Herodes y la matanza de inocentes: el holocausto infantil de Trump

Caribe Hoy

altEllos no pidieron venir al mundo, pero nacieron. Los infantes, los niños y las niñas, hijos de inmigrantes hacia los Estados Unidos, están siendo las víctimas inocentes de la detenciones masivas de inmigrantes a ese país. La patrulla de la frontera de los EE.UU. ha establecido unas centros de detención para mantener personas que cruzan la frontera. Sin embargo, esos centros por ser del gobierno federal, están exentos de cumplir con las medidas sanitarias que les exige el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas, a otros centros de detención privados.

En el centro de detención de Clint Texas, que abrió en el 2013, tienen detenidos a por lo menos a 250 infantes, niños y adolescentes en complejos sin ventanas, sin comida suficiente, agua ni condiciones sanitarias. Ese cuadro fue reportado en días pasados, por abogados que visitaron esas facilidades como parte del acuerdo de transacción que se llegó en el caso de Flores, bajo la anterior administración del Presidente Bill Clinton. Acuerdo que gobierna el trato y las condiciones de los niños inmigrantes y sus familias.

Por otro lado, se reportó que en el centro de detención establecido en McAllen Texas, conocido como “Úrsula”, por lo menos cuatro infantes menores de 3 años, estaban muy enfermos con fiebre, vómitos, tos y diarrea. Incluso uno de los infantes estaba en estado de shock y totalmente lívido; y un bebé prematuro estaba arropado con harapos sucios. A estos infantes se les negaban los servicios médicos en el centro de detención de la patrulla fronteriza, en muchos casos, por entender que no estaban lo suficientemente enfermos, por lo que el grupo de abogados tuvo que intervenir y forzar al gobierno a que los hospitalizara.

El cuadro reportado de las condiciones en que viven y se encuentran todos los menores en esos centros de detención, es uno totalmente deshumanizante. Lo que ocurre en esos centros se puede caracterizar como una crisis humanitaria. Los menores duermen en áreas muy frías, por eso la llaman “hielera”, están tirados en el piso con solo una manta que apenas les da para arroparse. En el centro Úrsula, desde diciembre de 2018, ya han muerto por lo menos cinco niños bajo la custodia de la patrulla fronteriza. En el centro de Clint, la visita de los abogados reveló que todos los niños entrevistados estaban enfermos, mostrando síntomas de catarro, fiebre, con ropas sucias y mocosas.

A los menores no se les provee jabón, ni ropa limpia, los alimentos pueden estar podridos, las niñas son obligadas por los guardias a cuidar a los bebés y a los infantes, todos los niños y niñas duermen tirados en el piso debajo de luces encendidas 24 horas 7 días a la semana, en salones helados. Las condiciones de estos infantes, niños/niñas y adolescentes es bochornosa, inhumana e insostenible.

La situación de los centros de detención de las patrullas fronterizas en Texas nos recuerdan la matanza de los inocentes que llevó a cabo Herodes; y, no está lejos de los abusos humanos que se llevaron a cabo en los centros de detención durante el holocausto. El gobierno y las agencias federales en su retóricas y demagogias se echan culpas de un lado a otro. Mientras tanto, son cientos de niños, niñas e infantes a quienes arrancan del seno de sus familias, para detener en estos centros deshumanizantes, creándoles traumas permanentes en su siquis, amén de todos los padecimientos físicos y vejámenes a los que son expuestos. Estos son abusos intolerables en cualquier sitio, y más aún en un llamado país civilizado. Todos esos niños, niñas e infantes son solo víctimas inocentes. A detener ya el abuso, el maltrato y la deshumanización de niños/niñas e infantes inocentes.