Por la defensa de los bienes públicos

Caribe Hoy

altEn estos pasados días ha continuado el desmantelamiento del país que tienen como agenda los miembros de la Junta de Control Fiscal y el gobierno de Ricardo Roselló, muy pese a las loas que éste recibió con el paso del huracán Irma.

No creo que haya puertorriqueño o puertorriqueña sensato que no supiera que hacen cambios serios para que Puerto Rico salga del estancamiento en que se encuentra desde hace años. Ese no es el problema. El problema es que todavía en este país no pensamos en colectivo y en nuestro bien común y seguimos pensando que el maná nos va a caer del cielo.

Pienso que esta forma de pensar viene por llevar tantos años colonizados. Creemos que el pasto está verde al otro lado de la cerca y olvidamos mirar que nuestra Isla tiene una paleta de colores y sabores tan ricos y diversos, que si quisiéramos y hubiese la voluntad colectiva otro sería el cantar. La Universidad de Puerto Rico, nuestro más prestigiosa institución pública y cuna de la esperanza de toda aquella persona que tenga el deseo de superarse, produce una cantera de hombres y mujeres profesionales. Muchísimo de estos hombres y mujeres son cotizados en el extranjero. Son intelectuales, pensadores, poetas, comerciantes, ingenieros, maestros, músicos, artistas y muchos más que hacen un trabajo de primera clase y siempre (o casi siempre) llevan a Puerto Rico en su corazón, aunque estén en la luna.

Sin embargo, desde nuestra perspectiva tropical isleña nos pensamos pequeños. Nos pensamos en un 100 x 35, cuando en realidad somos mucho más. Si aprendiéramos a apreciarnos sabríamos que tiene esta Isla tiene una brisa rica, una cadencia sabrosa, unos paisajes únicos y unas gentes hermosas. Debería ser mandatorio que todo el mundo viajara a algún país y experimentara otra cultura. Así aprenderían a apreciar lo que tenemos que es mucho, aunque nos quieran hacer creer que no lo es.

En esta mentalidad de colonizado se nos hace sentir que, si protestamos porque depositan cenizas en los vertederos de Peñuelas, si protestamos por los altos costos del agua, luz, comestibles. Si protestamos por las inequidades somos unos revoltosos, peludos y peludas, izquierdistas, comunistoides. Pues yo le digo a estos que piensan así que son puros ignorantes, que en todos los países que se respetan a si mismos, incluyendo las grandes naciones y nuestro colono - Estados Unidos de Norte América - el derecho a protestar es uno de los derechos más consagrados de la libertad.

Entonces observo como este partido azul, con síndrome de bebé asfixiado, quiere perpetuar este pensamiento chiquito de que sin la mano de papá o sin la teta de mamá nos moriremos. A esos politiqueros y politiqueras que nos gobiernan y que legislan con el afán de desmantelar el país y acallar nuestras voces; que nos golpean con el mazo para ponernos a “jullir”. A esos que traen gentes a dirigirnos y gobernarnos pagándoles sueldazos cuando no saben ni el ABC de lo que es ser puertorriqueño o puertorriqueña. A ellos les digo dejen de renegar lo nuestro y a los nuestros. El pueblo no dejará de luchar por esta Patria, por defender nuestra cultura y este país. Acuérdense, que el Gran Maestro también era un pelú.