El intento de asesinar a Nicolás Maduro

Historia

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El 1 de mayo de 2017, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, anunció la convocatoria en su país de una nueva Asamblea Constituyente, ello al amparo de las disposiciones de la Constitución vigente de 1999 en sus artículos 347, 348 y 349. El propósito de la convocatoria fue que el pueblo venezolano, en el ejercicio de su poder constituyente, discutiera la reformulación del Estado venezolano a la luz de las nuevas transformaciones y necesidades para el adelanto del proceso de construcción socialista en Venezuela. La República Bolivariana de Venezuela no es un Estado socialista. De hecho, la mayoría de los medios de producción en el país siguen en manos privadas y las estructuras políticas y económicas construidas para su desarrollo,responden aún en gran medida a aquellas heredadas de regímenes anteriores bajo el capitalismo.

Sin embargo, lo anterior no desmerece la realidad de que, apartir del triunfo del comandante Hugo Rafael Chávez Frías hace ya dos décadas,Venezuela comenzó un proceso de transformación del Estado, la economía y lasrelaciones políticas y jurídicas que permiten hoy encaminar al país hacia un nuevomodelo de sociedad en la cual, cada vez más, avanzan las reivindicacionesnecesarias para la construcción de un modelo de sociedad socialista.Desde el ascenso al poder del comandante Chávez en 1998, la derechavenezolana se ha empeñado en procurar por vía de la violencia y ladesestabilización económica del país, lo que por la vía electoral no ha podido.Como sabemos, los procesos revolucionarios, si es que aspiran a mantener sucondición transformadora de lo viejo y caduco, no pueden cosificarse,manteniendo su institucionalidad sin cambio, sin atemperar sus instituciones a lasconquistas alcanzadas y aquellas otras a las cuales se aspire a corto y medianoplazo.Esta primera etapa representó para Chávez, el esfuerzo por unificar lavoluntad del pueblo venezolano tras un programa de acción política en el cual éstecomenzara a ser dueño de su propio destino. Recuperando sus capacidades,hasta entonces conculcadas por la clase capitalista adueñada del poder político ydel control de Estado para adelantar sus intereses, era necesario arrebatarle albinomio ADECO-COPEI no sólo la alternanza en el poder, sino devolverle alpueblo, como soberano, su poder político constituyente. Así surge la promesa decampaña y más adelante la realidad de un proceso que culmina en la aprobaciónde la Constitución de la República Bolivariana en Venezuela de 1999. En ella se
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recogieron los derechos del pueblo venezolano en su primera etapa detransformación revolucionaria.En el año 2007 se intentó nuevamente ejercer ese poder constituyente delpueblo como soberano llevando el proceso revolucionario a la siguiente etapa parala cual se interesaban nuevos cambios en la Constitución. Sin embargo, a pesarde los esfuerzos llevados a cabo para modificarla y atemperar la misma a nuevasrealidades y nuevos objetivos, el pueblo no avaló en ese momento los cambios. Elgran avance, sin embargo, fue que la derecha venezolana, para oponerse a losnuevos cambios, debió recurrir a defender la Constitución de 1999, la cualciertamente era superior en derechos a cualquier otra constitución aprobada enVenezuela desde su independencia.Diez años después del aquel intento, el presidente Nicolás Maduro Moros,en el ejercicio de sus atribuciones constitucionales como Jefe de Estado, convocóal pueblo venezolano en su ¨poder constituyente originario para que la claseobrera y el pueblo en un proceso nacional convoque a una Asamblea NacionalConstituyente¨.Mediante este paso, el presidente Maduro interesaba elevar a rangoconstitucional las misiones creadas por la Revolución Bolivariana como son laMisión Vivienda, que abre paso al acceso ciudadano a la vivienda; Misión BarrioNuevo y Misión Tricolor, las cuales han sido cruciales en la prestación de serviciosy cuidados de salud para los sectores más frágiles de la sociedad venezolana; laMisión Alimentación, que ha garantizado a la población de menos recursoseconómicos el acceso a la alimentación en momentos en que los sectores de laoligarquía esconden alimentos para provocar una escasez que lleve al caos; elloante insinuaciones por parte de la Asamblea Nacional de que se proponía eliminarde cara al futuro tales programas.Otro de los objetivos que perseguía el presidente venezolano con laconvocatoria a la Asamblea Constituyente era proteger varios derechos,elevándolos a rango constitucional para brindar una protección absoluta a lajuventud contra las políticas neoliberales y privatizadoras, garantizando de paso elderecho al trabajo, a la educación, a la vivienda, a la cultura y a la tecnología.Maduro indicó entonces su aspiración a la creación en Venezuela de un¨Estado Comunal¨, concepto este se inscribe en la búsqueda de cómo darle mayorparticipación y poder al pueblo. De acuerdo con la Ley Orgánica de las Comunas,en su artículo primero, la Comuna es una entidad local, de base, ¨donde losciudadanos y ciudadanas en el ejercicio del Poder Popular, ejercen el plenoderecho de la soberanía y desarrollan la participación protagónica, medianteformas de autogobierno para la edificación del estado comunal, en el marco delEstado democrático y social de derecho y de justicia.¨La convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, con el rechazo de laoposición, desarrolló y continúa desarrollando sus trabajos aún en medio de
3acciones dirigidas a desestabilizar el proceso revolucionario venezolano. A laoposición interna se suman las acciones y las medidas tomadas por el gobierno deEstados Unidos, la OEA y otros gobiernos europeos y de la región contraVenezuela.Indica el Frente Antiimperialista Internacional en su artículo de fecha 6 deagosto de 2018 titulado La guerra imperialista contra Venezuela incorporaatentados terroristas (Análisis del atentado al presidente venezolano NicolásMaduro), en torno al atentado contra la vida del presidente venezolano el pasado 4de agosto, lo siguiente:
“Tras el verano del 2017, el fracaso de la violencia terrorista de las‘guarimbas’ y la pérdida de la capacidad de la oposición para derrocar elgobierno del presidente Nicolás Maduro, han dado lugar a una nueva faseen el objetivo de acabar con la revolución bolivariana. Este fracaso delfrente de guerra interno ha puesto en marcha un programa de ataquesdirectos promovidos y dirigidos desde el exterior de Venezuela. El atentadocontra el presidente Nicolás Maduro es el primer hecho significativo de estanueva estrategia. Aunque ciertamente ha habido intentos anteriores deasesinar y derrocar al presidente venezolano como el llamado ‘Golpe Azul’o la ‘Operación Constitución”.El atentado se produjo en el marco de la conmemoración y desfile militar enocasión del 81 Aniversario de la fundación de la Guardia Nacional de Venezuela.Apenas transcurridas unas horas desde el suceso, en alocución televisiva quehiciera al pueblo venezolano, el presidente Maduro fijó la responsabilidad por elatentado en sectores de la derecha venezolana con el apoyo directo del gobiernode Colombia, particularizando en el presidente saliente Juan Manuel Santos y suscomentarios previos. De acuerdo con los señalamientos de Maduro, Santos habíahecho expresiones en días previos a finalizar su mandato presidencial a losefectos de que “Maduro está al borde del final de su vida” o “Ojalá mañana mismoterminara la presidencia de Maduro” . En sus declaraciones, el presidente Maduroanunció, también, la captura de varios de los implicados en el atentado donde sibien él no sufrió heridas, otros siete militares de la Guardia Nacional de Venezuelasí resultaron heridos.En el atentado se utilizaron dos “drones” con capacidad para transportarexplosivos. Uno de ellos, gracias a los sistemas de detección y protección de losorganismos de seguridad venezolanos, fue desviado en el aire chocando contra unedificio aledaño a donde se encontraba el presidente, su esposa y altosfuncionarios de su gobierno y de la Fuerza Armada; mientras el otro, explotó acorta distancia de donde se encontraba el presidente. De acuerdo a declaracionesdel presidente Maduro, las personas que operaron los ¨drones” utilizados en elatentado fueron entrenados entre los meses de abril y junio en una finca enChinácota, Colombia, en el departamento de Santander.
4Los participantes en la operación pertenecen, según indican las autoridadesvenezolanas, a una organización vinculada con el coronel Juan Gaguaripano. Esteex militar venezolano tuvo participación en la dirección del asalto y robo dearmamento efectuado en una guarnición militar en Paramacay, localizada en elcentro de Venezuela, en el mes de agosto de 2017. Fue capturado unos díasdespués del asalto. Uno de sus asociados, José Monasterio Venegas, sargentoretirado del Ejército sobre quien pesaba una orden de captura, también se levincula con este nuevo atentado.Se indica por las autoridades venezolanas que el explosivo quetransportaba uno de los “drones” era pentrita con pólvora junto con balines deplomo; el segundo, con explosivos C-4 y pólvora. Entre los siete detenidos alpresente, se encuentra una mujer.Información recopilada tras los arrestos y varios allanamientos practicados,ofrecieron al gobierno importantes datos para ubicar otros implicados, entre ellos,según indica el propio presidente Maduro, el ex presidente del Congreso, JulioBorges, y el diputado Juan Requesens. Este último fue detenido, así comotambién su hermana Rafalea Requesens, la cual posteriormente fue dejada enlibertad. En los casos de Borges y Requesens, la Asamblea NacionalConstituyente los despojó de la inmunidad parlamentaria, por lo que deberánresponder de acusaciones que incluyen el delito de homicidio intencional calificadoen grado de tentativa, o como le dicen en Venezuela, “en grado de frustración”.El Tribunal Supremo de Venezuela ha determinado que los implicados seansometidos al proceso ordinario penal. En el caso de Borges no se encuentra enVenezuela ya que permanece en Colombia. Lo mismo ocurre con otros miembrosde la oposición. Borges señala que la Asamblea Nacional Constituyente no puededejar sin efecto la inmunidad parlamentaria, mientras que la integrante de laAsamblea Nacional Constituyente, Gladys Requena, señaló que la “inmunidadparlamentaria no es una patente de corso para delinquir”. Hay otros diputadosimplicados que también podrían ser objeto de que se les elimine la inmunidadparlamentaria.Maduro ha identificado a Osman Delgado Tabosky y Rayder RussoMárquez, de ser los principales responsables del atentado y de haber financiado elmismo. Se alega que Delgado Tabosky reside en el estado de Florida, mientras sedesconoce el paradero del segundo. Ha señalado con dedo acusatario también lasdeclaraciones del periodista en Miami Jaime Bayly, quien desde su programatelevisivo admitió que se había reunido con los implicados y que estos habíanmanifestado su intención de llevar a cabo un atentado utilizando “drones” en lacapital venezolana. Por su parte, el ex dirigente de Voluntad Popular SalvatoreLucchese, quien compartió celda en prisión con Leopoldo López en 2014, seatribuyó inicialmente haber formado parte del ataque contra Maduro, aunque luegoretiró sus comentarios.
5A pesar de las dudas que la prensa comercial ha tratado de sembrar entorno a este atentado, pretendiendo que se entienda el mismo como parte de unacampaña del propio presidente Maduro para beneficio de su imagen, tiene razón elFrente Antiimperialista Internacional cuando desmintiendo tal premisa, indica losiguiente:
“En estos momentos el intento de asesinar al presidente venezolanoutilizando la tecnología de los drones, que no está al alcance de pequeñosgrupos autónomos locales, supone un paso más de esta guerra imperialistaque está adoptando una forma de tecnología avanzada para camuflar laintervención foránea. Sin embargo, estos métodos ampliamente utilizadospor Estados Unidos en Oriente próximo no hacen sino mostrar que no sonactos aislados ni de factura interna.”Ciertamente, el intento de asesinato del presidente Maduro no podemostomarlo a la ligera. Se trata de un escalón más en el propósito de derrocar sugobierno y revertir las conquistas sociales que el pueblo venezolano ha alcanzadotras 20 años de revolución bolivariana. Le corresponde al bravo pueblovenezolano, una vez más, derrotar la intervención extranjera y la oposición internaen el hermano país latinoamericano.El 1 de mayo de 2017, el presidente de la República Bolivariana de

Venezuela, Nicolás Maduro Moros, anunció la convocatoria en su país de una
nueva Asamblea Constituyente, ello al amparo de las disposiciones de la
Constitución vigente de 1999 en sus artículos 347, 348 y 349. El propósito de la
convocatoria fue que el pueblo venezolano, en el ejercicio de su poder
constituyente, discutiera la reformulación del Estado venezolano a la luz de las
nuevas transformaciones y necesidades para el adelanto del proceso de
construcción socialista en Venezuela.
La República Bolivariana de Venezuela no es un Estado socialista. De
hecho, la mayoría de los medios de producción en el país siguen en manos
privadas y las estructuras políticas y económicas construidas para su desarrollo,
responden aún en gran medida a aquellas heredadas de regímenes anteriores
bajo el capitalismo. Sin embargo, lo anterior no desmerece la realidad de que, a
partir del triunfo del comandante Hugo Rafael Chávez Frías hace ya dos décadas,
Venezuela comenzó un proceso de transformación del Estado, la economía y las
relaciones políticas y jurídicas que permiten hoy encaminar al país hacia un nuevo
modelo de sociedad en la cual, cada vez más, avanzan las reivindicaciones
necesarias para la construcción de un modelo de sociedad socialista.
Desde el ascenso al poder del comandante Chávez en 1998, la derecha
venezolana se ha empeñado en procurar por vía de la violencia y la
desestabilización económica del país, lo que por la vía electoral no ha podido.
Como sabemos, los procesos revolucionarios, si es que aspiran a mantener su
condición transformadora de lo viejo y caduco, no pueden cosificarse,
manteniendo su institucionalidad sin cambio, sin atemperar sus instituciones a las
conquistas alcanzadas y aquellas otras a las cuales se aspire a corto y mediano
plazo.
Esta primera etapa representó para Chávez, el esfuerzo por unificar la
voluntad del pueblo venezolano tras un programa de acción política en el cual éste
comenzara a ser dueño de su propio destino. Recuperando sus capacidades,
hasta entonces conculcadas por la clase capitalista adueñada del poder político y
del control de Estado para adelantar sus intereses, era necesario arrebatarle al
binomio ADECO-COPEI no sólo la alternanza en el poder, sino devolverle al
pueblo, como soberano, su poder político constituyente. Así surge la promesa de
campaña y más adelante la realidad de un proceso que culmina en la aprobación
de la Constitución de la República Bolivariana en Venezuela de 1999. En ella se

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recogieron los derechos del pueblo venezolano en su primera etapa de
transformación revolucionaria.
En el año 2007 se intentó nuevamente ejercer ese poder constituyente del
pueblo como soberano llevando el proceso revolucionario a la siguiente etapa para
la cual se interesaban nuevos cambios en la Constitución. Sin embargo, a pesar
de los esfuerzos llevados a cabo para modificarla y atemperar la misma a nuevas
realidades y nuevos objetivos, el pueblo no avaló en ese momento los cambios. El
gran avance, sin embargo, fue que la derecha venezolana, para oponerse a los
nuevos cambios, debió recurrir a defender la Constitución de 1999, la cual
ciertamente era superior en derechos a cualquier otra constitución aprobada en
Venezuela desde su independencia.
Diez años después del aquel intento, el presidente Nicolás Maduro Moros,
en el ejercicio de sus atribuciones constitucionales como Jefe de Estado, convocó
al pueblo venezolano en su ¨poder constituyente originario para que la clase
obrera y el pueblo en un proceso nacional convoque a una Asamblea Nacional
Constituyente¨.
Mediante este paso, el presidente Maduro interesaba elevar a rango
constitucional las misiones creadas por la Revolución Bolivariana como son la
Misión Vivienda, que abre paso al acceso ciudadano a la vivienda; Misión Barrio
Nuevo y Misión Tricolor, las cuales han sido cruciales en la prestación de servicios
y cuidados de salud para los sectores más frágiles de la sociedad venezolana; la
Misión Alimentación, que ha garantizado a la población de menos recursos
económicos el acceso a la alimentación en momentos en que los sectores de la
oligarquía esconden alimentos para provocar una escasez que lleve al caos; ello
ante insinuaciones por parte de la Asamblea Nacional de que se proponía eliminar
de cara al futuro tales programas.
Otro de los objetivos que perseguía el presidente venezolano con la
convocatoria a la Asamblea Constituyente era proteger varios derechos,
elevándolos a rango constitucional para brindar una protección absoluta a la
juventud contra las políticas neoliberales y privatizadoras, garantizando de paso el
derecho al trabajo, a la educación, a la vivienda, a la cultura y a la tecnología.
Maduro indicó entonces su aspiración a la creación en Venezuela de un
¨Estado Comunal¨, concepto este se inscribe en la búsqueda de cómo darle mayor
participación y poder al pueblo. De acuerdo con la Ley Orgánica de las Comunas,
en su artículo primero, la Comuna es una entidad local, de base, ¨donde los
ciudadanos y ciudadanas en el ejercicio del Poder Popular, ejercen el pleno
derecho de la soberanía y desarrollan la participación protagónica, mediante
formas de autogobierno para la edificación del estado comunal, en el marco del
Estado democrático y social de derecho y de justicia.¨
La convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, con el rechazo de la
oposición, desarrolló y continúa desarrollando sus trabajos aún en medio de

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acciones dirigidas a desestabilizar el proceso revolucionario venezolano. A la
oposición interna se suman las acciones y las medidas tomadas por el gobierno de
Estados Unidos, la OEA y otros gobiernos europeos y de la región contra
Venezuela.
Indica el Frente Antiimperialista Internacional en su artículo de fecha 6 de
agosto de 2018 titulado La guerra imperialista contra Venezuela incorpora
atentados terroristas (Análisis del atentado al presidente venezolano Nicolás
Maduro), en torno al atentado contra la vida del presidente venezolano el pasado 4
de agosto, lo siguiente:

“Tras el verano del 2017, el fracaso de la violencia terrorista de las
‘guarimbas’ y la pérdida de la capacidad de la oposición para derrocar el
gobierno del presidente Nicolás Maduro, han dado lugar a una nueva fase
en el objetivo de acabar con la revolución bolivariana. Este fracaso del
frente de guerra interno ha puesto en marcha un programa de ataques
directos promovidos y dirigidos desde el exterior de Venezuela. El atentado
contra el presidente Nicolás Maduro es el primer hecho significativo de esta
nueva estrategia. Aunque ciertamente ha habido intentos anteriores de
asesinar y derrocar al presidente venezolano como el llamado ‘Golpe Azul’
o la ‘Operación Constitución”.
El atentado se produjo en el marco de la conmemoración y desfile militar en
ocasión del 81 Aniversario de la fundación de la Guardia Nacional de Venezuela.
Apenas transcurridas unas horas desde el suceso, en alocución televisiva que
hiciera al pueblo venezolano, el presidente Maduro fijó la responsabilidad por el
atentado en sectores de la derecha venezolana con el apoyo directo del gobierno
de Colombia, particularizando en el presidente saliente Juan Manuel Santos y sus
comentarios previos. De acuerdo con los señalamientos de Maduro, Santos había
hecho expresiones en días previos a finalizar su mandato presidencial a los
efectos de que “Maduro está al borde del final de su vida” o “Ojalá mañana mismo
terminara la presidencia de Maduro” . En sus declaraciones, el presidente Maduro
anunció, también, la captura de varios de los implicados en el atentado donde si
bien él no sufrió heridas, otros siete militares de la Guardia Nacional de Venezuela
sí resultaron heridos.
En el atentado se utilizaron dos “drones” con capacidad para transportar
explosivos. Uno de ellos, gracias a los sistemas de detección y protección de los
organismos de seguridad venezolanos, fue desviado en el aire chocando contra un
edificio aledaño a donde se encontraba el presidente, su esposa y altos
funcionarios de su gobierno y de la Fuerza Armada; mientras el otro, explotó a
corta distancia de donde se encontraba el presidente. De acuerdo a declaraciones
del presidente Maduro, las personas que operaron los ¨drones” utilizados en el
atentado fueron entrenados entre los meses de abril y junio en una finca en
Chinácota, Colombia, en el departamento de Santander.

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Los participantes en la operación pertenecen, según indican las autoridades
venezolanas, a una organización vinculada con el coronel Juan Gaguaripano. Este
ex militar venezolano tuvo participación en la dirección del asalto y robo de
armamento efectuado en una guarnición militar en Paramacay, localizada en el
centro de Venezuela, en el mes de agosto de 2017. Fue capturado unos días
después del asalto. Uno de sus asociados, José Monasterio Venegas, sargento
retirado del Ejército sobre quien pesaba una orden de captura, también se le
vincula con este nuevo atentado.
Se indica por las autoridades venezolanas que el explosivo que
transportaba uno de los “drones” era pentrita con pólvora junto con balines de
plomo; el segundo, con explosivos C-4 y pólvora. Entre los siete detenidos al
presente, se encuentra una mujer.
Información recopilada tras los arrestos y varios allanamientos practicados,
ofrecieron al gobierno importantes datos para ubicar otros implicados, entre ellos,
según indica el propio presidente Maduro, el ex presidente del Congreso, Julio
Borges, y el diputado Juan Requesens. Este último fue detenido, así como
también su hermana Rafalea Requesens, la cual posteriormente fue dejada en
libertad. En los casos de Borges y Requesens, la Asamblea Nacional
Constituyente los despojó de la inmunidad parlamentaria, por lo que deberán
responder de acusaciones que incluyen el delito de homicidio intencional calificado
en grado de tentativa, o como le dicen en Venezuela, “en grado de frustración”.
El Tribunal Supremo de Venezuela ha determinado que los implicados sean
sometidos al proceso ordinario penal. En el caso de Borges no se encuentra en
Venezuela ya que permanece en Colombia. Lo mismo ocurre con otros miembros
de la oposición. Borges señala que la Asamblea Nacional Constituyente no puede
dejar sin efecto la inmunidad parlamentaria, mientras que la integrante de la
Asamblea Nacional Constituyente, Gladys Requena, señaló que la “inmunidad
parlamentaria no es una patente de corso para delinquir”. Hay otros diputados
implicados que también podrían ser objeto de que se les elimine la inmunidad
parlamentaria.
Maduro ha identificado a Osman Delgado Tabosky y Rayder Russo
Márquez, de ser los principales responsables del atentado y de haber financiado el
mismo. Se alega que Delgado Tabosky reside en el estado de Florida, mientras se
desconoce el paradero del segundo. Ha señalado con dedo acusatario también las
declaraciones del periodista en Miami Jaime Bayly, quien desde su programa
televisivo admitió que se había reunido con los implicados y que estos habían
manifestado su intención de llevar a cabo un atentado utilizando “drones” en la
capital venezolana. Por su parte, el ex dirigente de Voluntad Popular Salvatore
Lucchese, quien compartió celda en prisión con Leopoldo López en 2014, se
atribuyó inicialmente haber formado parte del ataque contra Maduro, aunque luego
retiró sus comentarios.

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A pesar de las dudas que la prensa comercial ha tratado de sembrar en
torno a este atentado, pretendiendo que se entienda el mismo como parte de una
campaña del propio presidente Maduro para beneficio de su imagen, tiene razón el
Frente Antiimperialista Internacional cuando desmintiendo tal premisa, indica lo
siguiente:

“En estos momentos el intento de asesinar al presidente venezolano
utilizando la tecnología de los drones, que no está al alcance de pequeños
grupos autónomos locales, supone un paso más de esta guerra imperialista
que está adoptando una forma de tecnología avanzada para camuflar la
intervención foránea. Sin embargo, estos métodos ampliamente utilizados
por Estados Unidos en Oriente próximo no hacen sino mostrar que no son
actos aislados ni de factura interna.”
Ciertamente, el intento de asesinato del presidente Maduro no podemos
tomarlo a la ligera. Se trata de un escalón más en el propósito de derrocar su
gobierno y revertir las conquistas sociales que el pueblo venezolano ha alcanzado
tras 20 años de revolución bolivariana. Le corresponde al bravo pueblo
venezolano, una vez más, derrotar la intervención extranjera y la oposición interna
en el hermano país latinoamericano.

El 1 de mayo de 2017, el presidente de la República Bolivariana de

Venezuela, Nicolás Maduro Moros, anunció la convocatoria en su país de una

nueva Asamblea Constituyente, ello al amparo de las disposiciones de la

Constitución vigente de 1999 en sus artículos 347, 348 y 349. El propósito de la

convocatoria fue que el pueblo venezolano, en el ejercicio de su poder

constituyente, discutiera la reformulación del Estado venezolano a la luz de las

nuevas transformaciones y necesidades para el adelanto del proceso de

construcción socialista en Venezuela.

La República Bolivariana de Venezuela no es un Estado socialista. De

hecho, la mayoría de los medios de producción en el país siguen en manos

privadas y las estructuras políticas y económicas construidas para su desarrollo,

responden aún en gran medida a aquellas heredadas de regímenes anteriores

bajo el capitalismo. Sin embargo, lo anterior no desmerece la realidad de que, a

partir del triunfo del comandante Hugo Rafael Chávez Frías hace ya dos décadas,

Venezuela comenzó un proceso de transformación del Estado, la economía y las

relaciones políticas y jurídicas que permiten hoy encaminar al país hacia un nuevo

modelo de sociedad en la cual, cada vez más, avanzan las reivindicaciones

necesarias para la construcción de un modelo de sociedad socialista.

Desde el ascenso al poder del comandante Chávez en 1998, la derecha

venezolana se ha empeñado en procurar por vía de la violencia y la

desestabilización económica del país, lo que por la vía electoral no ha podido.

Como sabemos, los procesos revolucionarios, si es que aspiran a mantener su

condición transformadora de lo viejo y caduco, no pueden cosificarse,

manteniendo su institucionalidad sin cambio, sin atemperar sus instituciones a las

conquistas alcanzadas y aquellas otras a las cuales se aspire a corto y mediano

plazo.

Esta primera etapa representó para Chávez, el esfuerzo por unificar la

voluntad del pueblo venezolano tras un programa de acción política en el cual éste

comenzara a ser dueño de su propio destino. Recuperando sus capacidades,

hasta entonces conculcadas por la clase capitalista adueñada del poder político y

del control de Estado para adelantar sus intereses, era necesario arrebatarle al

binomio ADECO-COPEI no sólo la alternanza en el poder, sino devolverle al

pueblo, como soberano, su poder político constituyente. Así surge la promesa de

campaña y más adelante la realidad de un proceso que culmina en la aprobación

de la Constitución de la República Bolivariana en Venezuela de 1999. En ella se


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recogieron los derechos del pueblo venezolano en su primera etapa de

transformación revolucionaria.

En el año 2007 se intentó nuevamente ejercer ese poder constituyente del

pueblo como soberano llevando el proceso revolucionario a la siguiente etapa para

la cual se interesaban nuevos cambios en la Constitución. Sin embargo, a pesar

de los esfuerzos llevados a cabo para modificarla y atemperar la misma a nuevas

realidades y nuevos objetivos, el pueblo no avaló en ese momento los cambios. El

gran avance, sin embargo, fue que la derecha venezolana, para oponerse a los

nuevos cambios, debió recurrir a defender la Constitución de 1999, la cual

ciertamente era superior en derechos a cualquier otra constitución aprobada en

Venezuela desde su independencia.

Diez años después del aquel intento, el presidente Nicolás Maduro Moros,

en el ejercicio de sus atribuciones constitucionales como Jefe de Estado, convocó

al pueblo venezolano en su ¨poder constituyente originario para que la clase

obrera y el pueblo en un proceso nacional convoque a una Asamblea Nacional

Constituyente¨.

Mediante este paso, el presidente Maduro interesaba elevar a rango

constitucional las misiones creadas por la Revolución Bolivariana como son la

Misión Vivienda, que abre paso al acceso ciudadano a la vivienda; Misión Barrio

Nuevo y Misión Tricolor, las cuales han sido cruciales en la prestación de servicios

y cuidados de salud para los sectores más frágiles de la sociedad venezolana; la

Misión Alimentación, que ha garantizado a la población de menos recursos

económicos el acceso a la alimentación en momentos en que los sectores de la

oligarquía esconden alimentos para provocar una escasez que lleve al caos; ello

ante insinuaciones por parte de la Asamblea Nacional de que se proponía eliminar

de cara al futuro tales programas.

Otro de los objetivos que perseguía el presidente venezolano con la

convocatoria a la Asamblea Constituyente era proteger varios derechos,

elevándolos a rango constitucional para brindar una protección absoluta a la

juventud contra las políticas neoliberales y privatizadoras, garantizando de paso el

derecho al trabajo, a la educación, a la vivienda, a la cultura y a la tecnología.

Maduro indicó entonces su aspiración a la creación en Venezuela de un

¨Estado Comunal¨, concepto este se inscribe en la búsqueda de cómo darle mayor

participación y poder al pueblo. De acuerdo con la Ley Orgánica de las Comunas,

en su artículo primero, la Comuna es una entidad local, de base, ¨donde los

ciudadanos y ciudadanas en el ejercicio del Poder Popular, ejercen el pleno

derecho de la soberanía y desarrollan la participación protagónica, mediante

formas de autogobierno para la edificación del estado comunal, en el marco del

Estado democrático y social de derecho y de justicia.¨

La convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, con el rechazo de la

oposición, desarrolló y continúa desarrollando sus trabajos aún en medio de


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acciones dirigidas a desestabilizar el proceso revolucionario venezolano. A la

oposición interna se suman las acciones y las medidas tomadas por el gobierno de

Estados Unidos, la OEA y otros gobiernos europeos y de la región contra

Venezuela.

Indica el Frente Antiimperialista Internacional en su artículo de fecha 6 de

agosto de 2018 titulado La guerra imperialista contra Venezuela incorpora

atentados terroristas (Análisis del atentado al presidente venezolano Nicolás

Maduro), en torno al atentado contra la vida del presidente venezolano el pasado 4

de agosto, lo siguiente:


“Tras el verano del 2017, el fracaso de la violencia terrorista de las

‘guarimbas’ y la pérdida de la capacidad de la oposición para derrocar el

gobierno del presidente Nicolás Maduro, han dado lugar a una nueva fase

en el objetivo de acabar con la revolución bolivariana. Este fracaso del

frente de guerra interno ha puesto en marcha un programa de ataques

directos promovidos y dirigidos desde el exterior de Venezuela. El atentado

contra el presidente Nicolás Maduro es el primer hecho significativo de esta

nueva estrategia. Aunque ciertamente ha habido intentos anteriores de

asesinar y derrocar al presidente venezolano como el llamado ‘Golpe Azul’

o la ‘Operación Constitución”.

El atentado se produjo en el marco de la conmemoración y desfile militar en

ocasión del 81 Aniversario de la fundación de la Guardia Nacional de Venezuela.

Apenas transcurridas unas horas desde el suceso, en alocución televisiva que

hiciera al pueblo venezolano, el presidente Maduro fijó la responsabilidad por el

atentado en sectores de la derecha venezolana con el apoyo directo del gobierno

de Colombia, particularizando en el presidente saliente Juan Manuel Santos y sus

comentarios previos. De acuerdo con los señalamientos de Maduro, Santos había

hecho expresiones en días previos a finalizar su mandato presidencial a los

efectos de que “Maduro está al borde del final de su vida” o “Ojalá mañana mismo

terminara la presidencia de Maduro” . En sus declaraciones, el presidente Maduro

anunció, también, la captura de varios de los implicados en el atentado donde si

bien él no sufrió heridas, otros siete militares de la Guardia Nacional de Venezuela

sí resultaron heridos.

En el atentado se utilizaron dos “drones” con capacidad para transportar

explosivos. Uno de ellos, gracias a los sistemas de detección y protección de los

organismos de seguridad venezolanos, fue desviado en el aire chocando contra un

edificio aledaño a donde se encontraba el presidente, su esposa y altos

funcionarios de su gobierno y de la Fuerza Armada; mientras el otro, explotó a

corta distancia de donde se encontraba el presidente. De acuerdo a declaraciones

del presidente Maduro, las personas que operaron los ¨drones” utilizados en el

atentado fueron entrenados entre los meses de abril y junio en una finca en

Chinácota, Colombia, en el departamento de Santander.


4

Los participantes en la operación pertenecen, según indican las autoridades

venezolanas, a una organización vinculada con el coronel Juan Gaguaripano. Este

ex militar venezolano tuvo participación en la dirección del asalto y robo de

armamento efectuado en una guarnición militar en Paramacay, localizada en el

centro de Venezuela, en el mes de agosto de 2017. Fue capturado unos días

después del asalto. Uno de sus asociados, José Monasterio Venegas, sargento

retirado del Ejército sobre quien pesaba una orden de captura, también se le

vincula con este nuevo atentado.

Se indica por las autoridades venezolanas que el explosivo que

transportaba uno de los “drones” era pentrita con pólvora junto con balines de

plomo; el segundo, con explosivos C-4 y pólvora. Entre los siete detenidos al

presente, se encuentra una mujer.

Información recopilada tras los arrestos y varios allanamientos practicados,

ofrecieron al gobierno importantes datos para ubicar otros implicados, entre ellos,

según indica el propio presidente Maduro, el ex presidente del Congreso, Julio

Borges, y el diputado Juan Requesens. Este último fue detenido, así como

también su hermana Rafalea Requesens, la cual posteriormente fue dejada en

libertad. En los casos de Borges y Requesens, la Asamblea Nacional

Constituyente los despojó de la inmunidad parlamentaria, por lo que deberán

responder de acusaciones que incluyen el delito de homicidio intencional calificado

en grado de tentativa, o como le dicen en Venezuela, “en grado de frustración”.

El Tribunal Supremo de Venezuela ha determinado que los implicados sean

sometidos al proceso ordinario penal. En el caso de Borges no se encuentra en

Venezuela ya que permanece en Colombia. Lo mismo ocurre con otros miembros

de la oposición. Borges señala que la Asamblea Nacional Constituyente no puede

dejar sin efecto la inmunidad parlamentaria, mientras que la integrante de la

Asamblea Nacional Constituyente, Gladys Requena, señaló que la “inmunidad

parlamentaria no es una patente de corso para delinquir”. Hay otros diputados

implicados que también podrían ser objeto de que se les elimine la inmunidad

parlamentaria.

Maduro ha identificado a Osman Delgado Tabosky y Rayder Russo

Márquez, de ser los principales responsables del atentado y de haber financiado el

mismo. Se alega que Delgado Tabosky reside en el estado de Florida, mientras se

desconoce el paradero del segundo. Ha señalado con dedo acusatario también las

declaraciones del periodista en Miami Jaime Bayly, quien desde su programa

televisivo admitió que se había reunido con los implicados y que estos habían

manifestado su intención de llevar a cabo un atentado utilizando “drones” en la

capital venezolana. Por su parte, el ex dirigente de Voluntad Popular Salvatore

Lucchese, quien compartió celda en prisión con Leopoldo López en 2014, se

atribuyó inicialmente haber formado parte del ataque contra Maduro, aunque luego

retiró sus comentarios.


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A pesar de las dudas que la prensa comercial ha tratado de sembrar en

torno a este atentado, pretendiendo que se entienda el mismo como parte de una

campaña del propio presidente Maduro para beneficio de su imagen, tiene razón el

Frente Antiimperialista Internacional cuando desmintiendo tal premisa, indica lo

siguiente:


“En estos momentos el intento de asesinar al presidente venezolano

utilizando la tecnología de los drones, que no está al alcance de pequeños

grupos autónomos locales, supone un paso más de esta guerra imperialista

que está adoptando una forma de tecnología avanzada para camuflar la

intervención foránea. Sin embargo, estos métodos ampliamente utilizados

por Estados Unidos en Oriente próximo no hacen sino mostrar que no son

actos aislados ni de factura interna.”

Ciertamente, el intento de asesinato del presidente Maduro no podemos

tomarlo a la ligera. Se trata de un escalón más en el propósito de derrocar su

gobierno y revertir las conquistas sociales que el pueblo venezolano ha alcanzado

tras 20 años de revolución bolivariana. Le corresponde al bravo pueblo

venezolano, una vez más, derrotar la intervención extranjera y la oposición interna

en el hermano país latinoamericano.