¡Alto! Cero Convicciones Mediáticas

Justicia Social

Seguimos con el análisis de la doble justicia. Finalmente hay fiesta nacional, pues una persona de clase social diferenciada, fue asesinada. La Sra. Carmen Paredes, apareció con dos tiros en su cuerpo. La encontraron sentada frente a su piscina, bañada en sangre, y leyendo una revista.

El principal sospechoso, o lo que se define como persona de interés en la investigación policiaca, lo es su esposo Pablo Casellas. Entonces, hasta el presente, nadie ha acusado a nadie, por lo pronto de parte del estado. De nuestra parte lo que nos interesa es que las investigaciones criminales, los acercamientos del estado y la ley a las personas que cometen delitos sean similares: tanto para los ricos como para los pobres. El problema yace, cuando se crean dos lógicas jurídicas: una para los pobres y otra para los ricos.

Dicho lo anterior, cuestionamos la actitud de los sistemas dominantes mediáticos y de prensa, los cuales, y tal vez en la ausencia de otro tipo de noticias en el verano, se han concentrado en declarar acusado y convicto al marido de la fenecida. Es curioso, pues la mitad de los fundamentos periodísticos que utiliza la prensa y los medios de comunicación, son meras especulaciones; se trata de interpretaciones que hacen los periodistas de unos eventos, e intentan a partir de ahí sacarle millaje mediático.

Yo hoy sería mucho más cauto en acusar a una persona. Esperaría a ver como el sistema de justicia criminal funciona en este complicado caso, antes de enjuiciar y declarar culpable a una persona que hoy no tiene ninguna investigación o acusación activa. Ya hay suficientes casos federales en Puerto Rico, donde se han cometido injusticias. La muerte de la Sra. Carmen Paredes, es un trágico evento.

Pero continuar replicando errores, y en este caso acusar mediáticamente a los que se implican de haber hecho el daño social, es continuar forteleciendo la dependendicia al estado y sobre todo refuerza una lógica de mano dura contra el crimen.

Creer en la justicia, en ser justo, es vivir con las consecuencias de los actos que comete uno u otra persona.