Una persona que murió a los 115 años me enseñó que la vida y la muerte son un continuo que solo lo diferencia el impacto que dejas en los que coincidieron en ese pedazo de vida contigo. Sea largo o corto como una sola vez, lo importante es el impacto.
Acabo de regresar de la ceremonia celebración de vida de Doña Nela. Daniela Clara Estrella. Madre de un querido amigo Daniel Nina, de mi colega Ruth Nina y de otra colega psiquiatra Rose Nina. La saludé y hablé solo una vez. Pero los impactos no tienen que ser de años cuando la vibración es genuina.
Me quedó un buen sabor con su corto encuentro y en su extendida celebración la conocí mejor. Un gusto por la vida bien vivida que me alimenta, ser buena persona, solidaria, amorosa, inteligente y feliz deja frutos.
Todos contribuimos al bienestar, la buena vibra crea la energía que compartimos y la que dejamos al final. Gracias Doña Nela.