Es una cadena larga de atentados terroristas, sabotajes a su moneda y economía y medidas unilaterales ilícitas a las que ha estado sometida Venezuela por salirse del tutelaje de Washington. A Venezuela no le perdonan que quiera ser un país verdaderamente independiente.
La última hazaña fue ejecutada en la madrugada del día 3 de mayo de 2020, por facinerosos terroristas que subestimaron el patriotismo y la capacidad de defensa venezolana. En la costa del poblado de Macuto al norte del estado la Guaira, muy cerca de Caracas y el principal aeropuerto en Maiquetía, intentan desembarcar en dos lachas rápidas el primer grupo de mercenarios que eran esperados por contingentes de seguridad y el ejército venezolano. Abrieron fuego contra las fuerzas de Venezuela y fueron repelidos inmediatamente resultando en la muerte de ocho terroristas y cuatro fueron capturados. Al día siguiente fueron capturados otro grupo de terroristas, encabezados por dos mercenarios ex-boinas verdes norteamericanos, por civiles y policías del poblado. Esta vez no hubo enfrentamiento y se rindieron sin presentar resistencias y fueron incautadas armas, municiones y todo tipo de artefactos de guerra de última generación.
Aquí puede verse la complicidad de los grandes medios de comunicación a quienes solamente les preocupa la suerte de esos dos pichones de asesinos yanquis y el resto de los combatientes mercenarios traidores, por ser venezolanos, ya están en el olvido. Consumada la traición no hace falta el traidor, dice el adagio. Ahora, Trump, Duque, Pompeo y Guaidó, no reconocen, a los que, sin su colaboración, no hubiesen podido llevar a cabo semejante operación. Claro, no contaban con el señor Jordan Goudreau, que no quedo conforme y ha hecho claro que conspiro para llevar a cabo esa aventura y presento acuerdos escritos sobre el ilícito que pensaban llevar a cabo por una suma millonaria. El muy tonto piensa demandar y puede que al ir por lana salga trasquilado. En el proceso se puede en jaque al gobierno norteamericano y llegar hasta el mismo Trump, para quien ha realizado trabajos de seguridad.
Entretanto, Venezuela permanece en vigilancia y a pesar de haber revelado de antemano tener conocimiento de los hechos y la conspiración, sus adversarios siguen subestimando su capacidad para resistir y defender su revolución. Maduro ha sabido capitalizar hasta la misma figura del títere Guaidó nombrado “presidente interino” por los norteamericanos y que forzó a muchos aliados, incluyendo la Unión Europea, para que lo respaldaran y hasta le reconocieran sus embajadores. Empujados por Estados Unidos, han robado de bancos internacionales dineros del gobierno venezolano y han negado intercambio comercial, pero en diplomacia tienen una situación bochornosa por tener que reconocer personajes sin gobierno ni país. ¡Que viva la República Bolivariana de Venezuela y la unión cívico militar!