(San Juan, 10:00 a.m.) El país se mueve de narrativa a narrativa orquestadas por los sistemas mediáticos y de prensa corporativos del país. En particular por los periodistas que desde sus plataformas personales hacen historias los sábados y domingos, y son las que repercuten durante la semana siguiente. En este sentido, la narrativa de los últimos días, es que hay que hacer las pruebas de rastreo y de contagio a toda la población. Lo que nadie explica es a qué costo de los derechos civiles, constitucionales y humanos de la población. Nadie explica ese detalle, ¿a qué precio?
En la discusión hoy nadie hace referencia a la epidemia del SIDA-HIV, nadie dice que nunca se le hicieron pruebas a toda la población. Cuando los cubanos, en su momento lo hicieron, la crítica aquí vino a indicar que solo en sistemas totalitarios se invade el cuerpo de la persona para saber que hay dentro del mismo. En la actualidad, hacer pruebas masivas, separar a la gente, o rastrear sus movimientos y contactos es una clara violación a la intimidad, a la dignidad, y al respeto de cada uno de los ciudadanos del país.
Ante este cuadro, salvo Rusia hoy, no hay país que se haya propuesto hacerle una prueba a toda la población. Los rusos decidieron hacerlo hace menos de una semana. Es el control total del estado sobre la población.
Entonces nos preguntamos, ¿para qué la prensa corporativa, los analistas de radio, y los sistemas mediáticos promueven con tanto interés que se "inspeccionen" los pulmones de toda la población, que haya un censo de perfección sobre la vida y obra de cada uno? La única razón que podemos pensar, es la imposición de una nueva forma de control, de gobernanza, sobre el cuerpo y alma de cada ser humano que vive en Puerto Rico. Terrible. Pensemos.