Escritores en el recuerdo: memorias de amistades en España y Francia de Phyllis Zatlin

Cultura

alt(San Juan, 10:00 a.m.) Con un poco de retraso me llega esta excelente traducción por José Sánchez Compañy del más reciente libro de la especialista del teatro contemporáneo español, la profesora e investigadora Phyllis Zatlin, ahora catedrática emérita de Rutgers, y que se publicara originalmente en inglés bajo el título de Writers to Remember: Memoirs of Friendships in Spain and France (2015).

Escritores en el recuerdo fluye, deleita, entretiene y enseña. Se centra en la descripción, a veces muy detalladamente, de los encuentros, entrevistas, reuniones de congresos, visitas y colaboraciones con decenas de autores que por cinco décadas se esgrimieron como portandartes del teatro y narrativa españolas, creándose unos vínculos literarios trasatlánticos contemporáneos que beneficiaron tanto a los autores españoles como enriquecieron los teatros universitarios y escenarios alternativos norteamericanos, que pudieron expandir su repertorio para incluir textos del teatro español y latinoamericano en español o en inglés. Y en ese imaginario teatral, Rutgers-New Brunswick, por un período significativo sirvió de palanca, centro y referente para el estudio y promoción del teatro escrito en español.

Valga destacar la importante producción del profesor y crítico Frank Dauster (1925-2015), especialista de la poesía mejicana, pero sobretodo autor de la primera Historia del teatro hispanoamericano: siglos XIX y XX (1966), Ensayos sobre teatro hispanoamericano (1975) y de antologías y estudios particulares de dramaturgos latinoamericanos.

En sus cursos de teatro no eran extrañas las intervenciones de dramaturgos como Emilio Carballido y otros que compartían con sus estudiantes graduados. Su discípulo y luego profesor en Rutgers-Newark, Charles Pilditch (1935-) fue traductor de La carreta, texto icónico del puertorriqueño René Marqués (The Oxcart, 1969) y autor de René Marqués: A Study of His Fiction (1976). Phyllis Zatlin, además de su laboriosa faena como catedrática de literatura peninsular, lideró un exitoso programa de traducción literaria, que contribuyó a la traducción de textos de dramaturgos españoles poco conocidos en inglés, dándole un meritorio apoyo también a la producción de escritoras. A sus esfuerzos y respaldo obras teatrales de Manet, Paloma Pedrero y Antonio Gala entre muchos otros subieron a escenarios universitarios y alternativos en los Estados Unidos.

Durante sus años en Rutgers-New Brunswick, esta institución gozó de la presencia de intelectuales y escritores españoles, alcanzando notoriedad como otro espacio icónico para la divulgación, promoción, representación y traducción de autores españoles al inglés. Además de libros sobre la novelista Elena Quiroga, dramaturgos como Víctor Ruiz Iriarte, Jaime Salom, Eduardo Manet (autor cubano-francés), ha publicado The Bases of Humor in the Contemporary Spanish Theatre ( 1965), Cross-Cultural Approaches to Theatre (1994) y Theatrical Translation and Film Adaptation (2005). Y en lo que va de su productiva jubilación, felizmente ha combinado la investigación de su familia y sus redes comerciales en el pequeño pueblo de Wisconsin donde vivieron, con la redacción de estos recuerdos, a su vez una memoria de cincuenta años de contactos con profesionales del teatro y la narrativa que abarca desde los últimos años de Franco, pasando por la Transición, consolidación de la democracia hasta la segunda década del siglo XXI.

De ahí que su paso anual por España sea tan significativo. Testimonia, desde una mirada extranjera pero empática, las diversas transformaciones en la compleja y diversa sociedad española. Aunque viaja y conoce todo el país, su radio de acción se concentra principalmente a Madrid, Barcelona y Salamanca. Detrás de las conversaciones que narra, anécdotas que tal vez algunos de sus amigos/as han olvidado, la inclusión de la familia (la suya y la de sus escritores) y aspectos de la cotidianidad como elementos característicos del momento, se entreteje una macro historia de difusión, transmisión y promoción de una diversa producción literaria de un contexto a otro, siempre bajo el más refinado respeto, admiración y generosidad por el arte del otro.

Este libro ilustra otra manera de acercarse a destacados escritores y al quehacer teatral en Madrid y círculos universitarios norteamericanos. Fuera de los cánones académicos, Zatlin reivindica, por un lado, el valor de los congresos literarios y los encuentros y desencuentros íntimos y sociales (reuniones, citas, cenas, cafés, tertulias, librerías, asistencias a funciones de teatro) como espacios de contactos, enlace y negociaciones imprescindibles para la colaboración, difusión y consolidación de intereses pragmáticos y estrategias que contribuyan al aumento de lectores, espectadores y representaciones, así como para ampliar las redes del darse a conocer. Por otro lado, restaura potencialidad a la existencia de la amistad entre profesionales sin caer en un envilecido amiguismo. Impresionante también es destacar la cuidadosa y minuciosa anotación de sus experiencias después de cada encuentro para poder reconstruir feliz y fielmente esos recuerdos.

Otros son los aportes del libro que se deben además despuntar. Hace una enorme contribución al trazar nuevos rasgos que amplian los perfiles de autores tan conocidos como Antonio Gala, Fernando Arrabal, Carlos Rojas, Jaime Salom, Ana Diosdado, Paloma Pedrero, Elena Quiroga, Concha Romero, Victor Ruiz Iriarte, José María López, Jerónimo López Mozo, Eduardo Manet, Eduardo Quiles, Itziar Pascual, Lauro Olmo, Antonio Buero Vallejo, Carmen Martín Gaite, y muchos más. En términos de la forma, la combinación de lo autobiográfico ( profesora norteamericana, maratonista, no fumadora, que viaja, a veces, con esposo e hijos, y su hija es vegetariana) con lo profesional (entrevistarse con autores, hacer investigación) y lo universitario ( las insufribles gestiones para buscar apoyo económico para la subvención de la investigación y actividades culturales, los retos con las casas publicadoras, el enfrentarse al poco reconocimiento de las labores y publicaciones en idiomas extranjeros en la academia norteamericana) en diversos espacios (cafés, restaurantes, residencias, oficinas, universidades) se presta para realzar comparativa y humorísticamente las diferencias culturales, el cambio en el comportamiento social (la relajación del usted por la cotidianidad del tú, oferta culinaria), las visibles transformaciones a través de los años de la capital española y ciudades universitarias, y la rememoración de las vicisitudes del profesorado norteamericano de lenguas romances en la persecución de financiación para el quehacer académico y cultural.

En cierto modo, el libro es una demostración de agradecimiento y un homenaje a todos aquellos gestores del teatro contemporáneo cuyos contactos forjaron y enriquecieron el panorama cultural universitario en los Estados Unidos. Escrito con honestidad y dosis de humorismo que suavizan los desencantos, es notoble la presencia de la nostalgia, por lo ido y por los que en ese largo, pero enriquecedor trayecto académico y cultural se han ido, solo físicamente, porque han quedado sus textos y ahora, los recuerdos de la profesora Zatlin.