El colonialismo es racismo

Política

alt“El racismo, la discriminación racial y la xenofobia constituyen un fenómeno social, cultural y político, no un instinto natural de los seres humanos; son hijos directos de las guerras, las conquistas militares, la esclavización y la explotación individual o colectiva.” Fidel Castro Ruz

(San Juan, 9:00 a.m.) En la nación boricua, las estructuras que promueven la ideología de la supremacía blanca y su herramienta de opresión, el racismo, están indisolublemente ligadas al imperialismo y al colonialismo-capitalista. Es entonces fundamental e imprescindible que la lucha para derrocar este andamiaje de violencia institucional basado en la jerarquía racial supremacista blanca sea: anti-colonial, anti-capitalista y anti imperialista. Esta es la única manera que nos permitirá alcanzar una nación digna, justa para todas y todos.

La violencia racista en nuestra nación es el resultado de la imposición de un régimen imperialista-colonialista, primero español y luego, el que enfrentamos hoy, bajo el régimen dictatorial estadounidense.

Dentro de la violenta historia de colonización, de apropiación del territorio nacional de Puerto Rico, los españoles, en su agenda de destrucción, establecieron una estructura donde la supremacía blanca era y fue fundamental para justificar y legitimar el derecho de la “raza” superior a robar las tierras a las que había llegado por accidente, y justificar el genocidio cometido contra los nacionales indígenas y la esclavización de las naciones que vivían en lo que hoy se llama América.

Esa misma estructuras de supremacía blanca, de superioridad racial, fue al que justificó la implementación de un sistema de esclavitud, secuestrando a hermanas y hermanos mayormente del África, aunque hermanas y hermanos de Asia, también fueron esclavizados por las naciones europeas, en muchos lugares de Nuestra América.

El imperialismo colonial-capitalista utiliza el racismo para deshumanizar, generalizar la mentira de que los pueblos sojuzgados son “inferiores”: mentalmente, físicamente, espiritualmente, necesitan ser regidos por “civilizaciones superiores”, justificando la opresión y represión de estos pueblos y en específico de nuestra nación.

Si somos seres humanos “deformes”: el robo descarado, los asesinatos cometidos, los experimentos implementados, el intento de destruir nuestras culturas, nuestra identidad, en fin el saqueo colonial y el genocidio de quienes son etiquetados como seres humanos descartables y marginales, se “justifica”, se “legitima”.

La ideología supremacista el racismo, legitimó el secuestro de hombres mujeres, niños y niñas, creando un sistema de esclavitud, generador de inmensas riquezas que sostuvo, propició y aseguró el desarrollo económica de estas naciones. El racismo fue y es fundamental para legitimar la violencia política y económica que sostiene ese sistema extracción de riqueza y explotación capitalista.

La ideología supremacista blanca, es el pilar en que se sostiene la nación estadounidense y por medio de sus instrumentos de opresión (racismo-clasismo-heterosexismo-machismo; integradas dentro de las instituciones: económicas, políticas, militares-judiciales-policiales-sociales-culturales (que incluye las educativas-religiosas); sostienen la “naturalidad” de dicha jerarquía, justifican la violencia opresiva y represora de esa nación contra nuestras comunidades, contra nuestro pueblo.

El racismo estadounidense se refleja en los comentarios hechos por congresistas desdeñando nuestro pueblo. Decían por ejemplo, “los boricuas “son hijos del colonialismo, y mayoritariamente mestizos de un grupo sanguinario rechazados del proceso de evolución; “solo comen guineos, este constituye el 75% de toda la comida que consumen los boricuas; o que la mayoría de los niños y niñas era de color negro, desnudos, sin zapatos y que comían si podían llegar al recoge antes que los cerdos.”. Esto lo decían en el Congreso estadounidense y la respuesta de los congresistas en el registro de audiencias del congreso estadounidense eran risas y carcajadas, son ejemplos de lo arraigado que el racismo está en el colonialismo estadounidense sobre nuestra nación.

Por eso, se nos trata de “incapaces”, “incivilizados”; “” corruptos”, “”vagos”, de “indisciplinados”. Por ello, “requerimos” el tutelaje de la “gran civilización” estadounidense.

Estas mentiras ocultan, niegan la violencia militar-policial-judicial, social y económica de la que hemos sido y somos objeto. La destrucción de la economía, usando la usura, el chantaje, el robo. Ocultan los asesinatos, las experimentaciones, la destrucción de nuestros ecosistemas ambientales, sociales, culturales, buscando borrarnos como puertorriqueños, porque así garantizan el control perpetuo de nuestros suelos y de nuestra gente.

Otra dimensión del racismo es el que produce que algunos y algunas de nuestros compueblanos compren la narrativa racista del imperio. Estrategia clave para diseminar y legitimar el colonialismo. Cuando un boricua repite: “los boricuas somos vagos”, “los boricuas son indisciplinados”; “los boricuas son corruptos”; etiquetando a todos la gente de la nación borincana por las acciones de un grupo, usted normaliza y disemina, los argumentos racistas que esenciales para sostener la colonia y el imperialismo en nuestra nación.

Por ello denunciar el racismo en nuestra nación, requiere, no por conveniencia pero por necesidad, la denuncia militante y la lucha activa y perseverante, contra el capitalismo, el colonialismo y el imperialismo. Es la única manera de luchar radicalmente (ir a la raíz) para desmantelar el racismo y superar la ideología supremacista blanca. De no hacerlo así, es hacerle el juego al colonialismo y la supremacía blanca estadounidense, pues legitima la ideología de excepcionalidad que sostiene el racismo estadounidense, aquí sobre nuestra nación, en la nación estadounidense y a nivel global.

El colonialismo es racismo, por lo tanto ser luchador por la independencia en Puerto Rico es inherentemente un combate contra el racismo, que uno de los pilares en lo que se sostiene el colonialismo y el imperialismo sobre nuestra nación en específico y sobre el mundo en general. Ser antiimperialista es luchar contra el racismo, por eso solo siendo Independentista y luchar para derrocar el régimen colonial-imperial en nuestra nación, se es un luchador radical contra la supremacía blanca y el racismo.