[reflexionando sobre] El Quijote en tiempos de Pandemia

Agenda Caribeña
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

altDe cómo aún sufriendo los desaguisados del encierro hay esperanza…

El recluso hablaba con sus fantasmas, que lo visitaban en el encierro y les explicaba:

Les cuento un poco más: ¿saben quién es la malévola mandona? Se llama “Wandigreen”. Esta no tendría mayor poder sobre nosotros, más que el que le ha sido dado de los gnomos y los duendes del Norte, que poseyendo grandes castillos, que llegan a rascar el cielo y sintiéndose dueños de la tierra, por sus armas, el oro, la plata y los suelos que se han robado, la tienen a ella “desgarbando” nuestra ansia de libertad., Piensa la envanecida dama que está llamada por Dios , a cumplir la ilusión de que un día la van a desposar y ella será como ellos, en su vano empeño de ser igual.

Llevo varios meses en esta mazmorra sin que se me celebre juicio, como ocurrió en Puerto Rico, con los combatientes de octubre de1950. El trato injusto y discriminatorio se repite, porque es el recurso de los fuertes en el poder del Estado, que a su vez son débiles en la moral de la historia. Por ahora nos alimentamos de mendrugos y sopas malolientes que filtran en nuestra celda. A fe mía que no sobreviviría este tormento de amontonamiento de huesos en que me he convertido, si no fuera por los campesinos y campesinas que en las madrugadas frías, cuando “Wandigreen” duerme, vienen a mi ventana e imitan el canto de los pajarillos del bosque y me arrojan por los barrotes de mi frugal espacio, frutillas frescas humedecidas por el rocío de la tierra. Me fortalezco porque sé que algún día, cuando vea la luz de mi libertad y la de mis paisanos, habré de conquistar el tiempo que parece perdido.

Mis pastores pacen ovejas porque ovejas tienen, pero cuando yo salga y ellos me encuentren, habremos de rescatar para nosotros, corceles que no son de nadie, más que de él que los cabalgue temprano en el plenilunio, buscando que en nuestra tierra mandemos los aquí nacidos, con sus descendientes dentro o fuera de la patria. Será una explosión de colores, de fuego, ámbar y azul, ver cómo crecen los que reclaman ser dueños de la tierra que vio nacer a sus padres y a ellos, que son de la Boriluna, aun cuando estén en el exilio y el frio inhóspito de otras tierras....

Sorpresa será de muchos, de fermosas damas, de caballeros mustios y resignados, cuando ruja el sonido en la ancha pradera, de cadenas que se rompen y se dé el alumbramiento de un pueblo, que merece tanto ser libre, que hasta a “Wandigreen” izaremos en volanta , para que aprenda a valerse por sí misma, lejos de la opresión propia y de la ajena. Mientras eso ocurre, descansaré y esperaré mis pastorcillos; que conmigo y por ellos, quieren pronto guerrear sin descansar...Sigo pensando que la libertad vale tanto, que no hay precio tan alto que no valga la pena pagarlo por ella.