Ojo con la censura y el fascismo social

Política

alt(La Habana, 1:00 p.m.) Me preocupa que cada vez que nos peleamos con alguien, se inicien campañas de descrédito en las redes sociales, y se destruyan reputaciones, buenas o malas, pero se destruyan. Llega un punto, que nadie corrobora nada, pero todas y todos coinciden en la destrucción. Eso me preocupa.

La vida política hoy ha tomado un giro en el cual la toma, el video, es el acto más importante, que salvar la vida de una persona que está pereciendo. Entonces, nos pasamos todos los días filmando cuando el policía me va a matar, cuando la persona agolpea a otra, y cuando una persona vive un accidente. Documentamos el terror. Pero pocas personas, casi nadie, interviene para detener el acto. Esto me parece simplemente terrible. Documentar es lo que importa, no la vida humana.

Hay algo nuevo que se llama "fascismo social". Es el momento donde la intolerancia se hace parte del sentido común, y donde la gente vive como puede de la destrucción del otro u otra.

Pero nadie piensa que los derechos humanos, la dignidad, tanto del agredido como de la agresora, y viceversa, se deben de garantizar. No. Solo pensamos en documentar el acto, y en castigar [mediáticamente] y excluir.

No seamos partícipes de la intolerancia. No seamos responsables de la censura. No seamos cómplices del fascismo real. Si creemos en la pluralidad de ideas, entonces vivamos en un mundo plural y diverso. Allí hay gente de izquierda y de derechas. Pero que la hegemonía de la izquierda promueva la pluralidad. Ya sabemos que la derecha no seamos. No colaboremos con su lógica. Pensemos.