¿Qué hace el Lincoln Project en la política de Puerto Rico?

Política

(San Juan, 1:00 p.m.) Resido en un país de crédulos. La gente se cree cada cuento que le hacen sus líderes políticos por más inverosímiles que sean. A veces me pregunto si el análisis, el pensamiento crítico, el poder de cuestionamiento y el raciocinio se fueron del archipiélago.

La clase política se ha convertido en una farsa. Emplean el engaño, la mentira, la desacreditación y otras malas mañas para manipular a los crédulos seguidores que son incapaces de cuestionarlos y mucho menos enfrnetarlos. Muchos son tan fanáticos, que repiten la misma mentira, sin siquiera investigar. Cuando los confrontas con la verdad te acusan de propagar noticias falsas o “fake news”.

Si militas en la misma colectividad política o crees en su ideal y cuestionas o te enfrentas al liderazgo, son capaces de fusilarte. Las turbas te recriminan, te insultan, te amenazan, te desacreditan y hasta te destruyen por no ser un zombi. Las historias son tétricas. Los fanáticos, sean de derecha o de izquierda, utilizan cualquier método disponible, legal o ilegal, para acallar a los disidentes que rechazan el engaño y exigen la verdad.

Para completar, uno de los principales problemas en la colonia es la desinformación, especialmente en lo que se refiere a la política estadounidense. Recientemente leí un artículo sobre los anuncios que estaba pagando la campaña del candidato demócrata Joe Biden en contra de Donald Trump en la televisión local.

Quedé en una pieza porque los anuncios a los que hacía referencia el artículo no son costeados por la campaña de Biden, si no por un comité de acción política (PAC por sus siglas en inglés) que se llama The Lincoln Project (El proyecto Lincoln).

El proyecto Lincoln fue formado en diciembre de 2019 con el único propósito de evitar la relección de Donald Trump y desbancar a sus aliados políticos en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020. Lo interesante del PAC es que está formado por republicanos y exrepublicanos preocupados por el rumbo que ha tomado Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump.

Los fundadores del proyecto son: George Conway, Steve Schmidt, John Weaver, and Rick Wilson, Jennifer Horn, Ron Steslow, Reed Galen, and Mike Madrid.

Un detalle interesante es que Conway es el esposo de Kellyanne Conway, asesora de  Trump; Schmidt dirigió la campaña presidencial de John McCain en el 2008;

Weaver supervisó la campaña presidencial de McCain en el 2000 y Wilson es un reconocido consultor de publicidad. Los cuatro han criticado duramente las acciones de Trump y Schmidt renunció al Partido Republicano en el 2018. Los otros integrantes han sido figuras republicanas muy influyentes y están asociados a los medios de comunicación.

El comité adoptó el nombre del presidente Abraham Lincoln, quien fue electo presidente en 1860 y es el primer republicano en ocupar la Casa Blanca. El grupo entiende que Trump ha dividido el Partido Republicano y temen que un segundo mandato presidencial desestabilizaría a la nación e incrementar los actos de violencia entre los ciudadanos.

El grupo endosó la candidatura del demócrata Joe Biden para la presidencia. En un anuncio publicado en The Washington Post el 15 de abril de 2020 el grupo indica que “Nunca hemos apoyado a un demócrata para presidente. Pero, Trump debe ser derrotado”. En el anuncio se enfatizó la inhabilidad de Trump para enfrentar la pandemia del covid-19 y la repercusión que esto ha tenido en la economía.

Otros prominentes republicanos se han unido al comité que ha gastado millones en publicidad en los 50 estados.

La gran pregunta aquí es, ¿por qué pagar anuncios en un territorio que no vota por el presidente? La respuesta es simple, hay 4.5 millones de puertorriqueños en Estados Unidos que si votan en las elecciones presidenciales.

El comité cuenta con algunos de los mejores publicistas de la metrópoli, como lo son Wilson y Madrid. Ellos conocen muy bien la fuerte conexión de los puertorriqueños con su tierra natal. Un mensaje apelando a las emociones en el territorio, llegará a los que habitan en los estados, principalmente en Florida, Pennsylvania y Ohio, ganados por Trump en el 2016, pero con un buen número de electores puertorriqueños que definen una contienda.

El PAC tiene recursos ilimitados, muchos de los que apoyaron financieramente la campaña de Trump en el 2016 ahora han cerrado sus carteras para el presidente, pero apoyan la campaña del proyecto.

Los partidos Demócrata y Republicano están conscientes de lo importante que es el voto latino en los comicios de noviembre. Los opositores de Trump visualizan la posibilidad de un fraude electoral, mayor al que ocurrió en el 2016 con la intervención de los rusos en las elecciones para lograr la victoria del actual mandatario.

Pero, volviendo a la realidad colonial, las elecciones aquí también están ensombrecidas por la posibilidad de un fraude. Resulta sospechoso que el candidato del Partido Nuevo Progresista (PNP), Pedro Pierluisi, avale ahora las gestiones del incompetente presidente de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), Juan Ernesto Dávila, luego que, tras el descalabro de las primarias, había sugerido que debía renunciar. Existe un fuerte rumor entre los pasillos capitolinos que señalan que el desastre de las primarias fue orquestado por Edwin Mundo y Dávila Rivera para perjudicar a Thomas Rivera Schatz.   

La colonia ha adoptado muchas de las malas costumbres de la metrópoli, y por más que quieran hacerse pasar por demócratas, el PNP sigue siendo tan republicano como lo era en el pasado y utilizan tácticas similares, como sucedió en las primarias con los anuncios pagados por un PAC que favorecía a Pierluisi y atacaba virulentamente a la gobernadora Wanda Vázquez Garced.

Las primarias nos indican que puertorriqueños adinerados residentes en Estados Unidos, asociados al PNP, íntimos del círculo del depuesto Ricardo Rosselló, apoyan a Pierluisi para la gobernación. Este grupo está interesado en acceder a los $60 mil millones que el gobierno federal le asignó a Puerto Rico y que aún no han llegado por la inhabilidad administrativa gubernamental.

Esto debe ser una señal de alarma para todos, pues en este cuatrienio quedó demostrado la falta de escrúpulos y el desprecio de algunos militantes del PNP hacia los puertorriqueños. 

Un consejo, en guerra avisada no mueren soldados y si mueren, son pocos. No baje la guardia, proteja su derecho al voto y no se deje influenciar por sanguijuelas que solo buscan engrosar sus bolsillos. Ya hemos tenido demasiados.