Esto porque contrario a término, es un cine que ha sabido mantener una larga tradición entre clase social, irreverencia y más que nada nostalgia por un pasado que nunca fue, pero al cual sí se aspiró.
Fui a verla, como siempre, porque todo cine es bueno. Ahora bien, cuando descubro que es cine británico me entusiasmo. La tradición del cine británico, poco conocida en nuestros laberintos, es un tema pendiente de nuestra agenda. Pero el cine que se produce en el Reino Unido de Inglaterra e Irlanda del Norte (no sin excluir a Escocia y Gales) es, simplemente, monumental.
La película Figthing with my family (Dir. Stephen Merchant, Reino Unido, 2018) cuenta la historia de la vida de Paige (su nombre real es Saraya Bevis) una humilde mujer de Norwich, Inglaterra, quien junto a su familia tenía una compañía de lucha libre, y como todo hijo de vecino aspiraba a llegar a la liga mundial más mercantilizada la WWE de los EE.UU. Así las cosas se le dio, y el resto es el sueño americano, al cual muchos entran y otros salen.
La carrera de Paige, protagonizada en el filme por Florence Pugh, dura, realmente hablando muy poco. Es una carrera de apenas cuatro años de lucha y acción, y en el 2018, Paige se tuvo que retirar del cuadrilátero por razones de problemas físicos en su cuello. Se retiró a los 26 años, pese a que su carrera en la lucha libre inició a los 13 años, cuando tuvo que pelear con su hermano en un ring callejero que su familia organizaba.
Se trata de una película tierna, sobre la clase obrera de Norwich, la cual como muchos, aspira a vivir una vida mejor. Buenas actuaciones de actores y actrices desconocidos para nosotros, pese al cameo de Dwayne Johnson (the Rock). Se deja ver esta película. Es su opción.