De libertad religiosa, concursos de belleza y los Padres

Caribe Hoy

altEsta semana la Junta de Control Fiscal no fue lo que estuvo en la picota pública. Esta semana fueron los de mal llamado proyecto de libertad religiosa, así como el concurso de Miss Puerto Rico y claro nuestros Padres en su día. Estos son los temas que han dado de que hablar en el país.

El gobernador Ricardo Rosselló, como en tantas ocasiones anteriores, ha estado bailando p’alante y p’atrás con el proyecto de libertad religiosa. Ese proyecto fue promesa de campaña a grupos fundamentalistas religiosos. Y como todo en este bendito país, buscaba hacerse eco de prácticas retrogradas que se adoptan en Estados Unidos. Liderando el proyecto estaban la “ilustrísima” Tata Charbonier, quien desde que asumió su puesto de legisladora ha querido endilgar su moral religiosa, por ojo, nariz y boca a todo el pueblo de Puerto Rico; y ese “gran ejemplar” de rectitud y moralidad que se llama Rivera Schatz.

El mal llamado proyecto de libertad religiosa pretendía entre otras cosas, darle potestad a los empleados públicos a negarse a dar servicios a personas que ellos entendieran violentan su fe religiosa. Ese proyecto no solo atentaba contra la separación entre estado e iglesia, sino que promovía el discrimen so color de religión. Las voces de indignación, luego de que la Cámara de Representante lo aprobara por una segunda ocasión fueron tantas, que forzaron finalmente al gobernador a retractarse de esa promesa de campaña.

Entonces, sucedió el concurso de Miss Puerto Rico, que muchos en la isla han asumido como un baluarte de la nacionalidad puertorriqueña, así como los deportes en los que Puerto Rico compite como país. La elegida reina, Madison Anderson Berríos, es una mujer nacida y criada en Estados Unidos, de madre boricua y padre norte americano. Ella habla muy mal el español y poco sabe de la cultura puertorriqueña. Eso sí, es hermosa. Pero también son hermosas otras tantas de las concursantes del certamen. Las reglas del concurso, que es un evento comercial, permiten que cualquier mujer de descendencia puertorriqueña pueda participar.

Para efectos del concurso y puntualizar sus raíces con Puerto Rico, ahora usa su apellido materno “Berríos”, el que nunca se usa en Estados Unidos. Su elección ha generado un sin número de críticas a favor y en contra. En lo que a mí respecta, ella, en este momento no me representa. Ni representa a la mujer puertorriqueña. He intercambiado opiniones con mis tres hermanos varones sobre el asunto, dos de ellos viven fuera de Puerto Rico y han criado a sus hijas fuera del país. A ninguna de esas sobrinas, a pesar de lo hermosas e inteligentes que son y de tener un apellido latino, las considero puertorriqueñas. Ellas son descendientes de puertorriqueños y podrían asumirse como puertorriqueñas, pero aún no lo han hecho. Lo que espero de Madison es que haga su trabajo y se convierta en una verdadera puertorriqueña, porque llevar una cinta que dice “Miss Puerto Rico”, no la hace boricua. Una mujer boricua debe conocer su cultura, la idiosincrasia del país y el idioma.

Y como nos podemos olvidar, al cierre de una semana tan llena de controversias, hoy domingo celebramos el Día de los Padres. Felicito a todos los hombres que asumen su paternidad con gracia, fortaleza y entereza; y que están presentes en el día a día de sus hijos e hijas. A aquellos que se dedican solo a esparcir sus semillas por el mundo, sin más preocupación, les recuerdo que ser Padres trasciende los placeres humanos. Ser Padre requiere un compromiso y un modelaje positivo continuo y constante. A todos los Padres comprometidos con sus hijos, hoy en su día, los celebro.