En la marcha del 1 de mayo de 2018, acompañando a sus padres marcharon niños. A raíz de los disturbios entre policías y un grupo de personas, se generó un debate en las redes sociales y medios noticiosos sobre la responsabilidad o falta de ella por llevar niños a participar en las marchas. Hubo un comentarista de noticias que incluso insinúo que era un asunto donde el departamento de la familia debía intervenir. Porqué, me pregunto, a una madre o un padre se le va a coartar su derecho de llevar a un niño o niña a una marcha.
Nuestra constitución, tanto como la constitución norteamericana, garantizan el derecho de libre expresión y de reunión a las personas. Este derecho cobija no solo a adultos sino también a los niños. Es decir, como un derecho fundamental de todas las personas, desde recién nacidos hasta ancianos, se tiene el derecho a la libre expresión y a la reunión.
Por otra parte, las madres y padres son los que, en primer orden, tienen el rol de modelar y ser ejemplo para sus hijos e hijas. Es en el hogar donde se establecen los conocimientos básicos de convivencia, compasión, se fomenta la cultura, la solidaridad, los valores y el amor al país, entre otras cosas.
Puerto Rico vive un momento histórico donde no solo confronta una crisis económica, sino una social y cultural. El país está siendo asediado por todos los flancos. A los ancianos se les recorta su retiro, a los niños se le cierran sus escuelas, se promueven aumentos del costo por crédito que cuartará el acceso a la universidad pública. El costo de la vida para los puertorriqueños aumenta vertiginosamente. Los servicios esenciales como el agua y luz han colapsado, su restauración está comprometida y todavía hay compueblanos sin ellos. El gobierno favorece a inversionistas extranjeros sobre los empresarios locales. Los derechos del sector laboral han sido reducidos y la participación laboral está en una baja mortal.
Los niños son parte integral y fundamental del futuro del país que se quiera construir. Un concepto básico de planificación es hacer planes a corto, mediano y largo plazo, pero siempre manteniendo en mente que se planifica para las futuras generaciones. Siempre se piensa en qué vamos a dejar a nuestros hijos, y a los hijos de sus hijos. Para crear una conciencia social adecuada, es importante integrar a los niños. Educarlos para que aprendan a conocer y reconocer cuales son los problemas que les afectan y como pueden aportar desde su niñez. Una de las formas sencillas y básicas que tiene un niño o niña para aportar y levantar la voz contra las inequidades, es marchar junto a sus padres.
Una marcha de niños que tuvo un impacto social fuerte fue la conocida como la Marcha de los Niños de Birmingham Alabama, en el año 1963. A sus padres negros se les prohibió marchar o perderían sus empleos. Sus hijos marcharon a nombre de ellos. Cuando los visuales de la policía atacando niños recorrió el mundo, el entonces presidente John F. Kennedy se sentó con Martin Luther King y llegaron a acuerdos que cambiaron el curso de los derechos civiles. Recientemente, los niños han estado presente con sus madres en las Marchas de Mujeres alrededor del mundo. Y fueron niños los protagonistas este pasado 24 de marzo de 2018, en la llamada Marcha por Nuestras Vidas, debido a la masacre de Parkland, Florida.
Los niños juegan un rol muy importante en el desarrollo de Puerto Rico, sus voces y su marcha es fundamental. A marchar niños y niñas. A marchar con, por y para sus y familias y por el futuro de Puerto Rico.