Pesca y acuicultura: lograr una mayor aportación de un sector vital

Economia Solidaria

La pesca y la acuicultura sostenibles desempeñan un papel crucial en la seguridad alimentaria y nutricional y los medios de subsistencia de millones de personas. La publicación más reciente de la FAO sobre el estado de la pesca y la acuicultura, presentada en la apertura de la 30ª reunión del Comité de Pesca de la FAO, destaca la contribución fundamental del sector al bienestar y la prosperidad del mundo, un aspecto reflejado en el reciente Documento Final de Río +20.

El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2012 revela que el sector produjo una cifra récord de 128 millones de toneladas de pescado para consumo humano -una media de 18,4 kg por persona- que proporcionaron un 15 por ciento de la ingesta de proteínas animales a más de 4 300 millones de personas. La pesca y la acuicultura son también una fuente de ingresos para 55 millones de personas.

"La pesca y la acuicultura juegan un papel vital para la economía mundial y para la economía nacional y rural, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva. "Los medios de subsistencia del 12 por ciento de la población mundial -añadió- dependen directa o indirectamente de ellas. La pesca y la acuicultura suponen una importante contribución a la seguridad alimentaria y la nutrición. Son la principal fuente de proteínas para el 17 por ciento de la población mundial, y para casi una cuarta parte en el caso de los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos".

Arni M. Mathiesen, Jefe del Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO, afirmó: "La pesca y la acuicultura están contribuyendo de manera esencial a la seguridad alimentaria mundial y al crecimiento económico. Sin embargo, el sector se enfrenta diversos problemas, incluyendo la mala gobernanza, los sistemas insuficientes de ordenación pesquera, los conflictos por la utilización de los recursos naturales y el uso continuado de malas prácticas pesqueras y acuícolas. Y se ve más debilitado por no incorporar las prioridades y derechos de las pequeñas comunidades pesqueras y las injusticias relacionadas con la discriminación de género y el trabajo infantil".

 

Mejorar la gobernanza

La FAO insta a los gobiernos a hacer todo lo posible para garantizar la pesca sostenible en todo el mundo. El informe señala que muchas de las poblaciones de peces marinos controladas por la FAO continúan bajo una gran presión. Según las últimas estadísticas disponibles, casi el 30 por ciento de estas poblaciones de peces están sobreexplotadas (un ligero descenso con respecto a los dos años anteriores), alrededor del 57 por ciento están totalmente explotadas (es decir, próximas a su producción máxima sostenible o en este nivel máximo), y sólo un 13 por ciento no están completamente explotadas.

"La sobreexplotación no sólo afecta negativamente al medio ambiente, sino que también reduce la producción pesquera, con las consiguientes consecuencias sociales y económicas negativas", señala el informe. "Para aumentar la contribución de la pesca marina a la seguridad alimentaria, las economías y el bienestar de las comunidades costeras, se deben poner en marcha planes de ordenación eficaces para restablecer las poblaciones sobreexplotadas".

Es necesario fortalecer la gobernanza y ordenar eficazmente la pesca. El informe sostiene que el fomento de la pesca y la piscicultura sostenibles puede incentivar la administración de ecosistemas a mayor escala y aboga por mecanismos como la adopción de un enfoque ecosistémico de la pesca y la acuicultura con sistemas de tenencia justos y responsables.

 

Mirando al futuro

Las principales amenazas que debilitan el potencial de la pesca y la acuicultura para la seguridad alimentaria y nutricional se derivan principalmente de la ordenación ineficaz y de la mala conservación de los hábitats. Es necesaria una transición hacia enfoques centrados en las personas para mejorar la contribución del sector a la seguridad alimentaria y de los medios de vida. Tal y como se destacó en la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible de Río +20, este cambio podría alentar a la comunidad mundial a alcanzar la utilización realmente sostenible y responsable de los recursos acuáticos para satisfacer las necesidades actuales, asegurando al mismo tiempo que sus beneficios se mantienen para las generaciones futuras.