Covid-19, ¿cuán certeras son las estadísticas?

Economia Solidaria

alt(San Juan, 1:00 p.m.) “No estamos listos para la incertidumbre” dice la investigadora y matemática mexicana Atocha Aliseda, respecto al Covid-19. Las guías de apertura ya están diseñadas, nos han dicho los concernidos en materia pandémica. Mientras tanto Puerto Rico vive entre insomnio y ansiedades. El cuadro, que el grupo médico especializado (task force) siempre nos ha presentado, es de un relativo equilibrio, en cuanto a letalidad y nuevos contagios. Pero el escenario no es tan prístino, la incertidumbre flota en cada amanecer. Pero volvamos a la estudiosa Atocha Aliseda cuando expone: “A la hora de hacer un modelo tenemos ciertas certezas…y es cuando comenzamos a ver que hay ciertos presupuestos que no se explican o alcanzan a ver.” Lo que tenemos frente a nosotros son gráficas, curvas, barras y tablas. Las preguntas se multiplican. Qué cantidad de asintomáticos han sido detectados, qué seguimiento se le ha dado a los que han tenido contacto con los contagiados, cuál es la cantidad exacta de pruebas de Covid-19 que se ha suministrado.

Las estadísticas son herramientas para interpretar una parte de la realidad. La disciplina de la epidemiología es estadística, y esta como sabemos, es maleable. En la pasada conferencia de prensa se demostró la poca claridad que hay en los números y en la interpretación de los mismos. ¡Solo 30,000 pruebas realizadas! El deseo de volver a la normalidad exige prudencia de sabios.

Cabe preguntarse, en este desasosiego colectivo, cómo el Estado concebirá el arte del pensamiento político y su ejecución social. No es tarea para pasantes legislativos, ni obtusos y anodinos funcionarios. El rigor y la metodología, para encauzar nuestra economía, no puede estar sujeto a la especulación obscena, de grupos de alto poder económico. En estas discusiones médico-gubernamentales, tiene que contemplarse un posible rebrote epidémico. China lo está experimentando en la ciudad de Harbin. El trabajo que se necesita y la visión que se proyecte tienen que estar cimentados en la honradez científica y el respeto a la verdad. También tenemos que continuar la tarea, de desmitificar las supuestas verdades centenarias, para poder avanzar como pueblo. Nos esperan nuevos desafíos y nuevas enfermedades. Las pandemias volverán, el cambio climático es una realidad incuestionable. Cuán preparados estamos, qué planes a corto, mediano y largo plazo tenemos para el nuevo escenario climatológico local; son interrogantes pertinentes. No podemos seguir atados al modelo colonial y al maldito cerrojo de la subordinación. La gran empresa apenas comienza. Recordemos a Albert Camus. “La peste enseña que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio.”