La decisión del Tribunal Supremo, sosa, sin sabor y desabrida

Justicia Social

(San Juan, 11:00 p.m.)  Para los que le pusieron tanta intensidad al proceso primarista, y luego de siete demandas radicadas ante la negligencia administrativa de la Comisión Estatal de Elecciones, anoche “bajó” la sentencia en el caso de Pierluisi y otros v. la CEE (CC 2020-11 al 14, consolidados). Se trata de una decisión que inicia con una introducción muy inspiradora, en defensa de la democracia y el voto del elector, para terminar con un remedio técnico y sencillo: las primarias continua el domingo que viene, 16 de agosto, y el que votó, votó, y el que no pudo votar en su precinto porque no hubo el servicio el domingo pasado, podrá votar este domingo.

Es un decisión que profundiza en validar en el 2020, el derecho al voto que tiene cada elector. Hoy, pero desde ya hace poco menos de 40 años, el elector boricua tiene derecho al voto tanto en las primarias como en las elecciones generales.  Este derecho solo lo utilizan los partidos tradicionales y de mayoría.  Ellos creen en la más amplia participación popular en la toma de decisiones y selección de sus candidatos. Mientras los partidos de minoría o emergentes, no creen en las primarias.  La democracia, por vía de la participación popular se cuece de distintas formas.

Dicho lo anterior, hoy el país volvió a la calma, y los candidatos y candidatas estan haciendo su trabajo. Hay que ver como se resuelve la votación final.

Pese a que la decisión del Tribunal Supremo prohíbe que se publiquen resultados parciales, los candidatos Pedro Pierluisi por el PNP y Charlie Delgado por el Partido Popular Democrático, ya lo habían hecho. Por lo tanto los resultados parciales los benefician a ambos.

Finalmente, regresada a la “normalidad”  volvemos a enterarnos que estamos en un proceso primarista colonial. Ni bueno ni malo.  La decisión por unanimidad del Tribunal Supremo, firmada por el juez Filiberti, no tiene ningún sabor.  Es simplona, pero resolvió un acto de negligencia administrativa colonial. Pensemos.