(San Juan, 12:00 p.m.) El gobierno de Puerto Rico, es la única entidad gubernamental, que ha provisto un plan exitoso para contrarrestar el empuje de Covid-19 a nivel local, reduciendo las tasas de contagios y los decesos en la isla. Ayer la prensa comercial y sistemas mediáticos del país tuvieron que reconocerlo. Más aún, han iniciado una cruzada, el capital y la prensa, para reabrir la economía del país. Ante la falta de una amenaza real hoy en Puerto Rico, y reconociendo que se ha controlado el contagio en la isla, lo único que nos queda es comenzar un proceso gradual para volver paulatinamente a todas nuestras actividades sociales y económicas. Reabrir el país es una decisión soberana de los puertorriqueños y puertorriqueñas y del gobierno de la isla.
Los únicos que parece no entender, que hay que volver a la normalidad son los alcaldes y alcaldesas de Puerto Rico. Estos alegan que no son confiables la data del Departamento de Salud. Ejercicio a coro sin fundamento y repleto de un sentido, y orgullo, de ser ignorantes. La controversia surge por depurar los casos negativos, que una vez depurados, todo indica son menos los casos. Los alcaldes y alcaldesas dando pecho sin un sentido de educación formal o informal, no tienen ni un documento para sustentar su temor y aprehensión. Todo indica que ellos y ellas esperan algún cheque de mantengo del gobierno federal para subvencionar a su población cautiva municipal, y de esta forma salir reelectos en el 2020.
Lo cierto es que las estadísticas oficiales, en cuanto a pruebas realizadas, pruebas recibidas, total de casos negativos, son completamente válidas y únicas. Las pruebas de los muertos por Covid-19, las que son certificadas, también son válidas.
Es momento que los alcaldes y alcaldesas desarrollen a nivel municipal iniciativas micro empresariales para el desarrollo de la economía sustentable de su municipio. En momento de crisis, también hay que cultivar y producir. Algo que a los mandatorios municipales se les olvida. Estos representan lo más profundo de la mentalidad colonial y el coloniaje. Es momento de actuar y no pensar o esperar por Washington. Pensemos.