Vuelve carnaval a capital haitiana entre ruinas y destrozos del sismo

Cultura

Puerto Príncipe- Miles de haitianos celebran hoy entre alcohol, tambores y comparsas el primer día del Carnaval de las Flores, otra forma de olvidar sus miserias y la destrucción dejada por el terremoto de enero de 2010.

A esta capital, que no contaba con fiestas de este tipo desde el temblor, llegaron desde el pasado fin de semana cientos de turistas y personas de todo el país.

La celebración del Carnaval de las Flores fue ideada por el presidente Michel Martelly en sustitución de los festejos tradicionales.

Por orden del alcalde de Puerto Príncipe, los tap-tap (transportes públicos), repletos de pasajeros casi siempre, apagarán sus motores esta noche para dejar las calles libres al paso de las carrozas, en las cuales bailan mujeres semidesnudas tocando silbatos u ondeando banderas multicolores.

Mientras, miles de personas escucharan el bullicio de los festejos desde las carpas donde viven tras perder sus casas durante el terremoto de 2010.

Unos 400 mil haitianos duermen desde entonces en campamentos de damnificados, a merced de la ayuda internacional y en condiciones infrahumanas de vida, según organziaciones humanitarias.

Las carrozas y comparsas pasarán además sobre calles repletas de basura o por zonas prácticamente destruidas como las ruinas de la plaza Champ de Mars, la más importante del país, o del devastado Palacio Nacional.

El Gobierno entregó cerca de un millón y medio de dólares a los organizadores y decretó feriado hasta el próximo miércoles para facilitar a la población la participación en las fiestas.

Para varios congresistas, la celebración constituye una pérdida de dinero innecesaria, pues el país sufre aún los estragos del sismo.

En febrero pasado, los carnavales tradicionales tuvieron lugar en la sureña localidad de Les Cayes, por la destrucción existente en Puerto Príncipe

Un muerto y 120 heridos fue el saldo de esas fiestas.

La fanfarria del carnaval tomó hoy también los medios de comunicación locales, que invitan a los haitianos a sumarse a la fiesta y a olvidar así por un rato sus miserias, a la que volverán el miércoles próximo, cuando terminen los tiempos de pan y feria.