Escuchar la historia que hoy circula en las redes sociales, de una madre que expreso que sus hijos lloran de hambre. Es un reflejo de la pobreza puertorriqueña que mayormente se ve impacta en las madres con jefatura de familia. Algunos datos que merecen nuestra atención: (1) En Puerto Rico, el 24.2% de las familias están constituidas por jefaturas femeninas, (2) El 69.4% de estas familias tiene menores de 18 años de edad, (3) El 70.1% de las madres con jefaturas de familias con menores de edad viven bajo niveles de pobreza, y (4) El ingreso promedio de las mujeres jefas de familia es de $11,400 anuales.
(San Juan, 10:00 a.m.) En nuestro país el estado invisibiliza la pobreza con cara de mujer. Es un tema que transita por nuestras calles de manera silenciosa. Pero es una realidad que esta presente en todos los ámbitos de nuestro diario vivir. Sobretodo cuando los datos demuestran 43.1% personas viven bajo niveles de pobreza. Por lo que, resulta insólito que nuestro gobierno al implantar la cuarentena no pueda apoyar a miles de personas que han quedado desempleada quienes en este momento están pasando grandes necesidades.
Esta crisis del COVID-19 presenta estas familias como una de mayor fragilidad social, por lo que estan en alto riesgo. Este es un momento que se requiere asumir mayor conciencia sobre sus principales necesidades como es el comida y su inseguridad financiera. Dos elementos que hacen de la cuarentena una experiencia mas agobiante. El COVID-19 no discrimina, por lo que se debe buscar la manera de apoyar a las mujeres que tienen a su cargo familias, y que viven en condiciones de vulnerabildiad y desventaja social. Por ello, cuando puedas ten un gesto de solidadridad con estas familias.