La Junta se reúne

Caribe Imaginado

altEl presidente de la Junta Fiscal discutía con la directora ejecutiva la agenda preparada para la reunión pública. No todos los miembros de la Junta asistirían a la reunión por distintas razones.

-La Legislatura no aprobó la derogación de la Ley 80. ¿Qué vamos a hacer con el acuerdo que teníamos con el gobernador sobre el nuevo presupuesto y el Plan Fiscal revisado? -dijo la directora.

-Vamos a dejar sin efecto el acuerdo. Tuvimos varias reuniones con todas las partes envueltas. Hay intereses políticos encontrados y yo no estoy para meterme en esos rollos. La Legislatura tiene su propia agenda. Eliminaremos el bono de navidad, los fondos de los Municipios, de la Universidad y presentaremos nuestro propio presupuesto. No hay de otra este gobernador no tiene el liderato frente a la Legislatura- dijo el presidente.

-Tu sabes que eso nos traerá mucha controversia entre los empleados públicos, pensionados y demás sectores del pueblo.

-Tenemos la presión del Congreso de los Estados Unidos en cuanto al pago a los bonistas, que hasta ahora no han recibido un centavo. Bien sabes que PROMESA se aprobó con ese propósito. Pagarles a los bonistas. Quieren más presión al gobierno por parte de nosotros. El presidente del Comité del Congreso, el que nos manda en todo este asunto y creó esta legislación, radicó un documento para participar en el caso federal pidiendo que se resuelva todo este problema del plan de ajuste de deudas lo más pronto posible e indicando que no hemos hecho nada.

-Recuerda que la soga parte por lo más finito y nosotros estaremos aquí por tres años y solo nos queda un año para resolver este asunto. Tengo que velar por mis intereses económicos. Luego nombrarán a otros miembros a la Junta y no sé si me dejarán como directora ejecutiva. Debemos dejar los planes fiscales corriendo para los próximos presupuestos- señaló preocupada la directora.

-No quería que toda esta situación se saliera de control. Ya lo tenía arreglado antes de las elecciones con el nuevo gobernador para que todo fluyera sin mayores controversias. Con el gobernador anterior ni pude reunirme. Sabes que somos ambos anexionistas, aunque él es demócrata y yo republicano. Nos salió flojo y endeble. No tiene las mismas agallas que su padre. Nunca ha podido controlar a su partido. Han presentado una demanda contra nosotros-terminó molesto el presidente.

A las afueras del edificio estaban reunidos los distintos grupos que protestaban por la presencia de la Junta. Los últimos acontecimientos no habían levantado el furor que se esperaba entre los distintos sectores afectados. Ni los sindicatos de empleados públicos y privados habían logrado aglutinar a todos los miembros. No todos querían participar unidos. Un pequeño grupo de personas habían formado un círculo de manifestantes frente al edificio de la Junta caminando con pancartas alusivas a la protesta.

-Yo no puedo entender todo este asunto. El país está en quiebra. No hay empleos. La gente está migrando. Se siguen nombrando puestos con salarios exorbitantes. Nos quitan los fondos de la universidad. Nos quitan el bono de navidad. Van a reducir las pensiones. Los municipios están pelaos. La Junta impone sus caprichos al gobierno. Quieren dejar sin efecto los convenios colectivos y solamente hemos aglutinado a dos o tres gatos-dialogaba Ricardo con Zuleika y Soraya.

-Tenemos que ir pensando en otras acciones más combativas si queremos levantar la lucha contra la Junta Fiscal y lo que significa tenerla por diez años-comentó Zuleika.

Zuleika era hija de uno de los miembros de una extinta organización clandestina. La familia había sido perseguida desde que ella tiene memoria y los padres terminaron divorciados. Se quedó viviendo con el padre porque quería estudiar en la universidad luego que la madre se fue para los Estados Unidos. El padre también fue líder estudiantil de la universidad en los años setenta. Siempre le interesó la lucha política por la independencia de Puerto Rico desde sus años escolares. Comenzó desarrollando su liderato en el consejo de estudiantes escolar. Ella era más radical que muchos de los miembros del grupo “fuera las promesas”. Entendía que no estaban logrando despertar al pueblo. Decía que las mujeres eran más valientes. El ejemplo eran Blanca Canales y Lolita Lebrón por las osadías que realizaron en favor de la patria.

-¿Verificaste si todos los compañeros han asistido?- preguntó Ricardo

-Verifico y te aviso.

Ricardo marchaba y vio a Rosaura la maestra de escuela intermedia. Le sorprendió su presencia en la actividad. Ella era la maestra de español y nunca la conoció como interesada en los asuntos políticos o sindicales en su escuela.

-Maestra me alegro mucho verla por aquí. Tanto tiempo sin vernos. Recuerdo que usted no favorecía este tipo de actividades porque que entendía tenían un carácter político- dijo Ricardo.

-En esta ocasión tengo que protestar. Este gobierno está cerrando nuestra escuela. Recuerda que era la única escuela elemental e intermedia de toda la zona. Muchos estudiantes tendrán dificultad para llegar a otras escuelas. Por otro lado, me quedo sin trabajo a esta edad, dime si tengo razones para protestar- le dijo sollozando Rosaura.

Mientras hablaban Zuleika se acercó.

-Con permiso, Ricardo, todos llegaron, pero Carlos llegó encapuchado y con una mochila.

Por la ventana de las oficinas el presidente de la Junta y su directora ejecutiva veían la manifestación contra ellos.

-No te preocupes del pueblo y sus manifestaciones, querida directora, tu puesto está seguro, nosotros somos los representantes directos del poder plenario del Congreso de los estados Unidos en esta colonia y podemos hacer lo que queramos. La juez federal resolverá a favor de nosotros, no hay de otra.- dijo el presidente con una sonrisa a labios y cerró la cortina.