La soledad es una sombra
que oscurece el interior de la mirada
después de la llama luminosa,
después del polvo de los mares
que libremente fuimos…
un silencio torturante de besos
anunciaba la daga
en su hundimiento;
llegaba al corazón recuerdo…
Aquí, en una coda, en el silencio frío
un ínfimo hueco desprovisto de aire,
suspendido, intocable…
un liviano resplandor.
Que yo te quise, sí,
pero ya
no. Hoy, no.
porque ya no están mis ganas
mezcladas con las tuyas en mi sal.
Como verás perdiste peso,
ascendiste
p a r t i c u l a d o.