El gallo pelón

Caribe Hoy

altLa noticia de que el congreso federal se apresta a declarar ilegal las peleas de gallos ha encendido la pasión y el ingenio boricua, que es de las mejores características que tenemos como pueblo. Nunca he estado en una pelea de gallos. Esas peleas tienen violencia, como la tiene el deporte del boxeo, las luchas de los gladiadores romanos con las fieras, partirle el cuello a las gallinas para los sopones, matar lechones y otros tantos otros animales para nuestro consumo. Estás comparando chinas con botellas, pueden pensar. Sí, es posible, pero todos esos actos por distintas razones conllevan agresión y violencia, pero dependiendo el fin, nosotros la justificamos.

Lo cierto es que en Puerto Rico, las peleas de gallo es una práctica tradicional cultural y deportiva centenaria que comenzó en el siglo XVIII. A parte de esto es una industria que deja mucho dinero en la economía del país. Economía que ya sabemos está en estos días por el piso. Sin embargo, desde principios del siglo XX nuestros colonos, es decir nuestro poder colonizador, se oponen a ella por verla como maltrato a animales. No obstante, tener monos o ratas de laboratorio para hacer todo tipo de experimentos con ellos, no lo ven como maltrato o lo justifican aunque sea maltrato, porque es en pro de los adelantos científicos.

A lo que voy es que depende del cristal con que se miren las peleas de gallos, sea desde la perspectiva de tradición cultural y deportiva, o una mera pelea lucrativa de animales, va a clasificarse como maltrato. Lo interesante es que es nuestro colono el que vuelve a imponer su criterio sobre nuestras tradiciones y costumbres. Poco a poco han ido socavando muchos detalles de nuestra identidad cultural.

Nuestra identidad cultural es el conjunto de valores, reivindicaciones, tradiciones, símbolos, creencias y comportamientos que nos definen como puertorriqueños y puertorriqueñas. A nosotros como pueblo, en general, nos gusta cantar, bailar y fiestar; somos alegres y generosos; somos expresivos, hablamos gesticulando con el cuerpo, la cara y las manos. Estamos orgullosos de nuestras tradiciones y nuestra cultura: las misas de aguinaldo y la misa de gallo, las fiestas de reyes, las fiestas patronales, la música jíbara, la bomba y la plena, la danza, los boleros, las salsa, ahora el reguetón, el cuatro puertorriqueño, el güiro, nuestra bandera monoestrellada; comer un buen plato de arroz con habichuelas, el arroz con gandules, lechón y pasteles en navidad, los caballos de paso fino y las peleas de gallo, entre otros.

El origen de nuestra cultura y tradiciones puertorriqueñas vienen de la mezcla de taino, africano y español. De la fusión de una historia común. Las peleas de gallo son parte de esa historia y de nuestra tradición. Querer eliminar y borrar “de golpe y plumazo” esta tradición centenaria, más allá de ser un acto para proteger a los gallos de la crueldad de las peleas, es un acto de invasión, agresión y control del colono a su colonia. Por eso, aunque no soy fanática de las peleas de gallo, tengo que respaldar las tradiciones culturales de mi país. ¡Canta gallo, canta!