Estamos ante inminente venta de la isla al capital extranjero

Caribe Hoy

alt“Puerto Rico sin puertorriqueños”, ese fue uno de los infames comentarios dentro del chat de los macharranes del grupo liderado por Ricardo Rosselló Nevárez. El asunto es que ese lema, fue y continúa siendo uno de los puntos de lanza del gobierno actual.

¿Por qué digo esto? Porque el plan del gobierno de turno, que incluye a legisladores, comisionada residente, actual gobernadora y su gabinete, persigue en una forma desmedida y desleal, la evolución del desarrollo económico de Puerto Rico. Para esto se concibió un plan maestro que mezcla en su fórmula varias legislaciones con el objetivo de permitir la inversión de capital, mayormente extranjero, en la isla.

Entre las leyes envueltas se encuentran la ley 20-2012, donde se incentiva económicamente, que personas no residentes de Puerto Rico para que al traer sus inversiones a la isla, estén exentos totalmente del pago de contribuciones del ingreso que estos reciban de esas inversiones. Para facilitarles y atraer a estos extranjeros en sus inversiones se aprueba la Ley 19 de 2017, que es la ley para “reformar” el proceso de permisos de construcción; la Ley 60 de 1 de julio de 2019, que es el Código de Incentivos de Puerto Rico, e incluye la ley derogada ley de zonas de desarrollo de zonas de oportunidades del 14 de mayo de 2019.

La Junta de Planificación, en complicidad con el gobierno de turno, promulga un Reglamento Conjunto para la Evaluación y Expedición de Permisos Relacionados al Desarrollo de Usos de Terrenos y la Operación de Negocios, que entró en vigencia el 7 de junio de 2019. Para dar el jaque mate, y planchar el camino para un desarrollo desmedido y sin precedentes en la isla, la Junta de Planficación, este próximo 9 de septiembre de 2019, se apresta a aprobar un Mapa de Distritos de Calificación de Suelos de Puerto Rico.

Es importante entender, que en principio el desarrollo económico de Puerto Rico, es necesario. Sin embargo, el problema detrás de toda esta legislación es entre otros, que excluye y se discrimina entre los puertorriqueños que quieren desarrollar sus negocios aquí en la isla, y los individuos extranjeros a los que el gobierno invita a invertir. A éstos últimos se les da un trato preferencial en sus contribuciones al extremo de eximirlos totalmente del pago de contribuciones, mientras que a los puertorriquenos se nos aumenta desmedidamente el costo de la vida: ivu, agua luz, CRIM, impuestos y demás. Estas legislaciones unidas a la falta de seguridad de empleo, los salarios bajos y los altos costos de vida, aumentan los niveles de pobreza de los puertorriqueños residentes en la isla. A esto se le suma el plan para descalabrar la educación a niveles primarios, secundarios y superior.

Es decir, el plan del gobierno de alegado desarrollo económico para Puerto Rico crea una brecha marcada entre clases sociales. No solo busca empobrecer al puertorriqueño sino que busca embrutecernos. Porque no hay nada más facil que controlar a un pueblo ignorante. Entonces, ante un cuadro desolador, la Junta de Planes con su nuevo “Mapa de Recalcificación”, lo que busca es tirar al traste todas las protecciones que por años se fueron estableciendo para proteger los recursos naturales, las costas y el desarrollo desmedido sin la correspondiente infraestructura.

La Junta de Planes alega que no están haciendo cambios. Sin embargo, la zonificaciones actuales son detalladas y establecen con sus categoría de por ejemplo R1, R2, R3, la densidad de desarrollo permitido en las áreas según establecidas. Esto protege que por ejemplo, en una área de urbanización residencial no se pueda llevar a cabo actividades comerciales. Otro de los cambios drásticas ocurre en las llamadas zonas dotacionales. Estas zonas o distritos son los destinados a usos y servicios públicos. Entre ellos: zonas verdes, calles y avenidas, escuelas y universidades; zonas historicas, y otras. Bajo el nuevo mapa se eliminan las clasificaciones específicas de dotacional general y dotacional parque; y solo se clasifican como dotacional. De modo que en lo que actualmente es el Bosque Experimental, podría construirse dentro una iglesia, una escuela o hacer un hotel, porque admite usos “docentes, culturaes, educativos turisticos, comerciales entre otros.

Con este Mapa de Calificación la Junta de Planes pretende uniformar y facilitar el desarrollo. Sin embargo, lo que ha creado es un vestido tipo “one size fits all” para toda la isla. Cuando la realidad es que un vestido de un mismo tamaño no lo queda igual a un cuerpo gordo que a uno flaco, a una persona alta que a una bajita. Al final la flaca puede terminar ajustandose el vestido usando amarres, la persona gorda soltándole las costuras, o la bajita subiendole el ruedo. Lo mismo sucede con los terrenos de la isla, no todos son iguales. Le geografía de las costas no es la misma de las montañas. Y aun las de la cordillera no son iguales en todo lo que sea montaña.

Lo cierto, es que el propósito de la Junta de Planificación en este deseo de “uniformar” las áreas geográficas, es flexibilizar y facilitar el desarrollo a los grandes intereses, sin la necesidad de que estos tengan que cumplir con los rigores que hasta el momento se les exige. Tal como cumplir con estudios de impacto ambiental, mantener protegida ciertas áreas de alto valor ecológico, agrícola o cultural. Las nuevas calificaciones propuestas en el mapa por la Junta de Planficación constituyen un acto de libertinaje político. Al flexibilizar las calificaciones, las personas empobrecidas pueden verse en la necesidad real de vender terrenos protegidos, a buitres que solo buscan explotar nuestros recursos. Bajo el plan del gobierno de turno, al incentivar de forma desmedida y descontrolada el desarrollo, los puertorriqueños terminaremos siendo los peones de los extranjeros para quienes trabajaremos por migajas, ya que perderemos nuestra capacidad para tener nuestro propio negocio o nuestro pedacito de tierra.

Alerta puertorriqueños, antes del 9 de septiembre hay que continuar objetando con garras y dientes el Mapa de Calificación. Puerto Rico se vende. Nos quedamos sin país.