El Dios de la Salsa y su Gracia Divina

Crítica literaria
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alt[Nota editorial: Esta es la presentación del libro de referencia, que se hiciera en la Librería La Mágica el pasado 28 de junio y en la librería Casa Norberto el pasado 13 de julio de 2018. Por el valor histórico del texto reseñado, publicamos de forma integra la presentación.]

Introducción:

A Vic Rodríguez, mejor conocido como el “Chévere de la salsa” lo conocí hace tan sólo unos meses. A partir de ese encuentro, se ha convertido en poco tiempo, en una persona presencial en mi vida.

Así las cosas, el pasado jueves santo, 25 de marzo, me encontraba escuchando al Búho Loco, Nestor Galán, principal locutor de la poderosa Z93, y éste en su programa del mediodía, “Pide que hay”, entrevistaba a Vic. Le presté atención, pues hablaba de algo de lo cual no tenía mucho conocimiento, “El día nacional de la salsa con sentido”.

Sobre todo, que llevaban 13 ediciones de este festival musical anual, el cual sesiona con anterioridad al Día Nacional de la Salsa, actividad cumbre de Z93. La actividad de Vic ocurre el viernes Santo, y en ese día, Z93 le rinde un homenaje a la salsa sacra, mientras Vic se ha organizado para hacer un “bailable de viernes Santo”.

Fue en el “bailable de viernes Santo” que lo conocí. Me impresionó, una vez me mostró la galería de fotos de su actividad, la historia que acompaña a este evento por tantos años, y del cual tenía total desconocimiento. Fue en este momento, que frente a Vic Rodríguez descubrí su generosidad humana, su entusiasmo, y más que nada, su amor por la salsa.

En ese momento no me obsequió su libro, El Dios de la Salsa y su Gracia Divina (Vol. 1), el cual ya había mencionado en el programa de Nestor Galán, y por razones de afinidad me causaba interés. Tampoco lo compré, pues estaba en otros presupuestos. Pero me comprometí a leerlo, reseñarlo en nuestro medio de comunicación, El Post Antillano, y a involucrarlo en las actividades subsecuentes que organizará relacionadas a la salsa.

Por lo tanto, luego de ese primer encuentro y vivir junto a Vic y su familia, entre otras Ana María su esposa, me percaté que estaba frente a un salsero de la mata, pero de una mata en particular. De la mata de la fe cristiana. Esa que vive con sentido, y sobre todo de la gracia divina, y donde se justifica a partir de las creencias, que “el Todopoderoso, es el Señor”.

Ahora bien, porque a mi “El Nazareno me dijo que cuidara de mis amigos” invité a Vic a participar en el Primer Congreso Ismael Rivera de la Industria de la Salsa, el cual organicé el pasado 27 de abril en la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. Esto dio paso a varios entendidos y a otros desentendidos. Pero como había descubierto la fuerza e interés de Vic y su familia por la salsa, los desencuentros posibles que hayamos tenido, dieron paso a que le ofreciera presentar su libro y esa es la razón de este evento. Un gesto de gratitud de mi parte, para Vic Rodríguez y los suyos, por su generosidad en el mundo de la salsa, que a ambos nos mueve desde distintas miradas o perspectivas.

Pero también se trata de una colaboración para con un ser humano que, sin entrar en la historia de su vida, ha sabido cultivar sus pasiones, desde sus creencias integrando “lo bueno y lo malo”.

El Dios de la Salsa y su Gracia Divina:

Se trata de un texto de historiografía salsera de un gran valor. Más allá de su entusiasmo, Vic Rodríguez logra anteponer su devoción por el Dios de los Reinos y explicar, de forma sencilla como se desarrolló lo que hoy conocemos como la salsa sacra, o a partir de lo que el instituyó la “Salsa Con Sentido”.

Un libro escrito en 20 capítulos, cual se puede dividir en tres partes:

a. Los orígenes de la salsa.

b. Los orígenes y desarrollo de la salsa sacra.

c. La invitación a partir de la Gracia Divina como salsero y seguidor del ritmo de la clave, a ser creyente.

Se trata de un texto interesante, en el cual las tres partes en que dividió el libro, nos permiten explorar el desarrollo de un componente del género de la música urbana caribeña, afro-antillana, a la cual llamamos salsa. En esta medida, me parece que la contribución del libro yace en lo que tiene que ver con el desarrollo de la música sacra, con sentido, sobre todo por las corrientes que se van dando a principios de la década de 1970, entre los salseros emergentes establecidos, como Ismael Rivera, Héctor Lavoe, Richie Ray y Bobby Cruz, y Raphy Levitt y Sammy Marrero.

A estos se le suman otros rompimientos, que desde los big bands de Nueva York promueven en la isla nuevas posibilidades a partir de músicos altamente entrenados pero insatisfechos en su espiritualidad. De esta forma es que podemos hablar del surgimiento de la banda (luego orquesta) de Bethesda a fines de la década de 1960. A partir de aquí, el resto es la historia.

Hoy podemos decir que la salsa con sentido existe y se escucha en frecuencias donde los salseros tradicionales no incursionamos. Mientras que los salseros con sentido incursionan en un mundo que transcurre entre la salsa tradicional y la salsa sacra. Donde la letra se mantiene, y el coro o soneo es el que se modifica. En esta medida, muchas veces podríamos pensar que se trata de un mero “cover” de una canción tradicional de salsa, pero realmente hablando se trata de un re-mixeo a ritmo sacro, y a lo cual no le hemos prestado mucha atención.

Así que los grandes músicos que existen en este avatar musical, merecen ser conocidos y reconocidos. Se trata de Piro Romero, Eliezer Espinosa, Jorge Marcano, Richie Ray y Bobby Cruz, Egi Ocasio, Bobby Rosario, Miguel Cruz, Papo Inspiración, la Orquesta la Revelación, Toñito Reyes, Tomás Caraballo, Alex de Castro (interpretes) y Magaly Rodríguez de Bermúdez (radiodifusora).

En fin, que el libro se torna en un documento que registra todo un mundo que está allá afuera, pasando, y al cual le podríamos poner atención, si realmente hablando fuéramos consistentes con el mundo de la diversidad que apoyamos. Es decir, los no creyentes de la palabra cristiana que personas como Vic Rodríguez promueven, debemos de prestarle atención a la manifestación cultural que los cristianos han desarrollado.

De mi parte, en este volumen 1 de la historia de la salsa con sentido que produjo el nuevo amigo Vic Rodríguez, me parece que es un texto necesario para llenar un capítulo de la música tropical al cual le hemos prestado poca atención. Que sea la salsa sacra un proyecto para que se continúe investigando que pasa en ese derredor. De nuestra parte, gracias a Vic Rodríguez, por el esfuerzo. En hora buena recibimos a El Dio de la Salsa y su Gracia Divina.