El caos es el pan diario de cada puertorriqueño en la actualidad y desde hace décadas. Como algunos dicen, generaciones forjadas en crisis. En este año que tatúa la historia de la humanidad desde antes de su comienzo los eslabones débiles de nuestra cadena de políticas y politiquería se parten uno por uno; o los parten.
Por primera vez, las primarias del Partido Popular Democrático (PPD) y Partido Nuevo Progresista (PNP) fueron canceladas, pospuestas. No por la pandemia o situación social boricua; fue por mala coordinación. Hoy deseo que se pregunten, ¿hay alguna agenda en este evento sin precedentes?
En un año donde el bipartidismo es abatido por la opinión pública y la presión de otras personas en candidatura como Alexandra Lúgaro y Eliezer Molina la situación de la pandemia resulta obstruyente para los procesos de campañas políticas y eventos partidistas comunes en años electorales. Aunque presiona, no ahorca al gobierno pues este logra realizar más control sobre asuntos públicos sin tener la usual oposición. Un nombre que resuena por el partido popular es el de la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín quien en relación al escándalo de ayer domingo 9 de agosto expresó que las papeletas deberían ser descartadas del conteo a realizarse con los resultados del próximo intento de elecciones primarias 2020.
Necesitamos mantener las cuentas claras, no por amistades. Por asegurar que la verdad sea lo que reine. La pandemia no tiene fecha de expiración, el pueblo dice lo contrario del gobierno bipartidista. Hay que asegurarnos de hacer este proceso correctamente para no terminar engañados o con rumores de robos de votos como ocurrió con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.