Han habido distintas coyunturas para un Movimiento de Derechos Civiles y Humanos masivo y profundo en Puerto Rico, con desobediencia civil, marchas, y distintas formas creativas de resistencia. Hoy urge dicho movimiento. Un frente democrático, un bloque histórico, una alianza por los derechos humanos y civiles, brigadas de retomar espacios públicos para denunciar y anunciar otras prácticas de vida digna…que transciendan los partidos y las líneas de estatus. Un movimiento que incluya a religiosos y ateos, a inmigrantes, a niños y ancianos, a mujeres y jóvenes, a heterosexuales, bisexuales, lesbianas, homosexuales, a transexuales, a todas y todos los que se reconocen en un Puerto Rico más justo, libre, democrático. Se desmantela lo poco que se ha alcanzado a través de décadas de lucha y no parece haber respuesta contundente desde los movimientos sociales y la llamada ‘sociedad civil.’
La pasividad e indiferencia de tantos - incluyendo a profesores, académicos, abogados, políticos, ciudadanos en general - mete miedo. Estos cuatro años han sido muy elocuentes y brinda parámetros para juzgar sus palabras, teorías y análisis de la situación social y humana. La incongruencia entre el aula y la ‘calle’ es abismal. Ha sido doloroso ver cómo muchos de los que citan y pregonan teorías radicales y pensamiento critico han defendido sus trabajos e intereses personales y gremiales sobre el bien común y la defensa de la justicia social.
Más acá de Facebook y YouTube, más allá de conferencias de prensa (todas necesarias) - ¿hasta cuándo toleraremos?... En otros lugares del mundo, por mucho menos, se han destituido gobiernos y declarado elecciones generales para tener un gobierno más justo y democrático, gracias a la movilización de la gente. Esto en regiones tan diversas como en Europa y América Latina, entre otros.
Acá.., ¿tan débil estamos? Si se pudo detener el gasoducto, también se puede detener el ataque frontal a la poca democracia que se ha construido en Puerto Rico. 36 meses en la cárcel por la protesta - suena distinto cuando miles se tiran a la calle, al capitolio, a la legislatura a protestar... Llenar las cárceles de activistas por los derechos civiles... Hay coyunturas que exigen un poco más, o mucho más... Ésta es una. Cambiemos la Constitución Sí, pero hacia una con derechos y libertades plenos para todos, defendiendo una democracia plural y radical.