“House of Cards” Edición Boricua

Caribe Hoy

alt“House of Cards” o lo que llamaremos Casa de Barajas es una serie de intriga política donde se desarrollan todo tipo de tramas con vericuetos dirigidos a obtener o mantener el poder. Partiendo de ahí y de nuestras vivencias se me ocurre un episodio para la serie, pero a lo boricua.

La escena comienza con un truhán saliendo de prisión. Próxima escena. El truhán se reúne con un intermediario en un cafetín cualquiera de esos que hay por la ruta del chinchorreo. No se escucha lo que dicen, pero el intermediario le entrega un sobre al truhán y ambos sellan su pacto brindando con un palito de pitorro. El intermediario camina rápidamente hacia un carro donde lo espera otra persona que no se ve y su chofer. Entra al carro y se van del área. La tablilla del carro lo identifica como vehículo oficial del senado.

Cambia la toma. Aparece una mujer rubia de edad media que es la jefa de justicia. Ella dialoga con un equipo pequeño de fiscales y agentes de su confianza. Hay mucha corrupción en el país que se tiene que investigar. La investigación, en esta ocasión, es sobre alegaciones de robo de fondos públicos usando empleados fantasmas. El objeto de la investigación es el presidente de la legislatura y otros legisladores. Mientras se da la reunión una persona toma notas en un ordenador portátil, que tiene en su tapa un logo con un estrella amarilla distintiva junto el número 51. Finalizada la reunión, la persona sale y deja el ordenador en su despacho.

Al día siguiente ocurre un escalamiento en el apartamento de una joven mujer. El mismo ubica en el llamado municipio “Nuevo País”. Las cámaras del edificio captan las imágenes de los sospechosos, saliendo con lo que parece ser un ordenador que tiene en su tapa el logo de la estrella amarilla y el número 51. La mujer joven llega a su hogar, al ver el desorden corre a buscar el ordenador y se percata que el mismo no está. Asustada se comunica con sus padres para indicarles lo sucedido. Sus padres son la jefa de justicia y un juez del Nuevo País.

Otra escena enfoca a los sospechosos llegando a una oficina. Entra un individuo y abraza efusivamente a uno de los sospechosos. Son el truhán y el intermediario. Un “hacker” rompe los códigos para entrar y obtener la data del ordenador. En cuestión de media hora lo logran. La data es transferida a otro dispositivo. El intermediario una vez más entrega al joven otro sobre blanco.

Por la naturaleza de los actores envueltos en este trama, la investigación del escalamiento se resuelve más rápido que un parpadear. El sospechoso, resulta ser el compañero sentimental de la joven mujer víctima. Él confiesa su crimen. La secretaria de justicia recibe una llamada para reunirse con su subalterna y los agentes que investigan el robo del ordenador. Al salir de la reunión, una secretaria del piso hace una llamada y habla con la oficina de un senador. Se reunió con ellos, pregunta la voz de un hombre. Sí, contesta la mujer. El hombre ríe a carcajadas y exclama “¡mordió el anzuelo, la tenemos ya!” Se termina la llamada. El hombre del teléfono se dirige a otra persona en su oficina, “ella cayó, hazle el referido para que la investiguen por abuso de poder.... y no te olvides de neutralizar al juez...” Termina el capítulo con una toma de la cara del intermediario saliendo de la oficina del legislador.

Ese sería un buen capitulo para Casa de Barajas, edición boricua. Debo advertir que el guión que se propone es pura fantasía y cualquier parecido con la realidad es solo casualidad. ¡Que venga el próximo capitulo!