Hablando de homosexualidad y homofobia en Guatemala

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“No voy a tener hijos homosexuales porque esas cosas se dan cuando falta el padre”, dijo la Miss Perú Universo para responder una pregunta en un certamen de belleza.

En el pasado la homosexualidad fue considerada una enfermedad, pero en 1971 dio inicio un proceso que llevó a la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) a eliminarla de su Manual de Diagnóstico de Enfermedades Mentales (en diciembre de 2003), en tanto que la Organización Mundial de la Salud hizo lo suyo el 17 de mayo de 1990. A pesar de ello todavía existen prejuicios sociales que permiten el asedio de las personas no-heterosexuales alrededor del mundo. En 7 países aún está vigente la pena de muerte para homosexuales y en otros 76 la legislación les impone castigos físicos o prisión. En Latinoamérica, tanto en México como en Suramérica se tiene algunos avances en cuanto a la equiparación de derechos, pero el machismo sigue presente en toda la región, especialmente en Centroamérica donde las complejidades sociales rebasan cualquier posibilidad de acercamiento a la protección legal, económica y social, no solo de estas Comunidades sino de la población en general.

El término homofobia –atribuido al estadounidense George Weinberg, autor del libro “La Sociedad y el Homosexual Sano”, publicado en 1971- se refiere, de acuerdo al DRAE, a la aversión obsesiva a las personas homosexuales. Según se trate de víctimas de determinadas Comunidades de la Diversidad Sexual y de Género, es adecuado usar homo, lesbo, bi o transfobia, para evidenciar y comprender las sutiles diferencias, niveles y tipos de discriminación.

La homofobia puede ser social, familiar, institucional e internalizada, siendo la última la más nociva pues consiste en la magnificación de los mecanismos de sobrevivencia utilizados por personas no-heterosexuales para intentar camuflarse y no ser víctimas de la exclusión social. La homofobia internalizada motiva comportamientos autodestructivos e impide que los afectados estén en condiciones de reconocerse como sujetos de derecho.

En Guatemala la homofobia fue oficialmente reconocida cuando el Procurador de los Derechos Humanos incluyó un apartado, específico, para describirla en su Informe Anual Circunstanciado 2004, presentado ante el Congreso de la República. Dicho reconocimiento ha sido posible a partir del registro de denuncias interpuestas directamente por las víctimas, con el acompañamiento de OASIS y posteriormente de otros sectores de la sociedad civil organizada.

El racismo, sexismo y machismo comparten algunas similitudes con el fenómeno psicosocial de la homofobia, siendo el Estado directamente responsable de implementar políticas públicas para evitar todo tipo de discriminación y verificar la realización de las libertades e igualdades establecidas en la Constitución Política de la República de Guatemala.

A pesar de que pareciera haber una tendencia hacia la aceptación de la diversidad sexual –en parte, por las protestas públicas como el Desfile de la Diversidad Sexual e Identidad de Género y los programas transmitidos por los medios de comunicación- en el país no existe ninguna legislación específica para proteger a las personas, de los horrendos crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género y la homofobia continúa condicionando el goce de los derechos humanos, especialmente afuera del Área Metropolitana de la ciudad de Guatemala.

*Director de la Organización de Apoyo a una Sexualidad Integral frente al Sida (OASIS)