Bocaccio fue el "home" del arte Drag de Puerto Rico

Cultura

Colectivo Orgullo Arcoíris celebrará su Parada de Orgullo LGBTTIQ ...Soy un adicto de las series de Netflix. La más reciente que me tiene cautivado es “Pose” la famosa serie sobre las historias del mundo de las “Homes” neoyorkinas, las “Balls” y el Vogue, todo protagonizado por actrices transexuales y actores gays. Luego de mucha introspección he descubierto el porqué: yo pertenecí a un “Home”, una de aquellas legendarias “familias” donde una “Mother” reunía a un grupo de jóvenes desorientados y perdidos bajo su manto protector.

Hace bululú de años atrás conocí a mi hermano/amigo Luis Raúl Vázquez. El me llevó a la primera barra gay que conocí: Bocaccio. Fue solamente entrar, conocer a Luis Rodríguez Hernández, uno de sus dueños, enamorarme perdidamente de él y juntos vivir una etapa maravillosa en mi vida, de las que he podido tener tres: la primera etapa con Marta, quien me regaló mis mellizas, la segunda con Luis y la actual con el noble Armindo, mi faro. Aquella segunda etapa fue maravillosa para mí por múltiples razones: porque compartí con un ser humano excepcional y porque entre a ser parte de lo que ahora puedo llamar el “Home of Bocaccio: Part 1!!! Dulce y Amelia, las socias de Luis en Bocaccio eran las “Mothers” de una maravillosa familia. Recuerdo nuestros desayunos familiares en el Caribe Hilton o en la panadería La Viña y las fabulosas cenas gourmet semanales en Costa Brava, El Cid y La Reina. También recuerdo la ceremonia santera en la que me impusieron los collares. Una vez Dulce y Amelia decidieron venderle a Luis la disco y marcharse a Las Vegas, comenzó el “Home of Bocaccio: Part 2” en que mi adorado Luis era la “Mother” oficial. Que grupete: Luis Raúl, Luis Tosti, Sammy, Luis Iván, Freddy, La Paseadora, Josean, Johnny, Pedro, Jaimito, Gloria y Rubén Villahermosa nuestros excelentes DJs, Bobby Hernández y la queridísima Iris. Era la época en que los famosos “Balls Borincanos” que no eran otra cosa que la celebración de fautosos reinados se transformaron en presentaciones de shows de travestis en las barras gays: cada barra tenía su House: Bocaccio y Bachelors rivalizaban por su esplendor. Las reinas de Bocaccio lo fueron en sus comienzos Antonio Pantojas y Willie Negrón. Luego se unieron divas de la talla de Eduardo Loubriel, Reny Williams, Rudy Martínez, Alex Soto y Félix Chevremont. Nunca olvidare el “Juegos Panamericanos Ball”, en que todos los vestimos con el uniforme oficial de los Juegos y desfilamos con los Banners de Lorenzo Homar! Para nosotros la vida era realmente un carnaval que opacaba el discrimen y el dolor al rechazo que acechaba fuera de las puertas de nuestra burbuja. Pero como todas las pompas de jabón, regresaron las muchachas de Las Vegas, retomaron el local y poco a poco este remanso de paz se extinguió. Hoy solo nos queda el recuerdo de un “Home” en el que vivimos los mejores días de nuestras vidas. Poco a poco cada uno de los miembros de la familia tomaron nuevos derroteros, algunos mantuvimos contactos mas o menos duraderos, otros desaparecieron en la nada de la vida contemporánea. Hoy este “Home” vive en nuestra memoria y su recuerdo nutre nuestra experiencia de vida.

Recientemente converse con Bobby Hernández, aquel vivaracho muchachón, quien se transformo en la fabulosa y famosa Barbara Herr, reina de las divas latinas neoyorkinas, sobre la evolución de los Drag Balls de Bocaccio y el Drag actual. Me comento: “En mi opinión, mirando y analizando el drag de la generación Gen X y Millenial, las diferencias entre ellos y el drag Boomer y Gen X es grande.

Con los Boomers, fuimos más concentrados en la actuación e interpretación de la música.

Fuimos elegantes en otra forma. La ropa, accesorios, peinados eran totalmente diferentes, y en mi opinión más sencillos. No éramos de pelucas grandes.

Yo, en lo personal, cuidaba mas de mis interpretaciones y menos en el vestuario y el total look. Eso porque simplemente no había dinero para invertir como hubiese querido hacerlo.

Siempre me presenté bien, pero la moda era otra cosa y en mi caso, no fui de usar muchas pelucas. Tampoco tenía maquillista ni peluquero, a menos que Jaime Zequeira se sintiera con deseos de arreglarme. Ahí creo que influenció mi verdadero yo, la mujer trans que no quería usar pelucas ni mucho maquillaje, la que en esos tiempos no me atrevía dejar salir a la luz.

El Drag Millenial es exquisito. Chicas jovencitas con mucho talento

(siempre he dicho que el drag de PR es de los mejores en el mundo. Hay mucho talento!). Se preocupan y se esfuerzan mas por un total look. La música, vestuario, pelucas grandes y exóticas, el maquillaje. Y hay muchísimos!!

Con los Boomers, fuimos 6 o 7 conocidos como los mejores y éramos actores. No habían muchos Drag performers en esos tiempos.

Hoy son muchísimos, y todos talentosos en el drag. No veo la entrega actoral. Veo más la concentración en verse mujer y no drag. En mi época ni senos falsos usábamos!

Hoy en día es una producción total ser Drag Queen y costoso porque usan maquillistas, pelucas, lace fronts costosas, los senos falsies de goma que parecen prótesis y el vestuario es espectacular.

Los Boomers fuimos elegantes también, pero la concentración era más en el performance que el look.

Son épocas totalmente distintas y cada generación ha tenido su magia y su importancia en la cultura gay de PR.

Los Boomers fuimos los pioneros. Los Maestros. Los Gen X y Milleniales los estudiantes.

No me preocupa para nada el futuro del arte del Drag en PR. Estamos en buenas manos!”

Al final quiero que se lleven un pensamiento: que ellas también fueron guerreras contra la incomprensión, el discrimen y el odio. Todas/os tenemos que unirnos en nuestra lucha y Venceremos.

 

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