá en huracán.

Lo preocupante del asunto es que hoy todavía hay muchas áreas del país, tanto en el área metropolitana como fuera, no tienen luz ni agua. Los años de despilfarro de fondos públicos nos llevaron a la situación económica precaria donde estamos. Históricamente los partidos de la mayoría han preferido dar contratos a sus amigos políticos para la construcción de edificaciones innecesarias en vez de dar un mantenimiento adecuado a nuestras infraestructuras o preservar y utilizar edificaciones ya existentes.

Lo anterior se combina con la reducción del personal y disminución de fondos para atender situaciones de reparaciones a nuestros servicios básicos como el agua, la luz y nuestras carreteras. No es sorpresa que estemos donde estamos. Lo vergonzoso es que tuvimos la oportunidad no llegar hasta este estado de precariedad, pero preferimos seguir alimentando los bolsillos de unos cuantos, en vez de hacer un bien mayor manteniendo el país en óptimas condiciones.

Cada vez que me topo con un hoyo en la carretera, que son muchos, me acuerdo de toda la politiquería que nos ha arropado por años; y me vienen a la mente frases no publicables entre ellas la del famoso slogan que dice “que nos gobiernen las p.… porque sus hijos no han sabido hacerlo”. Ellos nos han convertido en un país tercermundista. Lo insólito es, que ante la crisis que confrontamos estos seres no parecen querer aprender.

Ha dejado de ser un lujo el que se tengan cisternas de agua y generadores de luz en las casas. Y no podemos echarle la culpa a ningún huracán o fenómeno natural por ello. Simplemente los años de ineficiencia y despilfarro nos alcanzaron y nos arroparon.

No es por sonar fatalista, pero estamos a punto de sufrir una crisis alimentaria. Pasamos de ser un país agrícola a uno industrial. Se pudo haber pensado en un sistema combinado donde se mantuviese la agricultura paralelamente a los avances industriales. Pero eso no se hizo. Irma también azotó con fuerza los puertos de Florida de donde salían muchos cargueros que nos traen nuestros abastecimientos. Aunque por un corto periodo Estados Unidos ha flexibilizado las leyes de cabotaje, si no se estimula con urgencia a que todos en Borinquén hagamos huertos caseros en nuestras propiedades y comunidades, pasaremos hambre.

En tanto los meteorólogos del país, cuando hablan del tiempo usan términos como “baja y alta presión”. Eso digo yo, “baja y alta presión” es la que sufre el país. Poco falta para que con cualquier próximo viento de tormenta suframos un colapso nervioso colectivo. Por eso invoco a Bairoa. Le pido con fervor. Sopla, empuja lejos los vientos de tormentas, llévate la politiquería y déjanos aires nuevos. También ruego a la Divina Pastora. ¡Protégenos!